Primer especial, narrado por JungKook:
-Hola mi amor. -Saludé desde el sofá en cuento escuché la puerta de casa ser abierta.
-Hola Hyung. -Me respondió mi pequeño cerrando la puerta. -¿No tienes trabajo hoy? -Preguntó caminando hasta mí, dejando su mochila en el suelo y tomando asiento a mi lado.
-No, hasta mañana que TaeTae termine el diseño no tengo ningún tatuaje que hacer. -Sus ojitos, tan pequeñitos y brillantes que siempre he amado comenzaron a iluminarse ilusionados. -He pensado que podemos pasar la tarde juntos una vez termines los deberes.
-¡Sí! -Gritó feliz cuando confirmé su ilusión en sospecha, lanzándose a mis brazos haciéndonos a los caer en el suelo porque el sofá es demasiado pequeño para ambos. Reí feliz, él no tardó en hacer lo mismo.
Mi Minnie fue esa bendición que todos recibimos una vez en nuestra vida. Recuerdo malamente convertirme en un niño de cinco años solitario, al que los niños de su edad repudiaban por miedo y los adultos miraban con lástima y rara admiración.
Cuando mi madre me explicó, de manera adorable y cariñosa, que había encontrado a un hombre que le hacía sentir querida cómo nadie lo había hecho me asusté. Me asusté en el buen sentido porque mamá estaba sonriendo para alguien más que no era para mí y ver a ese hombre nuevo en mi vida mirarme como si fuera un ángel, algo bueno y no de lo que sentir miedo o lástima, me hizo comprender porque mi madre se había enamorado de él como en las películas que veíamos cada viernes o domingo por la tarde.
Al poco tiempo llegó otra nueva noticia impactante en mi corta vida, tenía apenas siete años cuando Heechul y mamá me dijeron que iba a tener un hermanito pequeño. Entendí perfectamente que era y cuál sería mi papel con él desde el inicio; pero nunca creí poder adorar tanto a un mocoso llorón con mejillas enormes y que me seguía a todos lados con forme comenzó a gatear.
Ahora, casi quince años después de aquello, con mis veintidós años yo veía a mi hermanito y seguía viendo la pureza e inocencia en él; yo seguía queriendo cuidarlo como el ser más preciado en esta tierra y él seguía siendo el que más querido e importante para alguien me hizo sentir.
Algunos decían que no éramos hermanos normales porque nuestras discusiones eran infantiles y nunca nos enfadábamos de verdad, nuestras riñas duraban escasos minutos y porque éramos como lapas dándonos cariño, besos y abrazos.
Para nosotros aquello estaba sobrevalorado, los equivocados eran ellos. Porque Minnie era mi luz del sol cada mañana obligándome a levantarme y yo la luz de su luna cuidando sus noches oscuras y frías.
Por eso jamás, nunca, soportaría que alguien le hiciera daño a su bella alma. Antes sacaba mi víbora interior y los devoraba a todos.
-¿Y cómo vas en el colegio? -Pregunté con cautela haciendo a ambos sentarnos en el suelo, rápido sus piernas se enredaron con las mías y subió a sentarse en mi regazo. Tarde o temprano ya no podré cargar con él como hasta ahora, he de admitir que mi Minnie está creciendo. -¿Siguen diciéndote cosas por ser del sur?
-No Hyung, ya te dije hace tiempo que eso acabó. -Susurra jugando con las pulseras en mi muñeca izquierda. -Pero; tengo una amiga nueva. -Sonrió con ilusión viéndome a los ojos.
-¿En serio? -Su alegría de me contagió. - ¡Eso es genial! ¿Cómo se llama?
-Se llama Rosé, pero yo le digo Rosita y ella a mí Jiminnie. -Su tierna sonrisa de de ojos medias lunas apareció, yo mostré la mía de palas grandes. -Va a mi curso pero a diferente clase, por eso no habíamos coincidido. Además ella también suele no ir a la cafetería, es como yo.
-¿No le cae bien la gente pretenciosa del norte? -Pregunté con una carcajada resonante, él asintió enérgico.
-Exacto, ella es del norte pero no le gusta la gente que se cree más por tener dinero. -Esa chica comenzaba a agradarme y más si hacía feliz a mi pequeño. -Dice que son unos hipócritas, que el dinero es de sus padres no de ellos, que son unos don nadie.
-Me gusta esa niña. -Confesé complacido, ojalá no fuera una bruja bajo el disfraz de hada. -Algún día puedes invitarla a casa. -Sugerí, quería conocerla; tal vez hacerle un pequeño interrogatorio para ver si es sincera o no con mi Minnie.
-Vale. -Aceptó rápido y gustoso antes de bajar de nuevo su mirada a su regazo y fruncir sus cejas pensativo; le dejé tiempo para que dijera lo que carcomía su mente. -Oye Hyung, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Claro pequeño. -Concedí besando su nariz.
-Tae Hyung y tú... -Inició titubeante, todos mis sentidos puestos en él, en el nombre de TaeTae. -¿Sois novios?
Lamí mis propios labios, no puedo mentir a mi pequeño pero tampoco puedo mentirme a mí mismo.
-Pues, no exactamente, pero estamos juntos. -Digo al fin entrelazando nuestras manos. -Él me gusta mucho, ¿a ti te agrada?
-Solo lo he visto una vez Hyung, no lo sé. -Susurra, asentí despacio. -Pero me gusta que te haga venir feliz a casa, es bonito. -Otra tierna sonrisa de su parte, mi corazón late alegre. -Aunque él es complicado.
-Lo sé. -Susurró bajando yo ahora mi mirada. Una cosa más que debo aceptar y adorar de Jimin es que ya no es un bebé o un niño; él ha crecido y por ende madurado. Y seguramente sea la persona en la que más pueda confiar jamás. -Todavía no sé porqué sufre depresión, ni si quiera él me lo ha dicho. -Jimin me mira atento, dándome caricias en las manos a modo de apoyo. -Lo poco que conozco de su vida es bastante humillante y doloroso Minnie. -Sus gruesos labios besan mi mejilla derecha. -Su padre parece que siempre viaja por trabajo, su madrastra ni si quiera le habla, su hermano se marchó dejándolo solo allí, su madre murió y la gente hipócrita que le rodea solo le obliga a fingir estar bien y ser fuerte. Es como si no tuviera permitido sufrir o estar triste.
Un ligero, pero espeso, silencio se crea en la sala de estar; mi hermano pequeño me atrae para abrazarme con protección y a modo de trasmitirme fuerza. Sonrió algo roto por todo, quiero a Tae, lo quiero de verdad; y me duele saber que parezco ser la primera persona que lo quiere de verdad.
-Conviertete en ese sitio donde pueda llorar y estar triste Hyung.
-Eres un niño tan inteligente Minnie.
-No soy un niño.
-Siempre vas a ser mi niño. -Sonrió deshaciendo el abrazo. - ¿A ti te gusta alguien? -Lo miro levantando una de mis cejas con picardía. -¿Algún chico de la escuela o del barrio?
-No, todos son unos idiotas. -Sus pálidas mejillas están pintadas de rojo por la vergüenza. -Yo quiero a un hombre. -Rio fuerte, enternecido, mientras aprieto sus mejillas con delicadeza entre mis manos.
-Si que eres exigente. -Bromeo haciendo que sus labios se abulten. -Lo encontrarás Minnie, a todos nos llega nuestro momento de sentir amor. -Para ambos llega a nuestra mente nuestra madre. -Mírame a mí, ¿quién te iba a decir hace unos meses que estaría así de tonto por un rubio teñido del norte?
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Hold On; de ricos y pobres (KookTae) (TaeKook) (NamMin)
FanfictionDe ricos es ser indiferente y egoísta; ser feliz pero muy serio y estirado; ser derrochador y nada trabajador. De pobres es ser desinteresado y empático; ser desdichado pero sonreír y positivo; ser tacaño y muy trabajador. ¿Cuántos de estos estigmas...