Capítulo 25 - parte I

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El movimiento del carro y la suave melodía de una canción sin letra suena en la radio. Quien está al mando del timón es un hombre de casi treinta y seis años, y al lado se encuentra una joven de diecisiete años que solo está mirando sin decir nada la ventana. El mayor, cada vez que puede, mira de soslayo a su hija y con un toque preocupado a pesar de que ella le ha dicho que no tiene que hacerlo. De todos modos, no puede evitarlo.

Su esposa no está con ellos debido a que tuvo que irse antes a la empresa por un asunto de publicidad que necesitan hacer en su área, por lo que él aprovechó en llevar a la chica al colegio en el Jeep negro. Todavía tiene suficiente tiempo como para acompañarla, además porque no quiere descuidarla en ningún momento luego de verla apagada el día de ayer que regresó de la tienda.

*Escena retrospectiva*

—Ya llegué

—Nos dijiste que no ibas a tardar mucho. ¿Qué pasó? —preguntó Kaori luego de colocar el último plato sobre la mesa del comedor. 

—Perdón, en serio. Fui a dos tiendas más porque ya casi no había y solo eran las que menos me gustaban

—Bueno, cámbiate y límpiate que vamos a cenar. Y guarda para más tarde el ramen, no pensamos que tardarías mucho y te vas a llenar rápido si dejas la cena por una sopa —le sonrió y se sentó en la silla mientras apagaba el televisor con el control—. Aish, pensé que lo de la lluvia no iba a pasar...

—Yo... Quizá cene más tarde, má, ya no tengo hambre

El papá, que había estado escuchando en silencio la pequeña conversación, miró confuso a Irem y frunció el ceño por ese repentino cambio.

—Oh..., pero no deberías dormir sin tener algo en el estómago —la mujer no quería que se la pasara sin nada el resto de la noche—. Al menos cómete esta ensalada de frutas

—O por esta vez solo come el ramen que te has comprado —el mayor decidió interrumpir al percatarse de que aún así la joven no lucía convencida.

Kim Irem, presionando sus labios, sonrió aparentemente forzosa y asintió con la cabeza.

—Eso haré. Pero quiero comer en mi cuarto... ¿Me dejan?

—Sí, no te preocupes —contestó el señor Kim y movió su mano para indicarle que se fuera a su pieza—. Ve normal. Si así te sientes más cómoda, entonces no hay problema

—Gracias, los quiero —volvió a sonreír ella, pero esta vez ya más tranquila, y subió por las escaleras en dirección a su habitación.

El hombre, sentándose dubitativo en la silla al frente de su pareja, vio a Kaori suspirar detenidamente.

—Creo que la pelita con esa persona la dejó bien malhumorada —estiró sus labios y apoyó su mentón sobre su mano hecha puño. A continuación, se dedicó a agarrar la cuchara para empezar a comer de la cena—. ¿Será que discutió con Jisung? Tal vez con May o Supgi, como ellos son sus mejores amigos. Digo, ¿no?

—Sí... debe ser —asintió no muy convencido el hombre y acercó su plato de ensalada para darle un bocado con su tenedor. 

—Que se amisten y hablen como debe ser para que ya no esté tan estresada. Mi niña... Es de las muy pocas veces que se la ve así

Sí, entendía perfectamente lo que decía su esposa, pero le daba un poco la impresión de que ahora se la veía incluso menos contenta que hace rato antes de salir a la calle. No entendía muy bien lo que estaba pasando, pero si de verdad podría hacer algo por su hija lo haría sin dudar. Ya dependía de ella si contarle o no, o al menos darle alguna pista para ayudarla en lo mínimo.

Solo yo » Hyunjin; Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora