*Me siento muy complacida con este capitulo, ya que por fin se apreciara el resultado de todo el desarrollo de los capitulos anteriores, en fin, la ternura. Que lo disfruten*
Cuando vives diariamente cambios paulatinos, casi no notas la diferencia abismal con el tiempo pasado. Pero el "casi" no es un "todo", así que en una tarde donde me sentí abrumada por tantas acciones inesperadas, me encontraba acostada en mi habitación psicoanalizando el cambio que había tenido el chico conmigo este último par de meses. Acabábamos de llegar de una expedición a las afueras, por ahora, ya que habíamos recuperado la muralla María, nuestra misión era despejar las murallas y alrededores de todos los titanes que supondrían nuevamente riesgo para la población.
El número de monstruos había ido bajando gradualmente, a pesar de tener pérdidas, ninguna era tan significativa, ni mucho menos incluía a los soldados veteranos de la legión de reconocimiento. Desde la última discusión con Levi, aquella noche helada después de la conmemoración real, no había vuelto a compartir momentos íntimos con él. Admitía que el primer mes luego de eso, insistí en buscarlo, siempre que podía fingía un encuentro casual en los pasillos o me ofrecía a llevar la merienda en la oficina que ahora compartía con Hange, sin embargo, el hombre se encontraba inaccesible. Su rostro estaba demacrado y las ojeras que portaba eran unos 3 tonos más oscuros que su color de piel natural.
Yo sabía que estaba dolido, la muerte de Erwin fue un golpe muy severo para su estabilidad emocional, me sentí mal por no poder brindarle un apoyo útil, Levi era tan similar a mí que acostumbrábamos a afrontar nuestros bajones en soledad. Aun recordaba aquella tensa conversación de hace un mes atrás, aquel día en que mi intento por acercarme a él se vio nuevamente frustrado, aquella tarde en donde perdí la compostura.
"-¡Mierda! ¿Cuándo vas a dejar de evitarme?- Le pregunté alterada cuando él me despachaba a la salida. Se encontraba solo en la oficina y yo vine voluntariamente a traerle un té.
- No te evito.- El hombre suspiró profundamente, se veía agotado.- Solo, he estado muy ocupado.-
- No es excusa, siempre has sacado tiempo para mí.- Le recrimine a lo que él me miro silenciosamente por unos minutos.
- Mikasa, últimamente no soy consciente de mi tiempo. Cuando vuelvo a la realidad ya es de madrugada y a ti te corresponde salir a depurar las murallas al día siguiente. ¿Qué hago? ¿Te extranocho para que luego no estés en condiciones? ¿crees que soportaría que te ocurra una desgracia?- Su voz fue seria y me sonó a regaño, sin embargo, su declaración me causo tristeza. Estaba tan susceptible al punto en que no podía controlar el horario de su vida.
- Levi.- Lo llamé mientras cerraba la puerta y me dirigía a su escritorio. Me senté en sus piernas y él no se opuso, al contrario, me abrazo por la cintura y me acercó a él.- Habla conmigo.- Le pedí suavemente mientras besé su frente, él cerro fuertemente los ojos disfrutando del contacto.
- Estoy muy cansado.- Susurro mientras escondía su cara en mi cuello. Yo lo abrace fuerte.
- Déjame ayudarte, amor.- Sentía mi piel caliente con su toque, no era consciente de cuanto lo había extrañado, él estaba aferrado a mí, haciendo imposible que le viera el rostro, sin embargo, su abrazo era flojo y sus hombros estaban decaídos.
- Solo espera.- Fue lo único que me pidió mientras se separaba de mí y me plantaba un casto beso en los labios. Su semblante nuevamente cambio, aquella fragilidad solo apareció por segundos, ahora, el Levi que me devolvía la mirada era el mismo hombre fuerte e inaccesible de siempre."
Ya había pasado un mes de eso, las únicas veces que se lo encontró por casualidad, siempre alguno de los dos iba acompañado por alguien más, el saludo formal a su superior, el deseo de amor en sus ojos; eso era lo que daba, eso era lo que obtenía...y lo extrañaba. Por otra parte, hay otro tema que más que preocuparla, la tenía pensativa. Suspiraba y me preguntaba cuando seria el día en que Eren deje de taladrarme los sesos.
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Tradición -Rivamika- (Finalizado)
Hayran KurguQue vulgar y asquerosa tradición. -Ackerman- Saludo a la joven que esperaba frente a la puerta de mi habitación, ella me mira fijamente. - Instruyame por favor. - Me dice directamente, su semblante irradiaba seguridad, pero sus puños apretados del...