IV

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¡Holaa! Ha pasado tanto tiempo, sin embargo este amor por este hermoso ship no ha disminuido en lo más mínimo. Al principio y por un largo tiempo pensé en dejar este Fic como una trilogía, sin embargo, siento que puede dar mucho más; además de contribuir a esta talentosa comunidad. Cabe destacar que este fic contiene tintes más oscuros, al tratar mucho con temas de violencia y sexo, sugiero tomarse sus conservaciones respecto a ello, más si son personas susceptibles o menores para los temas a tratar. Me gustaría su apoyo en este camino. Sin más que agregar, espero sus comentarios, criticas constructivas y apoyo. 

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      Su cuerpo y espíritu se sentía igual que todos los días, no se creía más flexible, más resistente, más amplia, nada. A pesar de que en un lapso cercano de tiempo ocurrió lo mal llamado desvirgamiento, sentía como si nada hubiera pasado. Pero si lo hizo, si pasó. Al ser este evento tomado con extrema importancia por las personas, algunos comentarios de pasillo respecto a la nueva mujer que serían después de eso, muchas opiniones soñadoras de lo místico y especial del acto sexual, lo tan estrechamente relacionado con el amor, el entrelazamiento de espíritus, el crecimiento personal; inclusive para ser reconocido como un hombre en toda la forma de la palabra, incluían vivir esa experiencia y portarlo con orgullo, claro, para ellos. Para las mujeres era un tema más tabú, más anhelante y significativo. Muchas se sentían realizadas, crecidas, desarrolladas. Otras, pensaban estúpidamente que hacerlo o no, te daba algún estatus de valor por sobre las demás féminas, ya sea por ser una mujer deseada o por tener un "valor" como alguna nueva adquisición que espera al mejor postor. Sin embargo, para Mikasa Ackerman, una vez que ha obtenido una experiencia vivida en el asunto, veía desde una posición más neutral y lógica, las opiniones y pensamientos extremistas respecto al sexo, de polo a polo.

     No sentía que nada en ella hubiera cambiado, salvo el descubrir el placer y deseo que hasta hace pocos días no sabía poseer. Esa faceta sexual, ese nuevo estimulo placentero en sus zonas íntimas la abrumo. No exageraba al decir que era una situación de gran agrado que fácilmente podría convertirse en una obsesión para los débiles de mente. Para ella no, más que una obsesión, podría describirlo como una necesidad, los humanos somos animales de costumbres, lo que nos distingue de los demás seres vivos es que poseemos un lado racional y lógico, en su mayoría. Sin embargo, no nos desnaturalizaba, el sexo entraba como parte de nuestra naturaleza animal, era una necesidad placentera, que a diferencia de nuestras demás necesidades básicas, lo único que moría al no saciarla era tu continuación genética. Nada de qué preocuparse. Pero ya darle una importancia emocional o vincularla con el crecimiento personal le parecía una total estupidez. La presencia de su capitán le seguía produciendo una pequeña molestia en su pecho y un desgaste mental por tanto invocar la paciencia y el auto-control para no golpear su engreído e indiferente rostro cada vez que lo veía.

      Las primeras impresiones siempre serán eso, primeras. Por eso al observarlo, a pesar que se convirtió en alguien de confianza como para encargarle la integridad física de sus compañeros, le seguía produciendo una resentilla su trato tan brusco y tosco con Eren. Al ser este último casi que el centro de su mundo, automáticamente odiaba hasta aquel zancudo que osaba a picarlo. A Eren y Armin los tenia catalogados como los tesoros más preciados de su vida, eran la única prueba de carne y hueso de que ella vivió y lo hizo felizmente. Vivió lindos momentos, a pesar de la tragedia que dejo a su paso el asesinato de sus padres, pudo tener una familia y amigos, pudo correr despreocupadamente por la pradera, disfrutar de lo hermoso que era el cielo azul, sentir plenitud y amor. Actualmente ese concepto de lo que ella conocía como vida y hogar, fue cambiado por la sobrevivencia y un regimiento militar. No significaba que se le imposibilitara en gran medida su estatus como soldado de la legión de reconocimiento, a pesar de ser tan apegada a un par de personas, sabia mantener a raya o ya de plano no tener sentimientos que para ella eran tan exhaustos e innecesarios. Pero volviendo a la analogía anterior, además del razonamiento, lo que nos distingue de los animales es la presencia de los sentimientos, ya sea desde el odio, hasta el amor, cada ser humano, por pequeño que sea siente algo. Hasta el sentimiento de estar vacío es eso, un sentimiento.

Tradición -Rivamika- (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora