Capítulo 16: "Gracias, Shepley."

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Hoy empieza mi búsqueda, metí mi mano derecha en el bolsillo de la chaqueta de Thomas, ahí estaba el arma. Buscaba una tienda de artículos para armas de fuego, llevaba caminando por la ciudad una hora y no encontraba nada. Un taxi pasó sobre un charco con agua asquerosamente sucia, la cual salió disparada y paso a solo medio centímetro de mí. Les juro que le dispararía a una de las llantas del auto de no ser porque no tengo municiones.

Llegué a una esquina con la esperanza de encontrar un taxi en esta ciudad de locos. Estiré mi brazo y agité un poco mi mano cuando un taxi se acercó, nada.

Puta sea, llevo unos diez minutos haciendo esto y ninguno de los veinte taxis que pasaron frente a mi estaban desocupados. Un auto aparcó frente a mí, un Dodge Avenger plateado. Lindo. Pensé, la ventanilla del auto bajo poco a poco revelando a una chica con el cabello claro y ojos grises.

— ¿Te llevo? — me preguntó con una linda sonrisa desde su asiento.

— Por favor. — le sonreí de vuelta.

Subí al auto y la chica me residió con una sonrisa. Parecía una linda chica.

— Soy Emma, Emma Daniels. — me presenté cuando nos alejamos del bordillo, creo que fue mala idea decirle mi apellido, podría denunciarme si le robo algo.

— Lucy Ramirez. —me respondió sin apartar la vista del camino.

- ¿Ramirez? — dije, pero sonó del asco.

Lucy soltó una risita.

— Ramirez, soy latina. — dijo con una sonrisa pegada al rostro y encogiéndose de hombros.

— Ya veo.

— Y... ¿A dónde te llevo?

— Uh... ¿Conoces algún lugar donde vendan municiones? — me miro como "¿De qué carajos hablas?" — para armas. — supongo que captó ya que asintió levemente.

— Um... déjame pensar. — pensó por unos segundos y giró bruscamente en una señal a punto de cambiar la luz a rojo. Soltó un suspiro entre risas — Casi, casi.

Reí un poco por su comentario, nos detuvimos frente a una tienda llamada "Pink Guns."

— Aquí es, — me sonrió. — un gusto Emma.

— Igual. — le dedique una sonrisa y baje del auto.

Halé la puerta de madera y cristal para entrar y escuche el sonido de la pequeña campana dorada de la puerta. Cerré la puerta detrás de mí, la tienda olía a madera y humo de cigarrillos, como la casa de mi tío Christopher. Me di cuenta de que era una tienda de armas de fuego y tatuajes.

Me acerque al mostrador, un chico delgado, tal vez demasiado, alto, con una gorra, cabello teñido de un azul muy oscuro, una camisa sin mangas, un cigarrillo entre los labios y con algunos tatuajes en los brazos estaba detrás de la caja contando dinero. Alguien vendió toda su droga hoy. Pensé al verlo.

— Hola

— Bienvenida a Pink Guns, — dijo sin muchos ánimos, guardándose el dinero en los bolsillos del pantalón y quitándose el cigarrillo — soy Shepley ¿Que se te ofrece?

— Necesito municiones.

— ¿Tipo de arma? — Shepley abrió un cajón y espero mi respuesta.

— Golck 18. — dije, sacando mí arma de mi bolsillo.

Shepley sacó una pequeña bolsa de cuero marrón

— Aquí tienes, ahí dentro hay unas veinte balas, son diez dólares. — le entregue el dinero.

— Uh... — no sabía si preguntarle, lo había pensado cuando me pregunto el tipo de arma que tengo — de casualidad... ¿Conoces a...?

Fui cortada por la pequeña campana de la puerta, una chica con el cabello rojo, no pelirroja, cabello rojo entro dando pequeños saltos. Usaba unos shorts rasgados blancos, una camiseta con mangas largas negra con rayas blancas y converse verdes MUY gastadas.

— ¡Hola! — exclamó la muchacha teñida de rojo pasando detrás del mostrador para depositar un beso en los labios de Shepley.

— Hola, Alicia. — le saludó Shepley con una sonrisa, Alicia le devolvió la sonrisa y desapareció detrás de una puerta de metal gris.

— ¿Es tu novia? — pregunté.

— Algo así ¿Que me decías?

— Te preguntaba ¿Conoces a Ryan Coleman?

— Sí, sí lo conozco.

— ¿Puedes decirme más de él?

— ¿Para qué quieres saberlo? — preguntó frunciendo el ceño, debía inventar algo y rápido.

— Soy su prima, he intentado encontrarlo por una semana y nada — hice mi mejor cara de tristeza y baje la mirada hasta mis manos con las cuales jugaba "nerviosamente."

— Ah, sí decías que eres su hermana no te creía. Es huérfano.

— Lo sé ¿Sabes dónde puedo encontrarlo?

— Es algo complicado si no vives en Las Vegas, pero supongo que lo haces así que... ¿Sabes dónde queda el bar "Midnight"? — negué con la cabeza. — Okay, mmm... ¿Tienes auto? — hice una mueca a lo que el asintió. — No puedes pedir un taxi y que te lleven, ese es un bar clandestino ¿Está bien? — asentí. — Camina hasta la calle cuatro y cruza a la derecha, camina tres cuadras y cruza a la izquierda, luego sigue derecho hasta que llegues a un barrio, lo primero que veras en una estructura a punto de derrumbarse, en la esquina de la derecha de la cuadra en donde esta esa estructura esta ese bar.

— Gracias, Shepley. — le sonreí, guarde la bolsa de cuero e hice mi camino hasta la puerta.

— De nada, linda, mándale saludos de mi parte a Ryan.

— Lo haré. — y salí, el viento golpeó mi rostro al salir. El día se volvía más fresco.

Decidí tomar un taxi hasta la calle cuatro, lo conseguí en menos de tres minutos. Un hombre de unos treinta y dos años conducía el taxi, le indiqué a donde quería ir y puso en marcha el auto.

El Asesino de mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora