🧡Capítulo 38~Roto🧡

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Un buen rato después, lo que se sintió como horas de dolor físico y emocional para JungKook pero realmente fue una escasa hora, los dos mismos policías jóvenes que en su día detuvieron a YoonGi y TaeHyung y que habían sido testigos de su conversación con el señor Kim; entraron a la celda del peliengro. Este les miró sobre su hombro pues aún seguía sentado mirando la pared y abrazando sus vientre.

-¿Puedo curarte? -Preguntó el rubio policía, en sus manos un pequeño botiquín. JungKook quería negarse por el orgullo, pero en aquel momento aquello era absurdo. No sabía cuánto tiempo estaría allí así que lo mejor sería sanar sus heridas y evitar que se infectaran.

-¿Agua? -Preguntó el otro policía, el castaño, ofreciéndole una botella de agua en lo que él terminó de sacar su camiseta y quedar desnudo de cintura para arriba dando la espalda al policía rubio.

-Por favor. -Pidió, tomando la botella y bebiendo toda de golpe. El agua cayó como peso muerto en su estómago al estar vacío. -Gracias. -Le susurró devolviéndole la botella de plástico vacía, una mueca involuntaria cruzó su rostro cuando el ardor quemó en una de las heridas de su espalda. El policía castaño se marchó y volvió a los minutos entregándole una camiseta grande, de a saber quién, pero que al menos no estaba hecha girones y sucia como la suya.

-Se nota muy poco tu barriga. - Habló el policía rubio.

-Estoy de casi dos meses. -Susurró viéndola, si hubiera comido ni se notaría. Pero al estar sin comida en su sistema e hinchado por el embarazo, se veía una ligera redondez adorable ante sus ojos cansados. -¿Por qué me ayudáis?

Ambos policías se miraron uno al otro una vez el rubio terminó de curarle y le ofreció un algodón con alcohol para sus manos y brazos. JungKook los miró desde abajo, sentado en el suelo aún, exigiendo con su mirada que hablaran.

-Tal vez escuchar a viva voz todo lo que has estado predicando lo hace ver real. -JungKook elevó una de sus cejas. -Muchos de nosotros no sabíamos bien que seguíamos las órdenes del señor Kim y no del comisario. -El policía rubio lamió sus labios dolido con su propia declaración.

-Enhorabuena, habéis abierto los ojos. -Chistó JungKook con burla e ironía.

-Enhorabuena a ti, los tuyos han conseguido llamar la atención de algunos medios y se empieza a debatir la veracidad de los vídeos que grabastéis la pasada noche. -Respondió el castaño, JungKook sintió un halo de felicidad recorrer su cuerpo. Haciendo su mayor esfuerzo se puso en pie para encararlos.

-Eso está bien, al menos que ellos sean libres. -Declaró, sonriendo nostálgico y visualizando en su mente un futuro mejor y brillante para su familia; para las víboras.

Pero golpes resonaron fuera de la celda, golpes que cesaron al descubrirse un grupo de hombres notablemente jóvenes vestidos de negro y que parecían buscar a JungKook. Él reconoció a uno de ellos al instante y sin poder evitarlo sintió miedo, miedo camuflado de curiosidad.

-¿Qué hacéis aquí? -Preguntó el policía rubio. JungKook miró a los tres nuevos integrantes de la celda y a los policías varias veces. Esos policías eran los supuestos amigos de Tae de aquella cena donde se reencontraron.

-¿SeongHwa? -Le preguntó Jeon directamente al chico de cabello negro confuso. Él, el hermano mayor de Hoseok que ahora era una víbora adoptado, lo miró serio antes de encarar a sus amigos.

-Nos lo llevamos. -San, el policía rubio, y YunHo, el policía castaño, miraron a su amigo asombrados.

-¿Qué? -Preguntó San. -No podéis.

-Oh, sí, él se viene al sur con nosotros. -Habló otro de los chicos, el pelinegro Wooyoung.

-Él debe volver con su familia, no ha hecho nada malo. -Declaró SeongHwa a sus amigos policías quienes, sin mediar más palabras, se dieron media vuelta no queriendo ver nada y dejando así a JungKook marchar.

Hold On; de ricos y pobres (KookTae) (TaeKook) (NamMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora