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- Míralo nada más.-Dijo con leve resentimiento en su voz, luego ingirió un gran trago de su 3er vaso de Ron. El rubio se paró alado de la ventana, justo a su lado para poder observar lo que llamaba la atención de su acompañante.

- ¿Qué tiene?- Preguntó ligeramente confundido por el comportamiento de su amigo.

- Parece un pájaro en grama.- Él pelinegro negó con la cabeza y tomó otro trago del fuerte líquido para arrugar un poco su cara. Él otro hombre no supo a que se refería y lo miró con dudas.- Como un imbécil mirando para los lados.- Explicó a que se refería y los grandes ojos azules celeste se ensancharon sorprendidos.

- ¿Cuántos grados de alcohol tiene es te ron?- Preguntó preocupado y fue rápidamente su escritorio a leer la etiqueta de la botella.- Que raro, lo mismo de siempre. Sin embargo, ya andas haciendo bromas y eso ocurre como a la quinta botella. ¿Estás bien?- él pelinegro rodó los ojos en dirección de su acompañante.- ¡No me mires así Levi!; hasta tú te conoces, me preocupas. ¿Acaso el lord Spinster te hizo algo?-

- Sí- Fue la simple respuesta del varón mientras seguía mirando y lanzaba veneno al susodicho desde la ventana.

- Existir no cuenta.- Regañó Erwin conociendo al pelinegro, este resopló.- La verdad, hoy no tengo ni una pequeña idea acerca de tu mal humor, pero debes contenerte, ya comenzará la reunión con él.- El rubio pudo observar como el hombre torció los labios en disgusto y suspiro cansado, aun no entendía el odio hacia el castaño.

Él rubio no dijo nada más y después de darle nuevamente su botella de ron a su compañero, se dirigió a la puerta de su oficina y le indicó al guardia del pasillo que buscara al duque Spinster pues ya se había desocupado y podrían tratar los asuntos que tenían en común. El joven cadete después de recibir la información correspondiente se fue a paso rápido a cumplir las órdenes de su comandante. Erwin se sentó en su sillón de cuero marrón y Levi se unió a su lado luego de observar desde la ventana como el soldado le transmitía el mensaje al castaño. El comandante se preocupó, pues este día en especial el resentimiento de Levi hacia el castaño parecía haber aumentado ya que el pelinegro tenía más de 20 minutos observándolo desde la ventana de su oficina, tal como un depredador mira a su presa, con hambre, recelo y sed de sangre y en este caso el castaño parecía un pequeño conejo tomando el sol justo en el centro del césped, completamente ingenuo y despistado de su alrededor.

- Permiso, el cadete me dijo que ya podía pasar.-Habló educadamente el castaño, Erwin se levantó del sofá para estrecharle la mano.

- Lord Spinster, siéntese por favor.- Indicó el rubio mientras señalaba la silla frente a su escritorio y el rodeaba el largo escritorio caoba para estar frente al recién llegado.

- ¿Tú no saludas?- Se escuchó el reclamo del pelinegro, quien jugaba con el líquido de su vaso y los observaba desde el cómodo sofá.

- ¿Otra vez capitán?- Preguntó con falsa ingenuidad.- Ya lo salude esta mañana, pero no sería inconveniente levantarme e irlo a abrazar si eso es lo que quiere.- Dijo lo último con falsa amistad. Levi lo miro en silencio y pestaño lentamente, el comandante reconoció esa señal como el límite de su paciencia.

- Se preguntara porque lo cite hoy acá.- Interrumpió la batalla silenciosa de los hombres y los ojos grises del citado lo miraron con atención.- Le resumiré la posición tan incómoda en la que está la legión de reconocimiento.

- No es necesario comandante, sé muy bien el mundo en donde vivo, además, los rumores llegan a mi mansión aun si no los busco.- El castaño suspiró.- Después del desastre que hicieron en la ciudad, donde murieron muchos inocentes civiles, créame que no puedo intervenir en la corte por ustedes.

Tradición -Rivamika- (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora