Capítulo 30: Canciones.

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 (Emma)

Semana uno. Día seis.

 

Le di el último sorbo a mi café y lo dejé en la mesa. Will se hartó de salir a buscar nuestro desayuno así que nos hizo ir con él, ahora Mia, él, Ryan y yo estábamos sentados en una mesa en Starbucks.

-        Estarás hasta la madre de comprar nuestro desayuno pero tú sigues pagando. – le dijo Ryan a Will con una sonrisa burlona.

Will lo fulminó con la mirada.

-        Una maldición, solo una maldición necesito para joderte.

-        ¿Y si no te funciona?

-        Aprenderé a coser y haré un puto muñeco vudú.

Ryan y yo nos miramos y rápidamente tomamos un par de botellas de agua y las usamos como micrófonos.

-        Tell me where you're hidding your voodoo doll cause I can’t control myself, I don’t wanna stay, I wanna run away but I’m trapped under your spell. And it hurst in my head and my heart and my chest, and I’m having trouble catching my breath. – cantamos Ryan y yo muy alto.

Hace un tiempo habíamos escuchado esa canción pero no sabíamos en nombre.

-        Won’t you please stop loving me to death? – terminó Ryan señalando a Will.

Al final ambos nos echamos a reír y todas las personas en el lugar se nos quedaron viendo.

-        ¿Qué coño fue eso? – preguntó Will.

-        Algún intento de escena de Glee. – se burló Mia.

-        A ustedes no les importa. – les dije.

Ambos rodaron los ojos y Will El Maldecidor sacó su billetera, dejó cincuenta dólares en la mesa.

-        Vamos.

Yo fui la última en salir, cerré la puerta y al voltearme Ryan usaba unos lentes de sol.

-        ¿Qué… tu… qué coño Ryan?

-        ¿Es que un hombre no puede tener estilo?

-        Ni siquiera se ve el sol, el cielo está más gris que los zapatos blancos de Will. – reí.

Se encogió de hombros y empezamos a caminar unos metros detrás de Mia y Will que reían mucho. Ryan pasó su brazo sobre mis hombros.

-        Somos buenos avergonzándolos ¿No crees? – me sonrió.

-        Demasiado buenos para ser verdad.

(Ryan)

-        Mierda.

-        ¡Trauma!

-        Casi me da un puto infarto, Will ¡Un puto infarto!

-        ¡No fue mi culpa!

Cuando llegamos al hotel Mia dijo algo que hizo que Will riera, lo malo de su risa es que se escucha a cuatro cuadras de donde él se encuentre, y Marcus estaba cerca. Mientras él se volteaba nosotros salimos corriendo al ascensor como perros de tres patas, Will casi golpea con el puño al puto botón del ascensor que no quería funcionar.

-        Claro que fue tu culpa, a mí casi me da un infarto, parece que Emma va a vomitar sangre o algo peor y tu novia tiene un trauma. – le dije.

El Asesino de mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora