LXIII

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-¡Majestad! ¡Es horrible! - llegaba corriendo un soldado con el rey albiano. 

-¿Qué pasa? - pregunta Vincent tranquilo sin levantar la vista de sus apuntes.

-¡Sombras! Salen desde la arena, son muchas y muy salvajes. Son demasiado rápidas. - 

-No bajen las manos. - ordena el monarca tomando la especie de espada que le dio Hannah. -Tenemos que mantenernos en pie hasta que él último aurorita suba a los barcos. - sale junto con el soldado a la ciudad donde la arena se movía de forma sospechosa aunque no había un solo rastro de viento cerca. 

-¿Señor? - 

-Estén atentos a cada movimiento y cuando la arena se quede quieta frente a sus pies… - Deja caer el filo de la espada como si en ese momento estuviera atravesando a alguien. Y así fue, la espada se tiñó de negro mientras un chillido se escuchaba al momento en que la sombra se hacía visible con el arma atravesada en la cabeza antes de nuevamente volverse arena. 

-Entendido señor. - se aleja a donde los demás soldados donde por fin empiezan a defenderse. 

-Están todos listos rey Vincent, tan solo falta que suban los soldados de Albión. - 

-¿Ya pensó a dónde irá su gente, príncipe Soma? - 

-Aún no, pero estoy seguro que los dioses nos guiarán a un lugar perfecto. - 

-Es buena la fe, ayuda mucho siempre, pero no espere que siempre nos resuelvan ellos la vida, somos seres perfectamente funcionales y pensantes, podemos hacer cosas por nuestra cuenta. - 

-Lo sé señor. - 

-Sus barcos zarparan sin un destino, no puede aventurarse a explorar con todo su pueblo en la flota. No saldrá bien. -

-Me mantengo optimista señor. - 

-En situaciones así el optimismo no es suficiente. Es usted bastante mayor. Piense como rey. - observa serio al joven. -Me encargaré de educarlo de manera correcta, sin embargo le advierto que soy un severo instructor y no voy a tolerar un solo error. - 

-Agradezco profundamente su ofrecimiento mi señor, pero si no tomo una decisión pronto no habrá un pueblo que guiar. - 

-Esta es su respuesta, sigan esa ruta y llegarán a un archipiélago, que Albión les otorga como su nuevo hogar. - le entrega un mapa. -Zarpen cuanto antes. Nos veremos en casa. - ordena el rey antes de correr hacia sus soldados para apoyarlos en la batalla. 

El joven príncipe aurorita por su parte observa unos segundos aquel reñido combate antes de darse la vuelta dispuesto a irse, hasta que algo llamó su atención… 

-Príncipe Soma… 

-¡Agni! - corre a abrazar al mayor. -Creí que ellos… Que tú… Me alegra tanto verte a salvo.-

-Todo sucedió tan rápido que no tuve tiempo para avisarle de nada ni para tomar mi responsabilidad. - 

-Eso no importa, mi madre lo sabe todo y gracias a eso hemos tomado una decisión. Ahora mismo hay que subir a los barcos para irnos.-

-Por supuesto, vine por usted para irnos. -

-¿Mi madre está ya en el barco? - 

-La reina espera en el muelle.- sonríe. -¿Nos vamos? - 

-Claro. - emocionado el más joven sigue al otro dispuesto a poner a salvo a su gente sin imaginar todas las penurias que estaban por pasar… 

… 

-Madre, ¿lista para irnos? - pregunta el príncipe Soma a la monarca que aguardaba por él sosteniendo un pequeño arcón en sus manos. 

CIEL (NO) ES UN DONCEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora