🧡Capítulo 15~Risas acompasadas🧡

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JungKook no podía dejar de reír en altas carcajadas, tan dulces pero exageradas a la vez que contagiaban inocentemente a TaeHyung para provocar las suyas entrecortadas y graves. A su vez, sus risas acompasadas sonando en perfecta armonía, contagiaban y enamoraban al personal de la casa de los Kim.

Era adulador, reconfortante, provocando un ambiente alegre, poder escuchar después de tantos años risas en esa enorme y vieja mansión; y más si eran del joven TaeHyung quién había dejado de reír hacía años.

Era la dura y triste verdad; los mismísimos hombres que cuidaban el jardín, los miembros de seguridad, las cocineras, el servicio, todos... todos eran conscientes de la depresión del señorito Kim; pero su padre nunca lo nombró, nunca dijo nada al respecto.

-¡Yah TaeTae! ¡Es como montar en bicicleta!

-¡¿Cómo conducir una moto va a ser igual que montar una bicicleta?!

Ambos se miraban fijamente con molestia, habían dicho esas palabras rudamente y serios. TaeHyung sentado sobre la moto de JungKook arrancada por el mismo y Jeon a su lado de brazos cruzados observándolo.

Volvieron a estallar en risas juntos.

-Venga montaré contigo. -Dijo JungKook fingiendo conformidad y fastidio por ello. Se sentó en la parte trasera, rodeando la espalda de este e inclinándose de lado para ver y poder alcanzar el manillar bajo las manos de él.

-Sigo sin estar muy seguro, ¿por qué no mejor te enseño yo a conducir un coche? -Lo miró sobre su hombro, pelos rubios de él se mezclaron con los suyos.

-No seas idiota. No tengo ni carné de moto, ¿para qué quiero yo saber conducir un coche?

-¡Espera! ¡¿Qué?! -Se giró todavía más para verlo. -¿Vas por ahí sin carné?

-La moto tampoco es mía, es de mi padre y mi padre está muerto. Por eso mismo la conservo y por ello suelo ir andando a todos lados menos a tu casa que está a tomar por culo de la mía. -JungKook sonrió amplio, tratando de fingir inocencia. -Pero tú si puedes conducir este calibre de moto con la licencia de conducir. -Antes de que él objetara algo más se inclinó y besó sus labios con un pico sonoro y meloso.

-Joder, creo que eres la única persona que puede convencerme de hacer estas cosas. -Susurró viendo sus oscuros ojos. -Si nos caemos y me cargo la moto será tu culpa. -Decretó girándose al frente y colocando su pie izquierdo sobre el pie de la moto; ahora sujetaba el peso de ambos y la misma con su pierna derecha.

-Si te la cargas te quedas mínimo quince días en abstinencia. -La voz de JungKook fue baja, raramente melosa y sexy susurrando en su oído derecho. -Pero si lo haces bien esta noche cuando vuelvas del psicólogo te lamo la polla.

Aquello estaba decidido, TaeHyung arrancó al instante sacando otra nueva carcajada al rubio platino.

Era un nuevo día; JungKook al salir de trabajar había recibido un mensaje de voz de un emocionado TaeHyung en el que le pedía que fuera a su casa con urgencia

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Era un nuevo día; JungKook al salir de trabajar había recibido un mensaje de voz de un emocionado TaeHyung en el que le pedía que fuera a su casa con urgencia.

Y es que TaeHyung había tenido una muy productiva sesión con su psicóloga; una mujer de edad bastante avanzada y con un carácter profesional y a su vez maternal. La tía de su mejor amigo, la madre de Rosé; ella era la encargada desde hacía más de mes y medio de escuchar y ayudar a Tae tres tardes a la semana.

En aquella sesión le había convencido al fin de que lucir, llevar ropa o accesorios, aclarar u oscurecer su piel, era algo que él debía decidir y no las estrictas normas sociales.

Él debía regirse por sus propios gustos, lo que él denominara correcto y bello para sí mismo.

-¡Cierra los ojos! -Gritó TaeHyung desde el hall de su mansión donde esperaba a JungKook y dónde aquel mismo había irrumpido con tranquilidad.

-¡Y una mierda! -Fue su respuesta en gritos, desde la cocina se escucharon risas de los empleados contenidas por la extraña pareja que esos dos hacían. -¡Ya te he visto! -JungKook corrió hasta su chico y sostuvo su afinado rostro con ansia, moviendo su cabeza de lado a lado, de arriba a abajo. Así JungKook observaba emocionado, ansioso y gustoso su cabello ahora teñido de negro tizón. -Estás más sexy que nunca mi niño bonito.

TaeHyung sonrió amplio, su bella sonrisa cuadrada destacando más que nunca con ese cabello. JungKook besó sus labios repetidas veces en cortas caricias. El ahora pelinegro le devolvía los besos riendo leve.

Era gracioso, lo era absurdamente, ahora el rubio era el chico del sur y el pelinegro el chico del norte.

-Oh, lo siento. -¿Es que no había paz en esa casa? ¿Siempre tenían que interrumpirlos? JungKook juraba que como fuera HyunJin de nuevo le iba a lanzar una zapatilla a la cabeza. -Hola. -Pero no lo era, cuando la vio era una despampanante mujer con curvas irreales y el cabello largo y rizado pelirrojo casi anaranjado.

-Hola señora. -Saludó haciendo una reverencia educada, para JungKook fue obvio quién era por sus ropas y elegancia.

-Tae estás muy guapo. -Alagó la mujer, el aludido solo atrajo a JungKook hacía su pecho rodeando su cadera.

-Gracias. -Susurró desinteresado. -Vamos a subir a mi habitación. -Le dijo a Jeon, este asintió.

-Tú padre vuelve mañana a mitad de mañana de viaje. -Dijo la mujer antes de que marcharán, TaeHyung la ignoró de nuevo pero JungKook pudo leer en esa frase y esa mirada el mensaje. Evitar al señor Kim.

-Gracias por avisarnos señora Hyuna. -Le sonrió educado, moviendo su mano a modo de despedida mientras subían las escaleras abrazados de lado por sus caderas.

-De nada cielo. -Se despidió de igual modo la pelirroja viéndolos marchar.

-Es agradable. -Susurró JungKook por el pasillo de la planta superior, Tae apretó con su rostro serio el hueso de su cadera. Su teléfono móvil comenzó a sonar obligándolos a detener su paso a mitad del pasillo. - ¿Quién es? -Preguntó JungKook desinteresado apoyando su cabeza en su hombro.

-Nam. -Respondió atendiendo la llamada. -Dime.

-Tae, ha pasado algo y deberías traer a JungKook a mi casa. -Directamente respondió su mejor amigo, su primo, al otro lado, Tae frunció sus cejas oscuras confuso.

-¿A JungKook? -El aludido lo miró tan solo elevando sus ojos y rodeando todo su torso con sus musculosos brazos. -¿Por qué? -La pesada respiración de NamJoon lo puso intranquilo.

-Digamos que me he encontrado a Jimin en una situación complicada. -Respondió al fin titubeante.

-¿Jimin? -Repitió TaeHyung viendo a su chico, él reaccionó automáticamente arrebatándole el teléfono móvil para hablar.

-¿Qué mierda pasa con mi hermano? -Sonó alterado, porque lo estaba, NamJoon tragó saliva grueso.

-JungKook, a él... -Divagó, el rubio resopló mostrando su enfado creciente. Iba a estallar y lo hizo en cuanto escuchó lo siguiente. -Parece que unos compañeros de instituto le han dado una paliza.

-Voy a matar a esos hijos de puta.

Habían tocado lo que era suyo, lo más preciado que tenía, lo que le hacía ser buena persona y quién le enseñó a mostrar cariño y amor a quien se lo ganaba y estaba a su alrededor.

Aquellos críos no sabían que acababan de despertar a la peor de las bestias, a un monstruo de mente fría y calculador que esperaba el momento idóneo para atacar; un monstruo con la habilidad de las víboras del sur.

Hold On; de ricos y pobres (KookTae) (TaeKook) (NamMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora