Especial 20k

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Nuestra escena comienza en un día común y corriente en alguna base militar albiana donde  varios soldados están siendo atendidos luego de un pequeño accidente durante una exhibición con motivo del aniversario de la coronación del rey. 

Lejos, en una de las habitaciones destinadas a los oficiales de más alto rango se encontraba el lesionado capitán Michaelis descansando un poco luego de horas haciendo reportes de la situación ignorando un poco su propio dolor debido a las lesiones en sus piernas. 

-Una inofensiva exhibición y de algún modo te las arreglaste para terminar lesionado Sebastián. - hablaba el príncipe Ciel entrando a la habitación. 

-Estoy más que honrado de verlo aquí, majestad.-responde sarcástico. -Aprecio su preocupación. - 

-Claro, preocupación, quién soy yo para negarle sus delirios a un hombre lesionado. - 

-Entiendo señor, está aquí para mantener las apariencias. - 

-O para verificar que no hubieras muerto. - 

-Creo que entonces le tengo noticias muy malas. Aún vivo y solo son un par de lesiones.-

-¿Seguro? Escuché de buenas fuentes que cuando te trajeron para acá, no podías ni caminar. - 

-Me atrapó, mis piernas salieron mal de ese contratiempo. - 

-Qué inútil, no entiendo cómo es que eres de los mejores soldados de Albión, sin duda en una guerra nuestro país estaría perdido contigo peleando. - 

-Quizá el golpe de realidad no sea de su agrado, pero es mejor decir las cosas claras desde un principio. Ese equipo es más viejo de lo que usted cree, aún pese al constante mantenimiento que se le da, el tiempo ha hecho estragos, lo cual causó el accidente de hoy. He hecho un escrito para su padre, tan solo estoy esperando al mensajero para enviarlo. Seguramente él entenderá la situación, después de todo el próximo año usted irá al servicio y su padre no querrá verlo en las mismas condiciones. - 

-No soy un idiota como tú Sebastián, puedo cuidarme solo. - responde seguro de sí mismo el futuro monarca, causando que el soldado estalle en carcajadas. 

-Oh Dios… No me había reído tanto en días. - soba su dolorido estómago debido a los golpes. -Aunque agradecería que no lo haga de nuevo, al menos de momento. - 

-No dije nada gracioso, Sebastián. - 

-¿Quiere que le recuerde sus últimas aventuras? Hasta su novia salió lesionada y la princesa Frances tuvo que venir desde Samarkanda por ella para llevarla de vuelta a su hogar. Que historia tan trágica. - con su bata limpia sus lágrimas de risa. 

-Deja de burlarte idiota. - aprieta una de las lastimadas piernas del azabache, haciendo que este se retuerza de dolor y entre el forcejeo termine por darle una patada en el rostro mandándolo aturdido al suelo. 

-¡Majestad! - de inmediato, aún con sus piernas lastimadas se levanta de la cama y carga al príncipe para acomodarlo en ella. 

-Retiro lo dicho, si vas a patear así a todos los enemigos de Albión creo que el país podría sobrevivir. - comenta el príncipe con una carcajada un par de minutos después. 

-Lo lamento, no era mi intención golpearlo. ¿Se encuentra bien? - 

-Solo un poco mareado, pero estoy bien…  ¿Y tú qué haces levantado? Se supone que tienes las piernas casi rotas, ¿no? - 

CIEL (NO) ES UN DONCEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora