XCVI

161 17 0
                                    

-¡Ciel! ¡Ciel! - gritaba  desde temprano Alois fuera de la casa de su mejor amigo. 

-¿Por que estás tan desesperado? - salía el adormilado príncipe alejándose bastante con el rubio. -Se más discreto, Sebastián aún está adentro. -

-No me regañes. No sabía bien su horario. Ayer trajeron esto. - le entrega una caja. 

-Justo a tiempo. - sonríe. -¿Claude no tiene noticias para mí? - 

-A eso voy amigo. - le entrega una llave. -Está terminada. Todo lo que hay en ella esta a su servicio. Disfrutala mucho porque cuando vuelvas vas a tener que hacer un informe sobre tu experiencia en ella. - 

-Claro haré un reporte sobre que tan fuerte me folla Sebastián… Suponiendo que no se vuelva a quedar dormido. - 

-Mi pobre bebé está frustrado sexualmente. - se burla el rubio.

-No es gracioso Alois, me preocupa mi esposo. - suspira. -¿Te dijo Claude cuanto tiempo podremos ocuparla?-

-Todo el fin de semana. Desde  el viernes en la noche hasta el lunes por la mañana.-

-Bien, será tiempo suficiente.- sonríe sin percatarse que su esposo sale de la casa. 

-Alois, ¿que haces aquí? - pregunta sorprendido abrazando a su esposo por la espalda. 

-Buenos días también Sexibastián. -saluda sarcástico el rubio. -Vine para almorzar con Ciel. Quiero probar lo que el es capaz de cocinar. - 

-Quedarás fascinado. - sonríe. -Yo me tengo que ir ya a trabajar. Oh, Ciel… Mañana es nuestro aniversario y… 

-Entraré a su cocina. Que te vaya bien Sebastián. - se despide el rubio entrando en la casa pero acercándose a una ventana para ver lo que el azabache le diría a Ciel. 

-¿De qué querías hablar? - se gira a ver al mayor. 

-Oh, si… Me preguntaba si tu…  ¿Quieres ir a Dweller por una noche? - 

-Me encantaría, pero no quiero subir aún con los niños. - responde el pequeño. 

-Puedo hablar con mi madre para que los cuide ella y que sea solamente una noche para nosotros. - 

-Seb yo… - 

-Entiendo. - besa al príncipe.  -Aun no estás listo para separarte tanto tiempo de ellos. Haré algo muy especial aquí. - 

-Sí, eso estaría bien. - besa al militar. -Que te vaya bien. - 

-Gracias, te veo en la tarde. - sonríe para el pequeño que solo lo mira irse antes de entrar corriendo a su casa. 

-Odio estos vidrios y estas ventanas tan bien selladas. No alcancé a escuchar nada de nada. ¿Qué pasó? - pregunta Alois tan pronto entra Ciel a la casa. 

-¡Seb quiere ir a Dweller! Eso pasó…

-¿También para su aniversario? - 

-Sí… Ahora el cree que no estoy listo para dejar a mis hijos y que por eso no quiero ir. Tengo que darme prisa en terminar con todo o tendré que hablar y arruinar la sorpresa. - 

-¿Y qué vas a hacer? - 

-Aún no lo sé, tengo que ir a dejar a los niños con mis padres, arreglar todo para Seb en la cabaña y volver a tiempo para recibirlo. - 

-No te olvides de verte fresco y radiante. - 

-Eso también. - suspira. -Tengo que organizar todo. Pero primero hay que desayunar. - 

CIEL (NO) ES UN DONCEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora