🧡Extra 1~NamMin🧡

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Las reverencias a su paso eran ciertamente de admiración. Él, el que fue el niño por el que se inició la rebelión del sur años atrás, se había convertido en el hombre admirado por todos.

Jimin terminó sus estudios con honores en la prestigiosa escuela del norte y fue dotado con la beca universitaria en Seúl. En cuatro años se graduó con unas notas envidiables y ahora, casi otros cuatro años después, era el jefe directivo de la empresa Kim-Park.

Así es, su adorado cuñado había dejado de lado esa parte de su pasado que no le aportaba nada y ahora era co-dueño de un taller de tatuajes muy famoso en el país junto a su hermano mayor. Al TaeHyung negar su parte de la empresa esta fue cedida temporalmente a SeokJin quien, a día de hoy, seguía siendo el jefe de ventas en la misma y trabajaba codo con codo con Jimin.

Decir que fue una sorpresa que TaeHyung le cediera sus acciones y puesto presidencial en la empresa familiar a su cuñado cuando se graduó sería mentir. Era algo que Kim no se cansaba de decir con orgullo: "Cuando Minnie se gradúe será mi sucesor, el que la empresa se merece junto a mi Hyung".

Jimin llegó junto a las puertas del ascensor, había sido una jornada agotadora repleta de reuniones sobre nuevos diseños. Pero estaba bien con ello porque era lo que más le gustaba, corregir y diseñar modelos nuevos de bolsos y zapatos.

-Jims, me voy a quedar a terminar unas cosas. -Habló Hoseok a su lado, su secretario, el que irónicamente se había convertido en su mejor amigo con el paso de los años.

-Está bien Hobi, pero no te vayas muy tarde a casa. -Cedió. -Mañana ya es fin de semana. -Hoseok asintió y se despidió con una sonrisa.

Park entró al ascensor y pulsó el botón que le llevaría a la planta baja, viendo los números descender de aquel inmenso edificio de oficinas en el centro de la ciudad. Cuando el ascensor paró en la planta número diez no pudo evitar sonreír, la cabellera azul que apareció tras las puertas le aceleró el corazón como el primer día que la vio morada.

-Buenas noches señor Kim. -Saludó con retintineo, esa sonrisa infantil de mejillas abultadas siempre presente.

-Buenas noches señor Park. -Respondió NamJoon, colocándose a su lado en lo que el ascensor volvió a descender. Pero la mirada de Jimin se había estancado en él con cierto atisbo de fingida ofensa. NamJoon le sonrió de lado. -¿Qué?

-¿Señor Park? -Preguntó él mismo elevando una ceja. NamJoon se echó a reír con una fuerte carcajada.

El peliazul rodeó la cintura estrecha del más bajo. Había sido algo gracioso, sobretodo para Jimin que solía usarlo como burla cariñosa, el que el menor se hubiera ejercitado tanto como para pasar en fuerza a NamJoon . Jimin era un hombre activo en deporte y eso era otra cosa que compartían entre ellos en sus ratos libres.

-Señor Park, de Kim. -Susurró; Jimin se puso ligeramente de puntillas, rozando sus labios y rodeando sus hombros con naturalidad.

Un besito dulce, pero profundo, fue dado entre ambos en aquel pequeño ascensor. Un beso que duró hasta llegar a la planta baja y ser visto por los guardias.

Bueno, la gente estaba acostumbrada a las muestras de afecto de la recién pareja casada de dos de los hombres más ricos de la ciudad.

Bueno, la gente estaba acostumbrada a las muestras de afecto de la recién pareja casada de dos de los hombres más ricos de la ciudad

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Las musculosas piernas de Jimin estaban tensas pero perfectamente enredadas en la cintura estrecha de su marido. Sus brazos eran apresados por sus muñecas sobre su cabeza y, mientras trataba de buscar oxígeno desesperadamente, su boca estaba abierta de par en par soltando altos y agudos gemidos de placer.

