XXXI

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¿Gustar? ¿Su esposo había dicho 'Gustar'?
¿Cómo se supone que debía tomar eso?
¿El mismo sabía que significaba gustar?

Sabía que no se trataba de cuando te gusta un dulce, la comida o un color… ¿Gustar de una persona?
No era algo nuevo para él, muchas personas a lo largo de su vida habían declarado gustar de su persona, de su físico… Usualmente las personas se emocionan por eso, sin embargo para él fue algo sin importancia, algo que no comprendía porque lo decían los demás. Había conocido personas que físicamente le parecían hermosas, pero no por ello se sintió atraído a alguien de algún modo…
¿Será que su esposo hablaba de algo así?
Era lo más probable, de otro modo…
¿Qué había de él?
Él le dijo lindo a su esposo…
Eso era cosa nueva para él… Lindo…
Lo sabía… No hablaba de él tipo de belleza que admiraba, sino una nueva que le resultaba agradable y al mismo tiempo aterradora… Una belleza que amenaza con hundirlo por completo…


-¿Sigues ahí? - pregunta el menor observando extrañado al pensativo azabache que sacude su cabeza antes de voltear a verlo.
-Lo lamento, ¿me decía algo? -
-Te decía que hay que entrar porque empieza a hacer frío. - se levanta de su lugar.
-Permitame. - de inmediato quita la capa de su uniforme y cubre con ella al menor. -¿Mejor? -
-Eh…. Si, gracias. - responde levemente sonrojado por el gesto de su esposo. - ¿Tu no tienes frío? -
-No de momento… Este clima es bastante agradable comparado con el de Dweller. -
-No conozco el clima de allí, pero supongo que si. -
-Es muy frío, no importa la época del año que sea, siempre está todo cubierto de nieve. -
-Por eso tu piel tan clara… Se parece mucho a la nieve. - habla en un tono de voz apenas audible  acariciando el pecho de su esposo por encima del saco antes de soltar un par de botones dispuesto a colar su mano dentro, sin embargo se sorprende cuando un sobre cae de entre la ropa del azabache. - ¿Y esto? - recoje el sobre. -Esta es… Es la letra de Elizabeth… ¿Por que tienes tu algo de ella? -
-No es mío, es de usted… Ella lo mando para usted. -
-¿Fuiste a molestarla? ¿Cuando te dije que NO lo hicieras? ¿En qué diablos estabas pensando?-
-No es lo que piensa… No fui a buscarla… Nos encontramos por casualidad en la entrada de la ciudad y ella me pidió que le diera esa carta. -
-Ya veo. - se da la vuelta dispuesto a entrar al castillo, sin embargo se detiene frente a la puerta. - ¿Ella te dijo algo más? -
-Pues… Ella… Sólo pidió que no vaya a buscarla aún, no piensa irse de Albión, pero aún no se siente lista para verlo. Seguro que en la carta le explica todo. -
-Entiendo… Hay que entrar…

Por la noche…

Afligido sentado frente a la chimenea se encontraba el príncipe Ciel leyendo por vez número 20 la carta que Elizabeth le había enviado tratando de cambiar sus sentimientos…
Y es que en su carta la joven decía que comprendía que los sentimientos de Ciel hubieran cambiado a lo largo de su matrimonio y no le guardaba ningún rencor, incluso le animaba a buscar su felicidad… Y ese era exactamente su problema, no sólo su madre, sino también su amada Elizabeth insinuaba que él empezaba a tener sentimientos por su esposo, lo cual en un principio lo hacía enojar, pero que ahora empezaba a confundirlo. Era cierto que Sebastián no le resultaba tan desagradable… ¿Pero sentir algo más por él? Esas ya eran palabras mayores…

Con la mente agotada Ciel se levantó de su lugar y guardó la carta en uno de los cajones antes de dirigirse al baño donde su esposo se encontraba dentro de la tina descansando un poco.

-Llevas mucho allí adentro, seguro que el agua ya está helada… ¿No Piensas salir de ahí? - entraba el príncipe al baño sacando al azabache de sus pensamientos en la tina.
-Aún tiene muy buena temperatura, en realidad acabó de entrar casi…
-No te creo. - sonríe mientras va quitando sus ropas. -Asi que eso lo juzgare yo. - empuja al azabache para entrar con el a la tina.
-¿Y bien? -
-Tiene buena temperatura, como para relajarse y pensar. - lentamente se va recostado sobre el pecho del azabache que sólo lo mira confundido por sus acciones. - La carta de Elizabeth… Ella no está enojada conmigo. -
-Es bueno saberlo. Ustedes dos hacen una bonita pareja y será bueno verlos juntos en el futuro. -
-Mentir no es lo tuyo Sebastián… Lo mío con Lizzy ya no tiene arreglo y ella tiene razón, mejor parar ahora que aún nos amamos, antes de que las cosas se pongan todavía peor y terminemos por odiarnos. - endereza su rostro notando que el azabache lo mira curioso. -Ella va a hacer su vida por si misma y yo… Haré lo mismo… Ya tengo una vida y planeo poner toda mi atención en ella… ¿Que hay de ti Sebastián? -
-No entiendo….
-¿Por qué no me sorprende que no entiendas? - suelta una pequeña carcajada. -Me refiero a tu vida… ¿Piensas en tener a alguien en algún momento? ¿Hay alguien que te guste? -
-Realmente no… No me fijo ni pienso en eso en este momento. -
-Eso ya lo sé… En el futuro… Cuando nuestro matrimonio termine.-
-Solo vivo el momento y centro mi atención en el. Cuando llegue el momento de separarnos pensaré en lo que sigue. -
-Ya veo. - besa al azabache de forma suave, siendo correspondido de la misma forma. -Hay que vivir el momento…

CIEL (NO) ES UN DONCEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora