El cielo oscuro había empezado a tornarse de un tenue color azul, acompañado de los primeros rayos del sol, llevándose lentamente las nubes oscuras del cielo. La lluvia había dejado charcos, hojas caídas, ramas y una tenue capa de roció que suavemente caía de las hojas al piso rítmicamente.
Xóchitl, fue la primera en despertar como siempre. A cierta hora el sueño se le iba y terminaba por despertar temprano para asearse y hacer el desayuno a sus amigos. No le molestaba, al contrario, creía que estas modestas labores, les iluminaba un poco el día, considerando la situación en la que estaban.
De uno a uno, todos iba despertando de mala gana, deseando poder dormir un poco más. Cuando un rico aroma a café de olla, huevos con jamón, tortillas calientes y jugo, llego a sus narices. Llevándolos directamente a la mesa. Aun en pijama y bostezando, se sentaron a la mesa para degustar esa sabrosa comida.
- ¡Buenos días solecito!, ¡Mira nada más!, ¡Ese es café del bueno! –Exclamo Evaristo, mirando con hambre y un gran deseo la comida.
- Se antoja con solo olerlos, ... - Concordó el alebrije.
- Buenos días muchachos. ¿Durmieron bien? – Pregunto la pelinegra, mientras colocaba unas cuantas tortillas en el comal.
- No tan bien, ¿Eh?, alguien, ... No dejaba de roncar, ... - Teodora, miro de forma acusadora por el rabillo del ojo a los alebrijes. – Y no es la primera vez que pasa, ... Mas' que alebrijes, parecen osos. -.
Ambos miraron con un poco de enojo a su amiga, para luego sonreír con malicia.
- ¿Ah sí?, Pues, aunque no lo creas "reinita". TU eres quien ronca más aquí. – Le dijo el alebrije.
- La otra noche pensábamos que un perro se había metido a hurgar la basura, o que era resendo cantando la de cielito lindo, pero resulto ser Teodora durmiendo. - Dijo Evaristo apoyando a su amigo.
Entre los dos se rieron, haciendo sonrojar y enojar al mismo tiempo a la española.
Por su parte, los demás se aguataban la risa. Sobre todo, para no hacerla sentir peor, además de que no querían que siguieran peleando.
- ¡Si tú!, ¡Yo NUNCA ronco!, ¡Las damas no roncan! - Se defendió la pelirroja, aguantándose las ganas de tirarles el café caliente a sus dos coloridos amigos.
- Si, si lo haces. – Le contesto el alebrije.
- ¡Que no! - Exclamo molesta Teodora
- ¡Que sí! – Le respondieron al unísono los dos alebrijes.
- ¡Que NO! -
- ¡QUE SI! -
- ¡QUE NO! -
Un fuerte golpe en la mesa, los hizo callarse a los 3.
- ¡Ya estuvo bueno!, ¡¿No ven como estamos y ustedes buscando más problemas?! -.
Xóchitl, no era de gritarles, ellos solían pelear mucho últimamente. Por lo general se guardaba muchas cosas. Pero ya estaba fastidiada. Al mirarlos a la cara, resaltaba mucho esa expresión de sorpresa y confusión en sus caras.
La indiana se sintió avergonzada.
- Perdón, ... - Dijo cabizbaja la pelinegra.
Don Andrés, se le acerco y dio una leves palmaditas en la espalda, a modo de consuelo.
- No te preocupes. Dijiste lo que todos creemos, ... -.
Tras esto, continuaron desayunando en silencio. La indiana levanto la cara para ver el reloj, era casi la hora de ponerse a trabajar. Una vez termino su comida, lavo sus platos y los guardo.
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_:: Corazones rotos pero unidos::_
RomanceMundo alternativo donde leo, no logro ser rescatado de manos del charro negro. Xochitl y sus amigos, tiene que vivir día a día durante algunos años, la vida de unos sirvientes a manos de su ex- amigo y líder leo. Durante esta travesía, día a día...