Faltan unos diez minutos para que acabe el recreo y empiece la clase, por lo que tengo suficiente tiempo para ir al baño y hablar con los chicos. Como esta clase no voy a compartirla con ellos -a excepción de Gahye- tengo que gastar mis minutos en ello mientras saco mis libros del curso respectivo.
Cierro la puerta del casillero no sin antes de acomodar los cuadernos y libros que hay aún ahí. Es lunes y prácticamente estamos a nada de acabar el bimestre, además, los exámenes están dándose a montones para librarnos los últimos dos días. El viernes se llegó a dar tres, por lo que al menos estaremos más libres y tranquilos.
Despidiéndome finalmente de mis mejores amigos, agarrando mi celular junto a mis cuadernos, ingreso rápido al salón a la par de Hye, quien luce un poco nerviosa por el examen. Ya hemos dado uno en la mañana y ahora, en el segundo bloque, nos toca dar el último del día, pues las dos últimas horas después del otro recreo saldremos a arreglar el auditorio para la presentación. Es la primera vez después de tanto tiempo que me enfocaré en eso, ya que también tocaré y mostraré lo buena que era en un pasado.
Los cuatro minutos restantes los aprovecho en repasar antes de que el docente venga a entregar las pruebas. No tengo problema con no concentrarme mucho, pues el fin de semana me dediqué justamente a leer los temas del temario de cada curso que faltaba y ahora milagrosamente tengo la información guardada en mi mente.
Pero a pesar de que le haya querido dar al menos un minuto de estudio no me percaté de que había terminando usando el celular y escribiéndoles a mi grupo de cuatro de que deberíamos ir a comer afuera terminando todas las clases. Tampoco noté cuando poco después me puse a conversar por chat también con Hyunjin; el chico también había regresado con anticipación al salón para prevenir cualquier inconveniente. Y mucho menos me percaté de la sonrisa que estaba apareciendo en mi rostro inconscientemente.
—Wao, Irem, estás de muy buen humor —un compañero de mi salón, que justo está sentado al lado mío, me mira asombrado y de repente mi burbuja se rompe, alzando la mirada para dirigirla hacia él. Creo que se llamaba Wookjin—. ¿Qué pasó como para que no estés con esa típica mirada de perro rabioso?
—Nada que te importe —afilo la mirada y, restándole importancia, vuelvo a concentrarme en la pantalla brillante de mi móvil, volviéndole a escribir al pelinegro.
—¿Tú y Hyunjin son novios? —Yoojung, mejor amigo del que me había hablado, aparece por detrás y me mira con curiosidad.
—¿Qué? —mis ojos se abren más de lo normal y, negando con la cabeza, respondo lo más rápido que pueda—. No, no somos nada
—¿En serio? Es que como te vi viéndolo demasiado en el recreo y él hablando a cada rato de ti pensé eso —se encoge de hombros y ladea su cabeza—. Pero ¿en serio no son nada?
—No
—¿Nada de nada? —cuestiona Wookjin.
—Nada de nada, y no insistan —mi buen humor por arte de magia desaparece y ahora una expresión neutra se manifiesta—. Mejor siéntense en otro lado y hagan cosas de novios, como andan enfrascados en eso
—Yoojung ya tiene novia —el que está sentado señala al aludido con una sonrisa y recuesta su cabeza contra la mesa—. Y yo voy a declararme el último día a Yerim
—Ah, buena suerte —decido ignorarlos y de nuevo me pongo a escribir por el celular, deseando que dejen de joder a cada momento.
Aunque a pesar de que quiera dejar aquel tema de lado no puedo evitar pensar en lo que le he respondido al par. "Nada de nada". Hyunjin y yo no somos nada y no creo que lo seamos aún, quiero decir, apenas estoy admitiendo internamente de mis sentimientos y eso que me ha costado tener que hacerlo. Pero no niego que no me he sentido muy cómoda al haber negado todo tipo de interés en voz alta.
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Solo yo » Hyunjin; Stray Kids
Fanfiction"Él y su bendita pelota de la discordia". Hwang HyunJin es el chico más revoltoso y descuidado. Kim Irem no es alguien como él, pero tampoco va a ser su antídoto. No, ¡nada que ver! Más bien va a empeorar todo en el otro.