LXVIII

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Corriendo a primera hora de la mañana se ve a un torbellino de rubia cabellera corriendo por el lago Bower hasta llegar a una linda mansión de color rosado. 

-¡ELIZABETH! ¡SOY YO! ¡ABRE YA! - gritaba emocionado el rubio Alois desde afuera logrando que la puerta se abra tan solo unos segundos después, saliendo la sirvienta del lugar dispuesta a golpearlo con una escoba. 

-¿¡QUÉ MODOS DE TOCAR SON ESOS!? - 

-Lo lamento Paula… ¿Está Elizabeth? - 

-La joven dama aun duerme como cualquier ser racional hace a las 5 am. - 

-Bien, yo me encargo de despertarla.- y así ignorando todo lo que la sirvienta decía el rubio se adentro a la casa y de allí a la habitación de la joven dónde está aun dormía plácidamente. -Buenos días mi bella, bella durmiente…  Es hora de despertar…-

Desorientada y un poco asustada por escuchar la voz de un hombre en su habitación, la joven Elizabeth se sentó arrojando su almohada directo al rostro del sujeto dándole tiempo para levantarse y tomar la espada colgada sobre la cabecera de su cama para luego apuntar con ella en la garganta del intruso. 

-¿Qué haces en mi habitación y dónde está Paula? Te mataré de la forma más sanguinaria y dolorosa si es que la has lastimado. -

-Tranquila Liz, soy yo, Alois…. Y Paula… La última vez que la vi, me venía persiguiendo con una escoba para golpearme. - 

-Alois, aun es muy temprano, no ha ni amanecido, espero que tengas un buen motivo para habernos despertado, sino te voy a convertir en una brocheta. - 

-La tengo. - aleja el filo de la espada de su cuerpo. -¿Recuerdas que yo soy el asistente de Ciel? - 

-Sí, lo sé, ¿Sucede algo? - 

-Bueno, anoche estaba revisando las notas que él hizo en su agenda para hoy y por la tarde tiene una visita relacionada con confirmar su embarazo. Naturalmente tu y yo vamos a estar apoyándolo ahí… Y también de paso buscando ser los padrinos. - 

-Ciel va a matarte cuando sepa lo que planeas.-

-Por eso vas a ir tú conmigo. Contigo cerca él no hará nada por lastimarme, se que tu tienes poder sobre el. - 

-Eso era antes Alois, ayer nada funcionó para hacerlo hablar, si nos ve hoy él se va a enojar y no va a haber nadie que te salve. - 

-Cierto, creo que le haré una visita en el trabajo a Sexibastián para pedirle que lo controle al menos un poco. - 

-¿En serio llamas así a su esposo? - 

-Si, pero ellos no lo saben, y espero no lo sepan… Pero bueno, ¿Irás conmigo? - 

-Solo un rato, si veo que Ciel se pone incómodo nos vamos, ¿Entendido? - 

-Entendido. - se sienta en la cama. -Oye, ¿Y Paula?-

-Seguro volvió a su alcoba. - responde tranquila la joven justo antes de que la puerta de su habitación estalle producto de un disparo de trabuco de parte de su sirvienta que cae al piso debido a la fuerza de rebote del tiro. 

-No tema señorita, yo la salvo. - 

-Paula. - ambos jóvenes corren a auxiliar a la sirvienta.

-Lo lamento tanto Paula, de verdad tenía urgencia por hablar con Elizabeth. - 

-Ay joven Alois, por allí debió haber empezado y no entrar a la casa como un vándalo. - responde la mujer siendo escoltada a la cama por los rubios. -La puerta… 

CIEL (NO) ES UN DONCEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora