Tras entrar a la choza, xóchitl, respiro con alivio. Había caminado bastante, y estaba cansada. Aun así, esto no era nada comparado a todo el trabajo que tuvo que hacer en la hacienda ella sola.
Al acercarse al leo, se inclinó junto a él, para ver cómo estaba. Para su alivio, el chico, se encontraba durmiendo profundamente, cubierto con la cobija hasta el pecho. Parecía tener mejor cara que anoche, pero, aun así, debía comer y beber algo. Xóchitl, lo movió un poco tocándolo del hombro y sacudiéndolo suavemente.
- Ya he vuelto, traje algunas cosas para hacer de comer, ... -. Susurro la joven, mientras leo abría leve los ojos.
El chico quiso sentarse, pero la joven se lo impidió. Suavemente lo recostó de regreso en la cama.
- Que ruda eres, ... -. Dijo leo, frotándose leve la frente. -. ¿Cuánto me quede dormido? -.
- Quizás una hora. Desearía que durmieras más, pero debes comer. Traje todo lo que necesitaba. Descansa un poquito. Te preparare algo de comer rápido. -. Le dijo xóchitl, tomándolo de la mano para darle un poco de seguridad.
- Detesto ser una carga, ... -. Susurro leo, mirando con melancolía al techo.
- ¡No digas eso, leo!, No es ninguna molestia. Lo hago con gusto. -. Exclamo xóchitl, un poco triste por lo que decía.
- Pero es verdad. No me gusta cargar a nadie con mis problemas. -. Dijo el chico, casi en un susurro lastimero.
Antes de poder decir algo más, leo sintió como la chica acariciaba su mejilla de forma amorosa. Calmando un poco al joven poblano.
- No lo pienses mucho leo, ... Lo hago, ... porque te quiero. -. Le dijo xóchitl, mientras se inclinaba para abrazarlo.
- Empieza a gustarme esto, .... -. Dijo leo, cerrando los ojos un instante, disfrutando el momento.
- ¿Los abrazos?, ... -. Pregunto xóchitl, separándose un poco del chico para darle un poco de espacio. Pero sin espéraselo, leo se levantó un poco de la improvisada cama, y le dio un beso rápido en los labios a xóchitl. Quien no pudo evitar ponerse un poco colorada por aquel corto pero dulce beso.
- También eso, ... pero me gusta mucho que me digas por mi nombre, ... -. Confesó leo, mientras sonreía pícaramente.
- E-eres muy raro, ... -. Dijo apenada xóchitl, tratando de no tropezar más con sus palabras.
- ¿Raro, yo?, Bueno, si ese es el caso. ¿Quién es más raro?, ¿Yo?, ¿O la chica que le gusta este "Raro"? -. Pregunto leo, volviendo a recostarse sin despegar los ojos de xóchitl, a espera de su respuesta.
Sin embargo, xóchitl no sabía que decir. No podía pensar en una respuesta inteligente o rápida en ese momento. Avergonzada, solo pudo bajar la mirada y jugar con la tela de su colorida falda, intentando pensar que decir.
Ante el silencio, leo, solo acertó a sonreír. Se estaba divirtiendo más y más conforme charlaban. Hace rato que no se divertida así. No porque sintiera un placer mal sano en esto, bueno, quizás un poco. Pero también le era agradable hablar con alguien de una manera amistosa. Lo que era más, hablar con alguien que lo amaba, no tenía precio. Y eso era algo que ni mil monedas de oro podrían darle.
- ¿Qué paso florecita?, Parecías tan segura hace unos momentos. Bueno, en resumen, Me amas, ... -. Concluyo leo, con una sonrisa de satisfacción en los labios.
- Y, .... ¿Tú a mi, ....? -. Se atrevió a preguntar en voz baja xóchitl, mirándolo con una mezcla de timidez y curiosidad. -. Yo, ... si te amo, ... ¿Y tú a mí? -. Volvió a preguntar en voz baja, pero no lo suficiente como para no entender lo que dijo.
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_:: Corazones rotos pero unidos::_
RomanceMundo alternativo donde leo, no logro ser rescatado de manos del charro negro. Xochitl y sus amigos, tiene que vivir día a día durante algunos años, la vida de unos sirvientes a manos de su ex- amigo y líder leo. Durante esta travesía, día a día...