LVII

500 52 12
                                    

Nuestra escena comienza en la sala de mando del palacio de la familia Phantomhive, donde un montón de sujetos se encuentran reunidos con la reina albiana que expone la idea de su esposo ante lo que parece ser una trampa de parte del pueblo Aurorita. 

-Mi reina, lo que usted nos dice es algo muy serio, incluso podríamos iniciar un conflicto de tamaño catastrófico solo por ello. - 

-Y usted entienda que en tierras auroritas desapareció el heredero de la corona albiana. Al cual se supone todos ustedes sirven. - 

-Mi señora, lo entiendo, pero…

-De cualquier manera la orden de mi esposo ya fue dada, solo quería dar aviso de nuestras acciones a los señores de las regiones de Albión. - responde la reina con un inusual carácter altivo, tan de Phantomhive. 

… 


Aurora… 




-Rey Vincent, por favor, se que podremos llegar a un acuerdo con ustedes, pero por favor no retire su apoyo de Aurora. - rogaba la reina Hannah abrazándose a las piernas del monarca albiano que ciertamente la miraba con asco. 

-Y todavía tiene el descaro de decirlo. No tengo ningún interés en proteger a la tierra que arrebató a mi familia sin más. Y créame cuando le digo que debe dar gracias a los dioses que aún no destruyó a Aurora. - 

-El príncipe Ciel…  Nosotros no le hicimos nada… La última vez que lo vi estaba con su esposo. Robaron la espada de la oscuridad. Mi señor, sé que ellos son su familia, pero que usted anhela protegerlos, por ello me arriesgaré con lo que voy a decir. Sospecho que el capitán Michaelis no derrotó a la cosa, sino que por el contrario, perdió ante ella y lo tiene prisionero de algún modo. - 

-Usted no se cansa de mentir. ¿Son así todos los auroritas? - 

-Nada de eso mi señor. Es solo que… Pude notar un cambio en él. El sujeto que vimos en los últimos días era alguien muy distinto al joven que usted envió como su representante. -

-No pienso cambiar mi decisión, no importa todo lo que usted diga reina Hannah, mi apoyo a Aurora está retirado y si mi familia no retorna pronto completamente a salvo destruirse esta tierra por completo. - completamente serio el monarca albiano Abandona la habitación dejando sola a la morena pensativa. Se habían cometido errores y ahora sus salvadores serían sus verdugos. Y todo por culpa suya. 

¿Será acaso que Aurora estaría mejor sin ella? 


Palacio Sandfall…. 

Su corazón se paralizó con la visión frente a él, su esposo se encontraba flotando en el agua sin ningún tipo de movimiento, ni siquiera alcanzaba era capaz de ver su pecho moverse, señal de que estaba respirando. 

Temiendo lo peor salto hacia el agua y nado tan rápido como pudo para sacar a su esposo del agua. 

-¡Ciel! - llama angustiado al menor a lo que este abre sus ojos molesto. 

-¿Qué quieres, Sebastián? - 

-Gracias a Dios estas bien. Creí por un minuto lo peor. - abraza al príncipe que trata de empujarlo por todos los medios posibles. 

-Solo estaba descansando. No habrás pensado que me ahogue, ¿o si? - 

-No estaba pensando en nada. - responde el azabache con un suspiro, aligerando un poco la fuerza de su abrazo, pero sin soltar a su esposo. 

-Sí me hubiera ahogado, mis brazos hubieran estado levantados. Solo estaba descansando un poco. - 

-Ciel…Necesito hablar contigo. -

-No tienes que decir nada. Supongo que es normal que ya no quieras hacerlo. Nunca quisiste, solo te viste obligado por mi. Lamento eso. - 

-Eso fue bueno. Gracias a ti entendí lo que me estaba perdiendo al no querer hacer nada. - besa la frente del menor. -El problema real soy yo. -

-No me digas que te lo atrofio tantas transformaciones y ahora ya no se levanta, ¿es eso? - 

-Ya te dije que ni siquiera sé si eso pueda pasar, pero no es eso. - sonríe. -En realidad… 

-Eso lo voy a juzgar yo. - besa al militar. -¿Por qué ya no quieres hacerlo? ¿Cambiaste de opinión y ya no quieres una familia? -

-Tengo que ser honesto contigo Ciel. ¿Recuerdas ese día cuando íbamos de camino a la base? No respondí muy sinceramente, en aquel entonces sentía mucho miedo de tener un hijo porque cuando la época del divorcio llegase no volvería a verlo, eso estipula el contrato matrimonial, debía tener un hijo y luego desaparecer de su vida, así que había tomado la decisión de jamás estar contigo ni engendrar algo nuestro durante el tiempo que duras nuestro matrimonio. Después de esa noche mi intención cambió, nuestra vida empezó a mejorar y pensé que aunque no íbamos a estar juntos al menos podrías permitirme seguir presente en la vida de ambos. Vine a Aurora con esa intención, sin embargo todo lo que ha pasado desde que estoy aquí me ha hecho pensar que no es correcto. Yo tengo miedo Ciel, de morir y no poder estar con ustedes, no poder cuidar de ti, no estar contigo durante el embarazo, no ver nacer y crecer a nuestro hijo. Tampoco quiero intentarlo mientras esa cosa siga dentro de mi. No quisiera que de algún modo eso pudiera afectarles. No me estoy negando a formar nuestra familia, solo quisiera esperar un poco. - 

-Entiendo Seb, solo por favor respondeme algo, ¿Qué harías si alguno de nuestros intentos ya hubiera funcionado?-

-Realmente no lo sé… Es solo una suposición, ¿no? - 

-Claro, lo es. - 

-Realmente no se que haría. Se supone que debo sentirme feliz o emocionado aún cuando solo lo estamos imaginando, pero no me siento así, más bien estaría preocupado por ti. - 

-¿Por mi? - 

-Estoy más que seguro que un embarazo no es cualquier cosa, y justo ahora te tengo muy lejos de tu hogar y de tu familia, además de la atención médica. - 

-Que bueno que ese sujeto quiso traer al señor Agni. - responde a lo bajo para sí mismo. 

-Ciel, dime una cosa. ¿Hablamos en verdad de una suposición? - 

-Momentáneamente si. - responde tratando de ocultar su nerviosismo.

-¿Seguro?-

-¿Me harás un interrogatorio? - bromea el menor. 

-Quizá. - responde el azabache en el mismo tono. -Sí tu suposición fuera verdad, ¿Qué harías? - 

-No lo sé. Solo cuidaría bien del bebé, es lo que se me ocurre de momento. - 

-Entiendo. -se levanta de su lugar y ayuda al príncipe a hacerlo. 

-Oye Sebastián, hay algo que quiero decir. Respeto tu deseo de esperar… Claro que tengo una condición para eso. - 

-Claro, ¿Cuál será esa condición? - 

-Que no te olvides de ciertos deberes como esposo. Hablando claro que no vuelvas a dejarme sin esto. - aprieta la entrepierna del azabache. -Estaré bien con que no te corras dentro. - 

-De acuerdo. - besa al príncipe. - Eso seguirá como siempre. - 

-Entonces volvamos a la habitación antes de que ellos despierten. - 

-De hecho, ambos están despiertos, mejor vamos a que almuerces algo. - 

-Te quería a ti. - responde como puchero. 

-Claro, eso será el postre. Vamos… 



††††



Y nuestro princeso esta a salvo, solo estaba descansando....
El pobre tiene demasiado que pensar, ni siquiera ha podido compartir la feliz noticia de su embarazo. ¿Cómo creen que se vengan las cosas a partir de este momento?  ¿Sebastián realmente creyó que sólo se trataba de una suposición o tendrá sospechas?  ¿Vincent irá a destruir Aurora?

¿Actualizaré pronto?
¿Alguien por aquí tendrá ideas de nombres de gatitas?

Todo eso y más... Pronto, espero...

CIEL (NO) ES UN DONCEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora