LXXV

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-Estás muy pensativo, como ido. - besa la mejilla del azabache. -¿Sucede algo? - 

-Fue un día bastante aburrido en el trabajo, es todo. ¿Qué tal va tu proyecto? - 

-Solo hice unos cuantos ajustes y convencí a Alois de reunirme con Claude. Nuestros niños son buenos negociando. - 

-Imaginalos ya que están más grandes, será interesante verlos negociar contigo. Harán que me vuelva apostador. - 

-Claro… - suspira. -Pero eso no va a pasar. - 

-¿Otra vez siendo negativo? - jala al príncipe para sentarlo sobre sus piernas, aunque debido al pronunciado tamaño del vientre del menor no queda tan cerca como desearía. 

-De hecho, soy bastante positivo. No va a pasar que te vuelvas apostador. - sonríe. -Mi vientre es enorme… Dentro de poco ya no podremos hacerlo… - 

-¿De verdad piensas eso? - pasea 2 dedos por el largo de la espalda del príncipe. 

-Ni siquiera vas a poder besarme sin casi aplastar a tus hijos. - 

-Oh, claro que podré. ¿Quieres probar? - 

-Tus dudas me ofenden. Sabes que si quiero. - 

Obediente el azabache se levanta del sillón llevando en brazos a su esposo hasta la cama, donde lo recuesta cuidadosamente antes de sentarse a su lado, agachándose lo suficiente para darle un beso, muy tranquilo pero largo en verdad. 

-¿Servido mi señor? - 

-Fue bueno, pero sabes que no. Quiero más. ¿Cómo harás para dármelo? - 

-Tengo ideas. - sonríe mientras enrolla las piernas del príncipe en su cintura. - Esta es una. - gira a su esposo para dejarlo apoyado en 4 puntos. -Esta es otra. - jala al ojiazul haciendo que ambos queden acostados de lado en la cama. -Y esta me gusta porque puedo abrazarte sin hacerte ningún daño y puedo besarte. - con su mano gira el rostro del menor para darle otro largo beso, aunque esta vez es mucho más demandante su ritmo. 

-Son muy interesantes tus ideas. Habrá que ponerlas en práctica todas. - 

-Tenemos algo de tiempo antes de que llegue el señor Agni, ¿no? - responde el azabache entre susurros contra el cuello del príncipe que suelta un pequeño jadeo al tiempo que su cuerpo se estremece. 

-En realidad él ya lleva algunas horas aquí. - se gira quedando sobre su espalda. -Papá está dando al príncipe Soma lecciones de cómo ser un buen gobernante, así que ellos llegaron temprano. - 

-Bueno… - suspira. -No me hace ni un poco de gracia el que ese mocoso imprudente esté cerca de ti.- abraza al menor. -Solo trata de no estar demasiado tiempo con él y de no alterarte. - 

-¿Dándome órdenes, capitán? - 

-Nada de eso, solo me preocupo por tu salud y nuestros hijos. Ese joven tiene la capacidad de sacar a cualquiera de sus casillas. No imaginas la cantidad de veces que quise romperle la cara  estando en Aurora. - 

-Bueno, supongo que no te hará feliz saber que él va a vivir al menos unos meses en el castillo mientras papá lo instruye. - 

-Me voy a volver loco si eso pasa. - Suspira derrotado. 

-El no es mala persona, de hecho… La noche que peleamos en Aurora empecé a sentirme realmente mal, todo mi cuerpo dolía demasiado, como si lo estuvieran retorciendo desde adentro, lo cual sucedió muy cerca del palacio real, el me ayudo a levantarme y me llevó con Agni… Fue cuando empecé a sospechar más en serio que ya podría estar embarazado. - 

CIEL (NO) ES UN DONCEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora