Dentro de la hacienda, las cosas habían mejorado un poco para xóchitl y sus amigos. Esas pequeñas dos horas de descanso había sido un gran suspiro para ellos. Podían comer a gusto, platicar, o simplemente mirar al cielo un rato y disfrutar las nubes pasar.
Ninguno de ellos sabía del pequeño acuerdo entre xóchitl y leo. Lo que para ella era mejor, si les decía, los más probable era que se enojaran con ella o rechazaran esas 2 horas de descanso.
A ella no le gustaba guardar secretos o mentirles, pero era un mal necesario. Habían pasado ya unos meses del acuerdo y para xóchitl era una situación complicada, incluso incómoda.
Por su parte, leo se sentía lleno de energía y fuerza, lo que lo llevaba a esforzarse en su "trabajo" y terminar trayendo a casa un botín grande.
En otras palabras, almas.
Almas que muy pronto serían destiladas y convertidas en bebidas y guardadas en botellas durante toda la eternidad. Leo miraba con orgullo como su colección lentamente se hacía más grande.
Xóchitl, sentía una pizca de culpa, pues gracias a ella, él se sentía mejor, pero a causa de eso, ahora varias personas buenas o malas, estaban atrapadas ahí.
Pero los demás miraban con miedo o preocupación esto, pues no sabían en qué momento se cansaría de ellos y terminará por guardarlos en botellas como a los demás.
Ninguno de ellos sabía que les hacían a las botellas, beberlas era lo más lógico, parte de ellas eran tequila, y la otra alguna vez fueron personas.
Solo un loco y enfermo las bebería.
Aunque quizás el otro charro lo hacía, pero leo era un niño de 13 años, no debía beber, aunque una cosa era decirlo y la otra era no hacerlo.
Mientras las limpiaban una a una, podían leer en sus etiquetas, nombres y fechas de cuando se había cobrado las deudas. Era escalofriante pensar las cosas que habían hecho o dado con tal de cumplir sus deseos.
- Termine, ... - Dijo Teodora, sacudiendo su ropa. - ¿Qué tantas botellas habrá aquí?, perdí la cuenta después de 182. -.
- ¿Para qué lo haces niña? -. Le comentó el Evaristo. - Si van llegando más sin parar. -.
- Tu déjame, ¿sí?, es desestresante para mí. No estoy acostumbrada a hacer estas labores. -.
- Si, si, ya sé, ... porque eres Teodora Vicenta de la purísima concepción villa bla bla blaaa. -. Dijo bromeando Evaristo.
- ¡Oye!, ¡Respeta el apellidó siquiera!, es lo único que me queda, ... Eso y mi sentido súper nice de la ropa. -.
- Pues solo que te guste vestirte de cenicienta, porque con ese trajecito no das para más mi chava. -.
- ¡Que pesado andan últimamente?, ¡Eh!, No seas naco. Ya ni porque soy una dama. -.
- No lo dije en mal plan, yo te quiero como la sobrina que nunca quise. -.
Ambos comenzaron a discutir, más por rutina, que por enojo. Los demás intentaron no prestar mucha atención. Al rato se encontraban cantando o haciendo cosas como yoga o ejercicios de respiración.
Con el trabajo terminado, se dispusieron a recoger sus cosas y regresar a casa para descansar. Pero la pequeña pelea de Teodora y Evaristo se había extendido más de lo normal.
- ¿Cómo puedes ser tan grosero? -. Exclamó molesta Teodora. - Tan buena amiga que he sido contigo. ¡Hasta te presté mi shampoo de durazno y jazmín, y NUNCA me lo regresaste!, ¡Sino una vil copia que me resecó el pelo!, ¡Parecí estropajo por SEMANAS! - .
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_:: Corazones rotos pero unidos::_
RomanceMundo alternativo donde leo, no logro ser rescatado de manos del charro negro. Xochitl y sus amigos, tiene que vivir día a día durante algunos años, la vida de unos sirvientes a manos de su ex- amigo y líder leo. Durante esta travesía, día a día...