NamJoon miraba embobado como las pálidas mejillas de su bebé estaban rojas al igual que todo su pecho, clavículas y cuello por las mordidas y chupones que dieron inicio al placer. Su mano derecha sujetaba con fuerza las muñecas del menor sobre su cabeza y la izquierda sujetaba su cuerpo por sus deliciosas costillas.

Los golpes a la próstata de Jimin lo estaban volviendo loco, pero había sido él mismo quien había pedido correrse sin tocar su miembro, y eso solo NamJoon podía dárselo con esos movimientos rudos, profundos y certeros.

El chapoteo del lubricante y el presemen, único al chocar de pieles, cesó cuando el gran orgasmo sacudió por completo el cuerpo del menor y por ende, tras el apretón en su pene, NamJoon terminó también dentro de él.

El cuerpo más grande cayó sobre el del menor y fue envuelto por unos fuertes y protectores brazos.

-Ya bebé gigante, respira. -Susurró Jimin dando caricias al cabello azul y a su espalda desnuda sudada. NamJoon se levantó para golpear su pecho y salió de él dejándose caer entonces a su lado en la cama de su hogar. -Ya, Hyung, no te enfades. -Hizo puchero abrazándose a su torso con brazos y piernas.

-A veces creo que te burlas de mi altura solo para alterarme y que te de así de duro. -Argumentó NamJoon, siendo él ahora, quién acariciaba la espalda y cabello del contrario.

-Ups, me has pillado. -Bromeó el rubio. Ambos rieron abrazándose más fuerte y con amor. -Quiero que este fin de semana vengan mis sobrinos. -Pidió haciendo otro puchero, una costumbre tierna que nunca había abandonado.

-Se lo diremos a Tae y Kook. -Sentenció NamJoon. -Pero no me hace mucha gracia cuidar de tres bebés; me tienes que ayudar, no solo jugar con ellos. -Se quejó besando su cabello. Ellos aún no había tenido hijos, tampoco era algo que hubieran hablado más allá de "en un futuro".

-Siempre voy a ser tu bebé. -Dijo orgulloso de ello Jimin.

-Mi bebé chiquitín y musculoso. -Bromeó antes de forzar sus cuerpos a girar para encararse poniéndose NamJoon ligeramente sobre él. La cara de susto de Jimin por el repentino movimiento derritió el corazón de Nam como la primera vez que lo vio en su casa cuando fue a recoger a Tae hacía años. -¡Es que mírate! ¡Eres adorable!

Una guerra de cosquillas y besos castos por todo su rostro dio inicio entre la pareja felizmente casada. Las mejillas de Jimin volviendo a colorearse esta vez por la risa angelical e infantil que soltaba.

Todos sentían respeto y admiración por el imponente señor Park en traje, pero en la intimidad de su casa sabían que seguía siendo un niño dulce y cariñoso.

Igual que NamJoon, el que era mirado raro por ser gay y defender a los del sur, ahora era admirado por ello; pero seguía sacando su parte tierna y melosa con su pequeño capricho convertido en el amor de su vida.

-Te amo bebé. -Dijo NamJoon deteniendo sus besos y cosquillas al menor.

-Yo también te amor Hyung. -Susurró deteniendo su risa Jimin, viendo una oportunidad para resolver su gran duda. -Pero, ¿tú nos amas a los dos? -NamJoon frunció su ceño sin comprender bien a su pequeño. Jimin le sonrió amplio y besó sus labios. -Enhorabuena señor Kim de Park; va a ser papá. -NamJoon abrió sus ojos sorprendido y verificó que todo era cierto cuando su bebé comenzó a llorar entre la felicidad y el miedo del tema que nunca habían hablado sobre ser padres.

-A los dos, os amo a los dos con toda mi alma. -Susurró sintiendo también las lágrimas bajar por sus mejillas, inclinando su rostro para volver a besar al portador y dueño de su corazón.

Pero aquello estaba bien, porque Jimin tenía el corazón de NamJoon sí, pero NamJoon tenía el de Jimin. Y ahora un pequeño tendría el amor incondicional de ambos.

🧡🧡🧡

Nota: Estos dos son taaaaan adorables que yo me muero 😢

Hold On; de ricos y pobres (KookTae) (TaeKook) (NamMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora