XV

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-Pase por favor barón, su damisela lo espera.- abre la puerta de la cabaña y ofrece la entrada al sujeto que mira curioso el interior.
-Dean. Ven aquí.- jala al sujeto dentro. -Aquí solo hay sangre, demasiada sangre. Si el muchacho está lastimado no sueñes con el pago completo.-
-Puedo asegurarle que no mi señor, dí órdenes específicas de que fuera tratado con toda la hospitalidad.-
-¿Y entonces? ¿En donde está?-
-Ahora mismo lo averiguo mi señor.- recorre la cabaña de un lugar a otro en busca del menor o de su sirviente encontrando al último en un charco de sangre tratando de contener la sangre de las heridas en el abdomen y el pecho.  -¿Quien fue?- se acerca a ver al sujeto.
-Eee… cof! El es… cof! Cof! Esposo…-
-¿Se fueron hace mucho?- el sujeto niega débilmente. -Iré por ellos y te traeré al esposo para que le vueles la cabeza.- sale corriendo de la cabaña donde lo esperaba el barón.
-¿Y bien?-
-El conejo se largo, así que esta es noche de cacería. - dispara un par de veces al aire alertando a todo su demás gremio de asesinos y criminales.
-¿Pasa algo jefe?-
-¿A quien hay que matar?-
-¿Saqueamos Brightwall?-
-Nada de eso señores. Nuestro ilustre invitado el príncipe Ciel Phantomhive a huido del campamento y podría estar asustado en medio del bosque buscando llegar al monorraíl o a Brightwall. No permitan que eso pase, tráiganlo de vuelta completamente sano y salvo para nuestro flamante afortunado el Barón.-
-¿Cómo se escapó?- pregunta un bandido.
-Es cierto, atraparlo y traerlo fue absurdamente fácil.-
-De seguro usted y Bob lo liberaron.-
-Vino el esposo. Quien me traiga al esposo con vida, pero no demasiada tendrá una compensación extra del botín y la oportunidad de usar al príncipe una vez que se reponga de nuestro benefactor.- responde Dean serio. -¿Cuento con ustedes sacos de abono pestilentes?-

Los bandidos no responden, tan sólo empiezan a lanzar un montón de gritos y maldiciones al tiempo que disparan al aire dando por iniciada la cacería real…

….

Corriendo por el bosque se veía al capitán Michaelis llevando en brazos a su aún amordazado esposo que lucha por desatarse sin embargo debido a sus nervios le era imposible.

-Solo un poco más, cuando estemos cerca de la salida lo suelto.- Ciel por su parte no responde, tan sólo señala cómo puede la mordaza en su boca haciendo reír al azabache. -Supongo que eso explica porque venía tan inusualmente tranquilo sin insultarme.- se burla del príncipe antes de quitarle la mordaza.
-Haaaa… Primero, gracias. Segundo ¡Cállate idiota!-
-No, no. Sugiero sea usted quien guardé silencio o esos tipos nos van a atrapar.-
-Como sea… ¿Tienes en mente algún plan? La entrada a Brightwall según recuerdo no es por aquí.-
-Ya lo sé majestad, pero ir a Brightwall sería muy obvio, será el primer lugar a donde irán a buscarnos. Habrá que esconderse por lo menos hasta que amanezca y pueda pedir refuerzos o se me ocurra algo.-
-Valiente esposo me fueron a conseguir, creí que mínimo podrías con unos cuantos bandidos. -
-Puedo, pero no con 70 y un lastre. -
-¡No me digas así!-
-De un motivo para no hacerlo. Además ya le dije que guarde silencio o le pondré la mordaza otra vez. -
-Me calló… ¿Al menos podrías soltar las sogas para que pueda caminar?-
-Supongo que eso sí será posible. -baja un momento al príncipe para buscar entre sus ropas un cuchillo para soltar la soga de las manos notando lo lastimado de las muñecas.
-Las de los pies están más apretadas si te sirve de consuelo.- bromea para cambiar el extraño ambiente que empezaba a formarse entre ellos.
-Es lo que veo.- responde una vez que suelta las cuerdas de las piernas viendo las marcas en las pantorrillas.
-Les dije que las sogas estaban muy apretadas, pero ellos dijeron que así debía ser.- responde nervioso al sentir cómo las manos frías del azabache comienzan un suave masaje en las zonas lastimadas. -¿Que haces?-
-Masajeo la zona para ayudar a la circulación y que así pueda caminar por sí mismo pronto.- se separa del menor. -¿Mejor?- ayuda al príncipe a levantarse.
-Bastante, muchas gracias.- sacude sus piernas. -¿Tienes ya alguna idea?-
-De momento solo se me ocurre tomar la ruta del monorraíl, pero no subiremos a él, utilizaremos la ruta de los carruajes para llegar a la base Militar de Mourningwood, allí estará a salvo majestad.-
-Pero hay hobbes en esa ruta y no venimos armados, nos van a matar.-
-Los hobbes le temen al fuego.- muestra el guante de cuero en su mano izquierda. -Sé que no estoy en condiciones de pedirlo después de mi comportamiento de anoche, pero por favor confíe en mí, haré que vuelva sano y salvo a su hogar.-
-Confío en ti.- de forma impulsiva besa al militar que trata de separarse.
-Como sea, hay que darnos prisa.- inicia su caminata en busca de la salida del lugar seguido del príncipe.
-¿Cómo supiste que ellos me tenían?-
-¡Oh! Pues en realidad fue una casualidad. Estaba en la posada de Brightwall con mi hermana y  llego Kelvin a donde lo esperaba el jefe bandido.-
-¿El barón Kelvin? Seguro él iba a negociar para liberarme. Debiste dejar todo en sus manos y no arriesgar tu vida.-
-Las cosas no son como piensa.-
-No es buena idea que hables así de la nobleza, menos de alguien tan cercano a mi padre.-
-Las intenciones del barón jamás han sido buenas. Usted le resulta bastante atractivo en cada ámbito, es bien sabido que él se presentó ante el rey como candidato a su esposo una vez que se supo su condición de doncel, pero al no ser elegido no se daría por vencido tan fácilmente, el busco la vía ilegal. No tiene idea de cuantos planes de secuestro a su persona he frustrado desde que nos comprometimos.-
-¿Que tratas de decir?-
-Seré directo entonces. Las negociaciones de Kelvin eran para ofrecerlo a usted por una noche.-
-Eso… ¡Dios! Es tan asqueroso…- se detiene en seco. -Aún así, ¿Por qué fuiste por mí? Fue demasiado riesgoso, demasiado para ir por una persona que no te agrada o que anoche te trató de asesinar.-
-Esa persona es mi esposo, al que juré proteger por sobre todas las cosas y también, lo cierto es que no me desagrada tanto.- toma la mano del príncipe para seguir corriendo hacia la salida del bosque.
-Sebastián, la verdad es que…

CIEL (NO) ES UN DONCEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora