El Asesino de mi Hermano

Capitulo 2: El Funeral.

Estábamos en el cementerio, el funeral de Thomas. Tenía Vans negras, jeans, camiseta y chaqueta también negras. Fue una "coincidencia" que el día del funeral de Thomas no teníamos clases, pero las coincidencias no existen. Había muchas personas ese día, algunos profesores, muchos chicos de la escuela que lo conocían y algunos familiares. A lo lejos pude visualizar a Kevin, el mejor amigo y compañero de Thomas, en cuanto me vio se acercó a mí y me abrazó sin decir nada, le devolví el abrazo mientras soltaba un sollozo, él es como mi segundo hermano.

Mi madre había planificado que algunas personas hablaríamos sobre anécdotas, recuerdos y cosas por el estilo de Thomas, la primera fue mi madre, luego el entrenador del equipo de soccer, Thomas era el capitán del equipo antes de graduarse, después de él hablo Kevin, después Mia y me tocaba a mí, había preparado ese discurso a media noche. Estaba tres pasos más adelante que los demás.

— Thomas es... era el mejor hermano del mundo, siempre creí que no lo merecía pero seguía aquí — lagrimas empezaron a caer por mis mejillas, no resistiría más, estaba negando con la cabeza. — ¿Por qué? ¿Por qué Thomas? — siseé. — ¿¡Por qué tú!? — ahora estaba gritando. — ¡De tantas perdonas en este maldito mundo! ¡¿Por qué tú?!

Kevin me rodeó con un brazo y besó mi sien, Mia me susurró un "Tranquila, todo mejorara pronto."

Ya no quedaban muchas personas en el cementerio, la mayoría se había ido, me acerque al ataúd de Thomas, creo que será extraño lo que hare... a la mierda todo.

— Uh... hola, el discurso que dije... no es así, lo dije mal así que... te lo diré. — solté un suspiro, dejando mis pulmones sin aire. — Thomas era el mejor hermano del mundo, siempre creí que no lo merecía pero seguía aquí, el me enseñó prácticamente todo lo que sé, compraba la ropa de la misma marca que tú, me obligabas a leer tus libros, veía tus programas favoritos. — no pude evitar sonreír al recordar muchas cosas. — Recuerdo cuando me enseñaste a jugar football americano y mamá nos castigó por ensuciarnos con lodo y atravesar la ventana de la cocina con el balón. — el discurso no era así pero seguiría hablándole. — Desearía que estuvieras aquí, te extrañamos... yo te extraño. — en ese momento empezó a llover, pero no me iría hasta despedirme de mi hermano. — Adiós, Thomas. — me incliné para besar el ataúd e irme.

Mia y Kevin me esperaban con sombrillas para ir a casa. Subimos al auto de mamá, todos estábamos callados. Nadie quería hablar de lo que ocurrió allá afuera, era muy doloroso para hablarlo.