—A ver, ¿quién fue el primero en pisar la luna?
—Neil Arms... ¿Armstrong?
—Sí —asiento sorprendida y vuelvo a mirar en el celular—. ¿Qué enfermedad tenía Stephen Hawking?
—Creo que Esclerosis Lateral...
—Amiotrófica
—Eso —comenta sin quedarle de otra y sonrío mínimamente.
Frunzo el ceño cuando veo la siguiente pregunta.— ¿Cómo se llama ese espacio que hay entre ambos ojos?
—Glabela
—Oye, ¿en serio te sabías eso? —cuestiono asombrada al escuchar su inesperada respuesta. ¿Quién diablos sabe ese nombre tan extraño? Claro, quitando a los doctores o gente profesional que sepa. Nunca en mi vida he pensado acerca del nombre del espacio que hay en nuestros ojos—. Yo lo dije porque lo vi en el celular. ¿Cómo diablos sabes tú?
Chris se encoge de hombros, voltea su cuerpo para verme detenidamente, y ríe lentamente al notar mi rostro impactado y algo conmocionado. Vuelve a su posición anterior.— Nada del otro mundo. Solo me apareció por ahí en instagram como dato curioso
Asiento a pesar de que no me pueda ver y solo suelto una exclamación para que sepa que he respondido.
Estamos ahora mismo en la casa del chico y esperando a que sea las ocho para irnos a donde vive Felix. Había pensado desde antes ir sola o con mis amigos, pero Chris se adelantó y me pidió que viniera para irnos juntos, además con la excusa de exponer nuestra ropa. No pude negarme, por lo que sin mucho problema le avisé al resto encontrarnos allá.
Doy una mordida a la fresa que tengo en mis manos para sentir como acto seguido el sabor ácido y dulce de la fruta. Me paro por un segundo para acomodar mi falda con la mano izquierda y no se arrugue. Vuelvo a sentarme sin dejar de mirar curiosa cómo se mueve por la cocina, ya ha acabado de preparar.
El rubio deja sobre el lavabo de la cocina una cuchara y yo digo—: No sabía que cocinabas
—Algunos platos se me dan bien —habla mientras junta otros pequeños platos para también meterlos en el caño. Lo veo ahora lavarlos con mucho cuidado—. Creo que podría considerarlo como un pasatiempo
—¿Desde cuándo sabes hacerlo? —con mis pies pegados al piso muevo la sillita bar giratoria en la que estoy sentada para ir de un lado a otro con poca intensidad—. ¿Y le has llegado a cocinar a alguien?
—Desde muy joven, creo que desde que tenía nueve años —admite él y abro un poco más mis ojos. Realmente no podría dedicarme a eso con mucha facilidad, siento que me voy a quemar o algo por el estilo. Además que no puedo evitar sentir pereza—. Lo hice para que mi mamá comiera de lo que cocinaba y no de los paquetes chatarra que compraba casi todos los días. Aunque eso pasa cada mucho y por poco tiempo, como siempre anda de viaje en viaje ni siquiera se queda aquí por un mes
Presiono mis labios y asiento sin saber qué más decir. Entiendo a lo que se refiere, recuerdo que mis papás un tiempo estuvieron de la misma forma que incluso me tuvieron que dejar a cargo de una empleada que criara niños, y por más que la haya pasado con ella no niego que prefería siempre a ellos. ¿Cuándo fue que sucedió? Creo que a los siete años.
—Bueno, si quieres buscar a alguien que coma de tu comida me ofrezco de tributo —bromeo y coloco mis manos sobre el pecho para autoseñalarme, haciendo que el otro ría y me mire divertido. Luego de que él haya terminado de lavar los restos de la cocina se limpia y se sienta justo en frente de mí.
—No lo sé, la primera vez que lo intenté salió mal —recuesta su mejilla contra la palma abierta de su mano.
—¿Por qué? ¿Acaso le echaste azúcar en vez de sal a la comida? —alzo una ceja.
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Solo yo » Hyunjin; Stray Kids
Fanfic"Él y su bendita pelota de la discordia". Hwang HyunJin es el chico más revoltoso y descuidado. Kim Irem no es alguien como él, pero tampoco va a ser su antídoto. No, ¡nada que ver! Más bien va a empeorar todo en el otro.