_____________ ..::Capitulo 3::..____________

2.5K 127 60
                                    


Ya habían pasado casi una semana desde el incidente del "Patrón". No parecía tener secuela alguna de la caída.

En el fondo, xóchitl se sentía un poco más aliviada, pero los demás no estaban tan felices por ello. No porque no se hubiese lastimado o muerto, aunque quizás se mereciera lo primero, sino porque había sido muy grosero con xóchitl.

Regañaron un poco a su amiga, sentían que ella era amable con la persona equivocada, eso resultaba ser una maldición para la gente buena.

Pero xóchitl, no esperaba ninguna recompensa o agradecimiento, era hacer lo que creía que era correcto y ya.

Leo, por su parte, se sentía mejor, o al menos así fue los primeros días. Ese dolor de cabeza había regresado en menor magnitud, asociado por no dormir bien. No entendía que era lo que pasaba, las pesadillas venían de vez en cuando impidiéndole dormir a gusto. ¿Qué era lo que esa niña le había hecho para dormir?

Un grito sonoro y chillón saco de sus pensamientos a leo. Al mirar por la ventana al gran patio de la hacienda. Vio a Teodora tirada en el piso, de seguro haciendo otro berrinche por alguna ridiculez.

- ¡ES TODO PARA MI CHICOS!, ¡HASTA AQUÍ LLEGUE!, ¡RECUÉRDENME POR LO BIEN QUE ME VEÍA DE ROSA! - Gritaba dramáticamente la joven española, frotándose la mano derecha una y otra vez, tratando de aminorar el dolor.

- ¡Deja el drama, niña! Es solo una astilla. No te va matar algo así. – Regaño el alebrije, tomándola de los hombros mientras Evaristo trataba de sacarle la diminuta astilla.

- No, pos como dijo el ciego, no veo nada. – Dijo Evaristo, tratando de entrecerrar los ojos para ver mejor.

No era la primera vez que esta se astillaba la mano con la escoba, era algo casi normal, pero llegaba a ser molesto tanto para ella como para sus amigos, y que no dejara de patalear y llorar como loca no ayudaba a mejorar la situación.

Leo miraba con irritación la escena desde la ventana. Parte de él se arrepentía de haber tomado de esclavos a esos siete, aunque no podría decir que estaban ahí de gratis, todo ahí costaba, la comida, el alojamiento, el agua, TODO costaba ahí, se podría decir que estaban endeudados, y aun que no tuvieran deudas, no tenían donde ir en esa dimensión. Incluso les había dado algunas telas para que hicieran sus ropas, cobijas y algunas otras cosas de aseo personal, muertos o enfermos no le servían.

Quizás en el mundo de los mortales hubiesen sido más peligrosos y plantarle cara, pero ahí, en ese inframundo, no tenían ningún poder. Solo él podría decidir si dejarlos vivir, ... o no.

- Patrón, ... - Dijo resendo, apoyado en la puerta de la habitación. - El caballo ya está listo para que usted salga. -.

- Hoy no, no estoy de humor, ... Regrésalo al establo. - Respondió con tono seco sin despegar la mirada de la ventana.

- Ya van varios días que no sale patrón, va perder muchos negocios. - Le dijo resendo a leo.

El muchacho perdió la paciencia y volteo a verlo con una mirada llena de enojo y rabia al hombre.

- ¡No tengo que darle explicaciones a nadie!, Mucho menos a ti, no eres más que un peón más aquí. Así que si quieres seguir "vivo", lárgate de mí vista inútil y ponte a trabajar. -.

Resendo, apretó con rabia los puños, de no ser que ese niño era un diablo, le hubiese roto la boca de un solo golpe. Al no tener más opción, se tuvo que tragar el coraje y regresar al trabajo, que constaba de vigilar a chuy y a los otros siete peones, aunque la realidad era que él se la pasaba o tomando o durmiendo por ahí.

_:: Corazones rotos pero unidos::_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora