XII
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Luego de 3 años las cosas no parecen haber cambiado en exceso, salvo el detalle de que ahora Bard, el esposo de Mey-rin trabaja en la posada jurando que él es un excelente cocinero aunque el 80% de sus platillos terminan en explosiones que han destruido varias veces la renovada cocina, situación que desde luego tiene más que furioso a Sebastián que busca por todos los medios otros empleados para aligerar la carga de trabajo y mantener a Bard lo más lejos posible de cualquier tarea que no sea cuidar de su familia.
-Lo siento. - se escucha la voz de un joven después del ruido de varios trastes rompiéndose.
-¿Otra vez Finnian? Es la tercera vez que bajas muy bruscamente la charola y rompes los utensilios. A este paso me vas a dejar sin cristalería para atender a los clientes. -
-Lo siento, pagaré por ello al final del día, lo prometo.-
-Claro… Mejor ve a recibir al proveedor, ayúdalo a subir todas las cajas. Pero hazlo por el camino de las vías, no quiero que vayas a aplastar a los clientes si lo haces por el principal. -
-Si señor. - responde corriendo hacia el lugar indicado no sin antes tropezar con un par de sillas.
Resignado a su actual situación Sebastián deja un momento su lugar detrás de la barra y se aleja a limpiar y ordenar las mesas vacías.
-¡Hey por aquí! ¡Otra ronda de cervezas! - ordena un sujeto que bebía junto con otros 4 en una mesa del segundo piso.
-Enseguida. - respondió amable tratando de ocultar su molestia pues prácticamente él se encontraba solo ese día atendiendo la posada.
Sin quitar su rostro serio tomó 5 tarros de los pocos que sobrevivían y los llenó de uno por uno antes de llevarlos a las mesas ignorando todo lo que los demás clientes le decían.
-Quiero cerveza negra y maní salado. - ordena un misterioso sujeto sentado en la barra.
-Enseguida señor. - responde sin mirar a su cliente entregando su orden en pocos segundos.
-¿Qué hay de la vacante de mesero? ¿Tienes a alguien? - pregunta el sujeto tomando un trago de su cerveza encontrándose con una bebida que no le agrada del todo.
Esa voz…
Imposible que sea él, ¿verdad?
-Aún no señor. Vienen por aquí muchos a beber, pero ninguno a trabajar. - responde acercándose al sujeto tratando de ver mejor su rostro cubierto por una capucha.
-Estoy interesado en ello. - gira un poco su rostro impidiendo que el azabache pueda verlo.
-¿Quién eres? -
-¿Que ya no me recuerdas? -
Sorprendido, el dueño de la posada observa al sujeto pensando en que su mente le juega una mala pasada por lo tanto que anhela verlo.
Hace 3 años que no lo veía, y no era porqué no hubiera querido o que no lo hubiera intentado. Lo hizo tan pronto como se dio la oportunidad, pero cuando llegó a buscarlo a su trabajo supo que él hacía mucho lo había dejado. Siendo optimista decidió ir a buscarlo a su casa encontrándose con que ahora vivía ahí una pareja de ancianos. Lo último que supo de él era que se había ido lejos de Albión y no tenía pensado regresar.
Definitivamente el sujeto que estaba sentado frente a la barra no podía ser su Ciel de ojos salvajes.
-¿Sabes algo del trabajo en una posada? -
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CIEL (NO) ES UN DONCEL.
FanficNació siendo el heredero perfecto, no grande, pero si el más astuto, capaz de llevar a su reino a lo más alto, tan perfecto que no sabe cómo todo cambió en el momento en que la palabra "DONCEL" se mencionó. Advertencia: -M-preg. (Embarazo masculino...