El Asesino de mi Hermano

Extra 1: Familia Coleman.

(Emma)

 

Estábamos parados frente a la enorme puerta de la enorme mansión de la abuela de Ryan.

—           ¿Estás seguro de hacer esto ahora? — le dije algo nerviosa.

—           Tan seguro de como el cielo es azul. — sonrió.

—           ¡El cielo esta nublado!

—           Tú solo confía en mí. — me sonrió.

Expulsé todo el aire de mis pulmones y asentí. Tomó mi mano y tocó el timbre.

Escuché una voz masculina que dijo “¡Yo abro!” adentro.

La puerta se abrió revelando a un hombre que aparentaba treinta años con el cabello negro y ojos azules.

—           ¡Ryan! — exclamó con una gran sonrisa.

—           Hola, tío Robert. — rio un poco.

—           Tiempo sin verte, sobrino.

El tío Robert abrazó a Ryan. Típico-abrazo-de-hombres.

—           ¿Y quién es esta señorita? — le preguntó mientras me sonreía.

—           Ella es Emma Daniels, mi novia. — tenía una gran sonrisa. — Emma, él es mi tío Robert.

—           Es un placer. — le extendí mi mano.

—           El placer es mío y, por favor, dime Robert. — estrechó mi mano.

Asentí con una sonrisa de boca cerrada.

—           Pasen, la familia te extraña, Ryan. Además, deben conocerte, Emma.

Entramos a la mansión, si afuera era hermosa adentro era el paraíso.

Suelos de – si no me equivocaba – caoba, paredes blancas, cuadros de algunos miembros de la familia – supongo – y todo estaba inhumanamente limpio.

Al pasar por la entrada cruzamos a la derecha y entramos en la cocina, estaban tres mujeres sentadas en el comedor hablando.

Una de ellas parecía de veinte años, usaba lentes, sus ojos azules y cabello castaño claro. Otra aparentaba treinta, era rubia con ojos café oscuro y la última oscilaba entre los treinta y seis y treinta y nueve, tenía el cabello negro y ojos café claro.

—           Hola. — saludó Ryan.

—           ¡Ryan! — exclamaron y se levantaron para abrazarlos una por una.

—           Damas, — las llamó Robert. — hay alguien a quien deben conocer, ella es Emma Daniels, la novia de Ryan. Emma, ellas son Cassie, — señaló a la rubia. — Jane — señaló a la castaña — y Julia — señaló a la de cabello negro.

Estreché la mano de cada una con una sonrisa.

Cassie abrió la boca para decir algo pero fue interrumpida por Robert.

—           Luego tendrán mucho tiempo para hablar, pero ahora debo presentarle a toda la familia. — puso sus manos en mis hombros y me llevó fuera de la cocina.

Reí un poco junto a Ryan.

Llegamos a una sala donde había un enorme sofá de cuero marrón donde estaban cuatro chicos y una chica viendo atentamente el gran televisor frente a ellos.