Capítulo 23

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Revuelvo el té humeante que está sobre la mesa bar de mármol con algo de pesadez. Después de haber comido demasiada chatarra con mi primo he decidido no excederme más de lo que ya había hecho. El detalle es que jamás cumplo cuando digo que ya no voy a comer a montones y en grandes proporciones.

Es domingo y lamentablemente mañana de nuevo a clases, al menos ya no falta mucho para que el bimestre acabe y así celebremos por una semana nuestras vacaciones. Incluso una vez fueron dos, pero eso es ahora demasiado difícil. Estoy en el apartamento de Kano desde hace varias horas que incluso me voy a quedar a dormir. Prácticamente es mi familiar de cariño de tanta confianza (literalmente desde que tenemos memoria) con el que comparto demasiadas cosas, y una de esas son las pijamadas que hacíamos desde pequeños. Tristemente estos años, por la distancia, nunca se pudo volver a hacerlo hasta el día de hoy.

La diversión Kim-Daigo nunca se esfumó y por eso, en todo el día, nos la pasamos de aquí para allá en el piso del chico, disfrutando todo debido a que estábamos hablando en nuestro idioma más cómodo: japonés. Preparamos postres, bailamos al ritmo del último Just dance de la consola, cantamos canciones de todos los idiomas posibles, pero sobre todo las coreanas y las japonesas. La dos canciones que más repetíamos eran la de Bbibbi, de IU, y Plastic love de Mariya Takeuchi. Esas dos se volvieron de repente un vicio para nuestros oídos. Y me alegraba de que todo esto estaba sirviéndome mucho y siéndome de distracción.

Claro, me fue de ayuda luego de la actitud que estaba teniendo Hyunjin conmigo.

—Dime que te sientes mejor

—Ay, oye, deja de exagerar y verme como si estuviera sufriendo —ruedo los ojos y alzo con ambas manos la bonita taza de Batman con té para darle un sorbo. Kano me compró a penas ayer esto y se lo agradecía demasiado, ¿cómo no va a saber de mi amor inmenso por él?

—Por supuesto que no estás sufriendo, pero sé que igual no la estás pasando taaan bien

Mis labios se quedan estáticos sobre la taza negra y mis ojos se vuelven a perder hacia el frente. Bajo un poco el vidrio mientras maquino en mi mente todo lo que tengo pensado decir.

—¿Cómo no molestarme con que Hyunjin de la nada está ignorándome?

—Eh, tampoco te está ignorando —me hace un alto con su mano izquierda al alzarlo, o eso es lo que creo que hace para que lo note, y luego se concentra en lavar el último plato sucio que queda.

—Pero igual se nota que me está evadiendo lo más que puede —frunzo el ceño—. ¿Por qué está haciendo eso? ¿Por qué me está haciendo eso? No lo entiendo

—Tranquila, no te desesperes. Deberías hablar con él cuando tengas la oportunidad —expresa al mirarme de soslayo.

—Pero ¿cuándo? —volteo a mi derecha para mirar a Kano y poco convencida de sus palabras—. ¿Cómo voy a conversar con Hwang si se la pasa alejándose como mosca viendo un matamoscas?

Mi primo suspira y se saca finalmente los guantes rojos de goma para dejarlos sobre el caño de la cocina.—Sí o sí va a haber un hueco adecuado para que puedan hablar. No creo que se la pase siempre huyendo

—Quiero pensar eso. Además, tú sabes de algo y no me lo quieres decir en ningún momento —comento indignada y lo señalo mientras con la otra mano doy otro sorbo a mi té ahora medio tibio—. Eso no es bonito de tu parte

—Es que no te lo puedo decir, Irem. Eso es algo de lo que tiene que decirte él —me mira con calma y sonriéndome con lamento—. No te enojes

—Ya, está bien, lo siento —afirmo con la cabeza para luego volver a tomar de mi té y esta vez sin detenerme. Pocos segundos pasaron como para terminarme todo el líquido—. Supongo que tengo que tratar de hablar con él

Solo yo » Hyunjin; Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora