________ ..::Capitulo 15::.. _________

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Esa noche el viento silbaba de una forma inquietante, como si de lamentos o gritos se trataran. La única iluminación disponible eran la que proporcionaba la luna que poco a poco se ocultaba tras unas nubes negras y la de unos faroles que tenuemente iluminaban la calle, con la amenaza de apagarse en cualquier momento por el viento.

Un silencio absoluto y extraño reinaba en el ambiente. No se escuchaba ni el cantar de los grillos.

Xóchitl, caminaba por las empedradas calles de Guanajuato, esa mágica y misteriosa cuidad. Tenía muchos sentimientos en su corazón. Algunos de melancolía, otros de tristeza, pero una sensación de vacío era la que dominaba su alma. Necesitaba alejarse de los demás para respirar un poco, estaba feliz de que leo, regresara a su casa, solo le hubiera gustado poder hablar con él, pero no, no debía.

- Buenas noches señorita, ... ¿Tan chula y con una cara tan triste?, ... ¿Puedo ayudarla? -.

Al voltear al ver al extraño, unos ojos brillantes como la sangre se le clavaron en el alma a la joven. Era un hombre alto, vestido de charro y montado en un caballo tan negro como su traje.

Este le regalo una sonrisa a la muchacha, bajo del caballo y se acercó a la muchacha.

- ¿Qué pasa?, ... Parece que se le hubiera aparecido el diablo, señorita ...-.

En ese momento, xóchitl despertó. Su pecho subía y bajaba rápidamente, mientras un sudor frio recorría su frente. Al mirar a su alrededor, un pequeño suspiro de alivio escapo de sus labios al ver que solo había sido un sueño, un terrible sueño.

Hace mucho tiempo que no había tenido esa pesadilla. Su corazón latía fuerte en su pecho, como si se le fuera a escapar. Corrió al pequeño baño y en una palangana vertió agua para lavarse la cara y el cuello. Aún tenía en su mente la noche que ese hombre la había secuestrado y traído ahí. Todo había pasado tan rápido y de golpe que no había tenido tiempo de defenderse. De un momento a otro, todo se oscureció ante sus ojos y despertó ahí, siendo arrastrada por chuy al sótano.

Aun tras lo que paso, xóchitl no le guardaba resentimiento a chuy en lo más mínimo. Podría verse aterrador o intimidante. Pero en el no cabía la maldad.

Hasta eso, fue el único ahí que los recibió con amabilidad.

Tras secarse con una toalla, se asomó a través de las cortinas. No había amanecido aún. Apenas el cielo se veía en tonos azules oscuros y un tenue claro, serian apenas como las 6 de la mañana. Intento volver a recostarse, al menos hasta las 8, pero sería difícil. Se froto el estómago levemente, pese a lavarse la boca y haber cenado, aun sentía un leve burbujeo por la bebida que leo le había dado. Se cuestionaba a sí misma una y otra vez que era lo que su patrón le había dado de beber.

Cerro los ojos un rato hasta por fin dormir un poco, aunque la cara de ese hombre aun la tenía viva en sus pensamientos. Esas 2 pequeñas horas de sueño no fueron lo suficiente para ella.

- ¡A DESAYUNAR! -. Grito evaristo desde la cocina.

Sin muchos ánimos, xóchitl se despertó, casi arrastrando los pies. Tenía unas pequeñas ojeras bajo los ojos, las cuales le hacían pensar un poco en, ... leo. Al llegar al comedor, ya todo mundo estaba desayunando, o al menos eso intentaban. Ya que como era de costumbre, teodora y evaristo discutían sobre lo que había para desayunar.

- No te me ofendas, ... ¿Pero a quien le preparaste de desayunar?, ¿A nosotros o al caballo? -. Dijo teodora, mientras tamborileaba los dedos sobre la mesa.

- No sabes de lo que te pierdes. Además, buena falta mija, chance y agarres más color. -. Le dijo evaristo, colocando algunas cosas sobre mesa.

- Para que lo sepas, este es mi color natural de piel, ..., Bueno, antes era mejor, ... Pero trabajando bajo el sol y sin mis cremas no hay mucho que se pueda hacer, ... -. Le contesto teodora, bajando la mirada. - y, ... ¿Cuándo creen que podamos salir de aquí, ...? -. Pregunto la joven española en voz baja.

_:: Corazones rotos pero unidos::_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora