Epílogo I

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  • Dedicado a TODOS LOS QUE TENGAN WATTPAD
                                    

(Emma)

        

Me agaché y recogí tres cartas y dos carpetas amarillas, me incorporé y leí los sobres de cada una de las cartas. Todas eran cuentas, me dirigí hasta la cocina y las dejé en la mesa.

Leí la etiqueta de una de las carpetas, estaba dirigida a mí. La abrí y sonreí al ver el contenido.

-        Hey, ¿Qué tienes ahí? – me preguntó.

Me voltee para verlo y mi sonrisa se hizo más grande.

-        Ven a ver.

Ryan se acercó a ver la revista que tenía entre mis manos.

-        Es impresionante, te superas a ti misma, cariño. – besó mi mejilla.

Hace dieciséis años Ryan me pidió que fuera su esposa y hasta el día de hoy lo sigo amando de la misma manera.

Después de casarnos ambos decidimos que debíamos ir a la universidad, aunque yo tuve que esperar un poco más de un año ya que dos personitas me impidieron hacerlo, pero solo por un tiempo.

Ryan cumplió su sueño de estudiar fotografía, ahora es un fotógrafo profesional con mucha demanda. Yo estudié diseño gráfico y ahora trabajo para la revista Vogue, aunque no me guste mucho la moda, me encanta trabajar ahí.

-        ¿Y este otro paquete? – preguntó Ryan mientras lo tomaba.

-        No sé para quien es.

Él leyó la etiqueta.

-        Es para Dylan y Thomas.

-        ¿Por qué escuchar eso se volvió normal? – dije divertida.

-        Ni yo lo sé. – me respondió de la misma forma.

-        ¡Chicos! ¡Llegó un paquete para ustedes! – los llamé.

Se escucharon golpes seguidos de los ruidosos pasos por las escaleras.

-        Ya era hora de que llegara. – sonrió Thomas.

Dylan tomó el paquete y leyó la etiqueta.

Thomas y Dylan son gemelos, ambos con cabello castaño como Ryan y ojos verdes como los míos.

En cuanto al físico son exactamente iguales, solo que Dylan utiliza lentes. Pero su personalidad es bastante diferente, Thomas es más extrovertido, ruidoso, simpático y muy popular en la secundaria. En cambio, Dylan es tímido, callado, muy amable y divertido pero cuando toma confianza se vuelve ruidoso y muy hablador.

-        ¿Se puede saber qué es? – pregunté curiosa.

-        Un trabajo de historia. – respondió Dylan.

Sabíamos que no mentían, ambos se volvieron "traficantes de trabajos escolares" y así ganaban su dinero. Mucha influencia de Ryan.

Estaba viendo la TV en la sala con Ryan cuando recordé que alguien debía limpiar el ático.

-        Oye. – dije para atraer la atención de Ryan. – Alguien debe limpiar el ático.

Asintió.

-        ¿Piedra, Papel o Tijeras para saber quién lo limpia?

-        Tenemos dos personas bajo nuestro control ¿Y si ellos lo limpian?

-        Sí. – sonrió.

Subimos rápidamente y tocamos ambas puertas de sus habitaciones. Ambos las abrieron al mismo tiempo.

-        Necesitamos que limpien el ático. – dijo Ryan.

Ambos se encogieron de hombros y subieron las escaleras hacia el ático.

Ryan y yo nos miramos y chocamos nuestras manos.

Toqué la puerta de la oficina de Ryan.

-        Adelante. – dijo.

Entré y le entregue una taza de café.

-        Gracias, cariño. – sonrió.

-        ¿Qué hacías?

-        Estaba a punto de...

El sonido de la puerta del ático cerrándose interrumpió a Ryan, volteamos a la puerta y vimos a Thomas usando un delantal rosa con puntos blancos y cargando una caja y a Dylan con una camisa de cuadros azul y usando un gorro de lana negro y una videocámara entre sus manos, ambos veían atentamente la pantalla.

Ambos siguieron caminando.

-        ¡Combo de McDonald's! – los llamó Ryan.

Reí un poco, ese apodo era realmente extraño.

Thomas y Dylan volvieron y se pararon frente a la puerta.

-        ¿Qué tienen ahí? – pregunté.

-        Encontramos esta caja con mi nombre en el ático. – respondió Thomas. – Aunque no hay nada que sea mío aquí adentro.

-        También encontramos esta videocámara sobre la caja. – respondió Dylan.

Dylan siguió reproduciendo el video, se escuchó la voz de Ryan diciendo "Algo no nos salió muy bien." Seguida de su risa. Luego se escuchó mi voz "No sabemos cómo nos limpiaremos."

Dylan detuvo el video.

-        ¿Cuándo grabaron esto?

-        Hace un poco más de dieciséis años. – sonrió Ryan.

-        ¿Y quién es Thomas? – preguntó Thomas.

Suspiré.

-        Chicos, su madre y yo tenemos algo que contarles. – Ryan sonrió de lado.

Acabamos de terminar de contarles a los gemelos todo lo que vivimos en Las Vegas y Denver hasta el día en que nacieron, incluyendo mis viajes desde Tennesse.

-        Así que por eso somos es combo de McDonald's. – respondió Dylan.

-        Ustedes estaban más que locos. – rio Thomas.

-        Y... habríamos tenido un tío por parte de mamá, si no me equivoco. – dijo Dylan, estaba algo pensativo.

Asentí.

-        No piensan que soy un desquiciado por... haber hecho lo que hice... ¿Cierto? -  preguntó Ryan, estaba preocupado.

-        En absoluto. – respondió Thomas y ambos chicos sonrieron.

-        Eres nuestro padre, no podríamos pensar eso. – dijo Dylan.

Sonreí.

-        Son muy épicos como para ser verdad. – dije.

-        Que me vuelva a llamar el director para decirme que mis hijos tienen ciertos "problemas" – Ryan hizo comillas con sus dedos. – para destruir su auto con un bate de baseball.

Todos reímos ante las expresiones de Ryan.

Escuché que alguien tocó tres veces la puerta de abajo.

-        Yo voy. – dije.

Me apresuré en bajar, sabía que los chicos y Ryan bajarían en unos segundos, siempre lo hacían. Escuché unos pasos detrás de mí entes de abrir la puerta.

Abrí la puerta, frente a mí estaba parado un hombre de cabellos rubios, con una barba de varios días y una sonrisa.

Mi mandíbula casi cae al suelo al verlo parado frente a mí, cubrí mi boca con mis manos. Al ver mi reacción su sonrisa se hizo más grande.

 -        Hola, hermana. – me saludó Thomas.

El Asesino de mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora