(Emma)
Semana uno. Día tres.
Desperté gracias a unos golpes a la puerta, al abrir los ojos me di cuenta de que mis pies estaban sobre las almohadas, y Ryan estaba a mi lado, sus piernas estaban fuera de la cama. Él también estaba despertando.
- ¡Ya voy! – exclamó Will.
- Cállate, Will, es muy temprano. – le regañamos.
El abrió la puerta y Mia entró con una sonrisa, usaba un short blanco, una camiseta gris con la palabra “Beautiful” en letra cursiva y de varios los colores y unas zapatillas rojas.
- Hola. – le saludó Will con una sonrisa de lado.
- Hola. – estoy segura de que casi se sonroja la muy pendeja.
Miré a Ryan con una ceja alzada, él hizo un corazón con sus manos.
- ¿En serio? – murmuré.
Asintió.
- Mia igual.
- ¿Me estas jodiendo? – murmuró divertido.
Negué con la cabeza.
En ese momento las ganas de reír me llegaron con todo y cubrí mi boca para contenerlas. Al parecer a Ryan también ya que hizo una mueca rara y su respiración estaba descontrolada.
- ¿A ustedes que les pasa? – nos preguntó Mia.
Esa simple pregunta nos hizo estallar a carcajadas de una manera única.
- ¿Qué comeremos? – pregunté.
- No lo sé, yo solo sé que hoy no tengo trabajo. – Will hizo un baile extraño.
Me había cambiado mis jeans por un short rojo y los Converse por botas, es extraño que estamos a inicios de Septiembre y haga calor. Ryan se cambió los jeans oscuros por unos blue jeans y se dejó las Converse, fue difícil pero lo logramos y nadie vio nada.
- Eso es lo de menos, William. – dijo Ryan burlón.
- No me digas William. – Will rodó los ojos.
- Está bien, te diré Brujo. – Ryan rio.
- Harás que te golpee de nuevo, Ryan. – amenazó Will con una mano alzada.
Ryan se apresuró a tratar de esconderse detrás de mí mientras me abrazaba.
- ¡No me golpees! – exclamó.
Mia me miró con ambas cejas alzadas y una sonrisa pícara, rodé los ojos.
- Bien – dijo Will alargando la “e” y de mala gana -, iré a buscarles algo de desayuno, par de muertos de hambre.
Ryan y yo chocamos nuestras manos, hace diez minutos que intentamos que Will fuera a Starbucks a comprar nuestro desayuno y lo logramos.
- Vuelvo en treinta minutos, - se puso una chaqueta negra y tomó sus llaves – no rompan nada.
- Si, papá. – dije divertida.
- Si fuera su padre los desheredaría. – murmuró antes de salir.
ESTÁS LEYENDO
El Asesino de mi Hermano
HumorImagina que la persona que más amas en el mundo muere, horrible ¿No es cierto? Eso le pasó a Emma Daniels, su hermano murió en la guerra. Era la persona más importante en su vida, por eso ella ira a vengar su muerte, quiere que el imbécil que asesin...