XXXVII

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Días después…

-¿Estás seguro de que puedes hacerlo? - pregunta curioso el militar viendo a su esposo arreglarse frente al espejo.
-Bueno, nunca he trabajado, pero si esa fue la condición que puso el tendero para retirar los cargos yo voy a cumplir. Además podría ser interesante, así que un poco de optimismo no me vendría mal esposo. - se gira a ver al azabache.
-Vas a lograrlo. - besa la frente del menor. - ¿Listo para irnos? -
-Claro.- toma su abrigo. - ¿Cómo lograste que papá te diera permiso? No me habla desde que supo lo de la pelea. -
-Digamos que, el rey me debe un par de favores, así que fue fácil que dijera que si. - sale de la habitación tras el príncipe.
-¿Y pudiendo pedirle cualquier cosa para tu familia lo hiciste por mi? -
-Eres mi familia, esposo. - besa la mejilla del menor. -Además te veías muy feliz cuando el tendero mencionó emplearte, eso hace que valga la pena. -
-No vayas a ponerte cursi Sebastián. - responde con una carcajada.
-Para nada. - sonríe. -¿Sabes a que hora saldrás? -
-Ni siquiera he entrado a trabajar y ya estás pensando en la salida…
-Pensé que podría pasar por ti y cenar los 2, fuera. -
-Me agrada esa idea, sucede que no me quedo muy claro cuánto tiempo voy a trabajar, algo dijo que depende de la gente que haya. -
-Y en las noches hay más… Supongo que la cena tendrá que ser otra ocasión. Cuando salga de mi guardia pasó a verte. -
-Claro, pero no hables como si ya te estuvieras despidiendo, todavía nos queda mucho camino juntos, puedes pasar a dejarme a la posada de camino a la base.
-Por supuesto. Vamos…

-¡Ciel! - gritaba Alois parado desde la torre del reloj a la mitad del mercado.
-¿Qué hace el aquí? - pregunta a su esposo en un susurro.
-Oh, pues en realidad el joven Alois medío mucho a tu favor para que el dueño retirase los cargos, al final esos 2 hicieron buenas migas y también lo aceptó como su empleado durante el tiempo que tu vas a trabajar. -
-Ese hombre no toma muy buenas decisiones. - responde el príncipe. - Aunque será bueno pasar tiempo con Alois. -
-Que diplomático…
-Solo cállate. -besa al azabache. -Que te vaya bien. -
-Y a ti en tu primer día. - vuelve a besar al menor. -Vendré a verte en mi hora de comida. -
-Claro. Cuidate. - vuelve a besar al azabache siendo este un contacto mucho más largo y profundo.
-¡Si siguen así voy a arrojarles agua!- grita Alois acercándose a la pareja que se separa de inmediato.
-Bueno, me voy. -da un beso corto al príncipe y luego sigue con su camino a la base. - Que tengas un buen día Alois. - saluda al rubio sin detener su andar.
-¿Agua? ¿Es en serio? -
-Bueno, eso les arrojan a los perros cuando quieren hacer perritos en la calle, así que tu comprendes… -
-Alois no estaba… Le tuve que prometer a Sebastián que no más sesiones exhibicionistas luego de la primera. -
-¿Hicieron exhibicionismo y no me dijiste nada? -
-Bueno, es que… Solo tenía que ver mi padre para… Eso no importa. -
-Con razón no te habla, yo creí que era por la pelea. Pero ahora no sabe cómo ver a la cara a su hijo luego de presenciar como su esposo lo hizo gemir como una cualquiera. -
-Esa es, demasiada información Alois. -
-Pero posiblemente muy cierta.-
-Como sea… ¿Que haces aquí? Creí que ya estarías instalandote en Brightwall ahora que tu hermano es el nuevo señor.-
-¿Y dejarte solo? No amigo, eso no va a pasar. Además también me vi involucrado en la pelea y debo pagar los destrozos. Y sobre todo, estar lejos de mi hermano. -
-¿Tanto odias a Claude? -
-Algo así como odiar, lo que se dice odiar… (suspira) tu sabes que no. Es más algo culpa de mis padres, fuimos Claude y yo mucho antes de que ellos… ¡Agh! No tenían porque salir con la estupidez de que pensaban casarse cuando nosotros estuvimos saliendo desde mucho antes. Por su culpa nosotros tuvimos que terminar con nuestra relación porque seríamos hermanos. -
-Ellos murieron sin haberse casado, ¿no? -
-Sí, ¿Eso que tiene que ver? -
-Claude y tu no son hermanos legalmente y con todo el tiempo que se fueron de Albión nadie los conoce como tal…-
-No estarás pensando en… -
-En nada, sólo era un comentario. - sonríe.
-Más te vale… Cómo te decía… Vine a cuidarte en tu primer de trabajo porque dudo que sepas moverte en la posada. -
-Está vez voy a trabajar amigo, no a pelearme o ponerme ebrio. -
-Me refiero al tipo de trabajo. ¿No recuerdas que mi madre era la dueña de la posada de Brightwall? Antes de que el cerdo de Kelvin se la robase. -
-Es cierto. ¿Volvera a ser suya ahora que ese infeliz murió? -
-Ya nos la devolvieron, solo que es Claude quien la va a administrar ahora que lo nombraron señor de . El va a devolverle los negocios a sus legítimos dueños. Y la posada a mi cuando aprenda a administrarla. -
-Me alegra eso. - sonríe. -Son casi las 11, debemos entrar. -
-Te sigo amigo. - entra a la posada detrás del príncipe.

CIEL (NO) ES UN DONCEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora