(Emma)
Eran las cinco en punto de la mañana, hoy debía tomar un avión a Tennesse. Parecíamos zombie, Mia había llegado hace media hora y estaba peor que yo, ella duerme mucho.
No quería irme, Mia estaba aquí al igual que Will, pero sobretodo, no quería dejar a Ryan. Sabía que lo extrañaría demasiado.
Cambié mi short de jean por uno negro, unos Converse rojos, una camiseta blanca y una chaqueta gris.
La puerta se abrió y Ryan entró con cuatro vasos de café.
¿Quién trae café en vasos?
Él.
Se le deben estar quemando las manos.
Después se queja, idiota.
Ryan tenía puesto sus jeans negros, Vans negras y una camiseta azul cielo.
Me entregó uno, otro se lo dio a Will y uno lo puso en la mesa de noche de Will, supongo que era el de Mia.
Bebí un sordo de mi café, estaba delicioso. Lo puse a un lado y seguí doblando ropa que había dejado debajo de la cama, había mucha ropa.
También debía sacar la ropa de Ryan de mi bolso. Saqué camisetas, jeans, calcetines, ropa interior, zapatos y camisas tan lento como se me hizo posible.
Recordé haber dejado mi cepillo de dientes en el baño, me apresuré a buscarlo y volver para guardarlo.
Metí mi ropa, celular, auriculares y cargador y me senté a terminar mi café.
- Hola. – Ryan se sentó a mi lado y pasó su brazo sobre mis hombros.
- Hey. – le saludé de vuelta.
Bebimos café en silencio, Will se quedó dormido después de beber todo su café. Definitivamente no éramos personas madrugadoras.
Faltaban diez minutos para las seis, Mia y Will ya estaban despiertos. Ryan tomó una valija del armario de Will y metió sus cosas allí.
- ¿Tienen que irse ahora? – dijo Mia, estaba realmente triste.
Deben hacerlo, si pasan más tiempo juntos, cuando deban irse les dolerá más.
- Cierto ¿No pueden quedarse más tiempo?- preguntó Will. – Podrían vivir aquí… si quieren, claro. – bajó la vista hasta sus pies.
- En serio quisiéramos quedarnos. – dijo Ryan.
- Entonces háganlo. – insistió Mia. Podía ser muy testaruda cuando quería.
- No podemos. – dije.
Mia, por favor, deja de hacer esto tan difícil.
Tenía una sonrisa triste.
- Te voy a extrañar. – dijo Mia al borde de las lágrimas.
Me abrazó, le devolví el abrazo un poco más fuerte.
- Y yo a ti. – le dije.
- Te quiero muchísimo.
- Y yo a ti, Sunshine.
- Por favor llámame y que esta vez en serio lo hagas.
Reímos un poco.
- Lo prometo.
Nos separamos, ella se secó las pocas lágrimas que rodaron por sus mejillas. Odiaba que llorara.
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El Asesino de mi Hermano
HumorImagina que la persona que más amas en el mundo muere, horrible ¿No es cierto? Eso le pasó a Emma Daniels, su hermano murió en la guerra. Era la persona más importante en su vida, por eso ella ira a vengar su muerte, quiere que el imbécil que asesin...