Capítulo 34: Mill Colernathy.

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(Emma)

Semana dos. Día siete.

 

-        Emma. - escuché a Ryan llamándome. – Emma, despierta.

-        ¿Por qué? – dije aun con los ojos cerrados.

-        Porque es casi la una de la tarde.

Bufé y me senté con los ojos aun cerrados. Ryan depositó un beso en mi frente.

Abrí los ojos.

-        ¿Quieres comer?

-        Eso no se pregunta. – sonreí.

Tomó una caja de cartón azul de la mesa de noche de Will y me la entregó. La abrí y había sándwiches de queso. Cinco palabras: Amo los sándwiches de queso.

Tomé uno y comí la mitad de un solo bocado.

-        ¿Acabas de comerte la mitad de uno de esos de un solo bocado? – preguntó sorprendido.

Asentí.

-        ¡Monstruo! – curvó su espalda hacia atrás e hizo una cruz con sus dedos.

Solté una carcajada.

-        ¿Qué nunca viste a una chica con hambre? – dije.

-        Claro que sí, aunque empiezo a creer que nunca te vi con hambre. – se burló.

-        ¡Hey! – le di un golpe en el hombro.

-        Ouch. – se rio.

Que idiota.

Cierto.

¿Pero sabes qué?

¿Qué?

Es nuestro idiota.

No me había dado cuenta de que estaba sonriendo como tonta.

-        ¿Por qué sonríes? – me preguntó Ryan mientras tocaba su hombro.

No respondí, solo me abalancé hacia adelante y lo abracé. Mis brazos estaban enrollados alrededor de su cuello. Uno de sus brazos pasó sobre mi hombro y el otro en la parte baja de mi espalda.

-        Me gusta tu respuesta. – sabía que estaba sonriendo.

Me separé de él lo suficiente como para verlo.

-        ¿Por qué sonríes? – dije con voz de boba.

-        No estoy sonriendo. – hizo muecas para dejar de sonreír, pero no pudo.

-        Eres adorable y realmente torpe al mismo tiempo.

Reímos un poco.

Escuché como la llave era introducida en la cerradura, Will volvió.

Nos separamos rápidamente y yo tomé mi sándwich, para cuando Will cerró la puerta yo ya había terminado el sándwich.

-        Hola. – saludó.

-        ¿Acabas de saludarnos con un “Hola”? ¿Quién eres y que hiciste con Will? – dije haciéndome la dramática.

Rodó los ojos y se sentó en la esquina de la cama.

-        Quiero pedirles un favor. – dijo, estaba totalmente serio.

-        Debe ser muy importante para que estés…

El Asesino de mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora