Hold On; de ricos y pobres (KookTae) (TaeKook) (NamMin)

🧡Capítulo 25~Daño🧡

Un grueso bate de madera, con astillas levantadas por los numerosos golpes, el mango deformado por la fuerza del portador, e irónicamente con brillos y lentejuelas en todo su contorno, impactó con fiereza y rapidez contra una vitrina de cristal.

El ruido fue acompañado poco después por el de un mazo grande y pesado contra una cocina apagada. El resonar de una pistola de balines y otras dos de paintball era el perfecto acompasar de los golpes.

Sus risas eran felices, realmente joviales, mientras JungKook, Jennie, JiSoo, Lisa y Rosé destrozaban cada mostrador de cristal, cartel luminoso, pared, mesas, sillas, neveras, maquinaria de concina... todo de los locales consecutivos del gran Im del norte.

El plan estaba saliendo perfecto. A las ocho de la tarde ya estaban en casa de Rosé, cenaron y se vistieron con ropa que la pelila les prestó para no llamar la atención por las calles del norte y en el caso de JungKook un conjunto elegante de traje negro que le había quitado a su primo NamJoon. A eso de las once salieron, hacia la zona de pubs y discotecas del pueblo, zona que casualmente estaba a dos calles a pie de las tiendas del señor Im.

Una vez el chófer de los Park les dejó en la zona de bares fingieron hacer cola para entrar, pero una vez lo perdieron de vista al final de la calle se dirigieron a su verdadero destino. Junto a un cubo de basura del callejón lateral a las tiendas habían dejado esa misma mañana sus "armas" bien escondidas.

JiSoo desactivó las cámaras y alarma con el programa de su móvil que se había pasado del teléfono de su futuro esposo YoonGi y al forzar una de las entradas traseras consiguieron entrar fácilmente a los locales. En aquel momento llevaban más de dos horas destrozando todo a su paso, comiendo dulces, bollos y helado entre risas. Si no fuera por las circunstancias realmente parecería una noche de chicas convencional.

Lisa dejó caer su mazo al suelo, apoyándose en su alto mango para ver a su novia, la pelilila tenía una sonrisa radiante mientras disparaba con su pistola de balines a algunos vasos de la estantería en la pared rompiéndolos.

-¿Lo estás pasando bien? -Preguntó la chica delgada de cabello corto negro llegando hasta su novia para rodear su cintura por la espalda.

-Sí, es divertido. -Dijo dejando caer su peso sobre el de su novia. -Y lo que más me gusta es el mensaje que estamos dando. -Lisa asintió y se inclinó a besar su mejilla. -¿Qué están haciendo? -Preguntó viendo a las dos restantes escribir sobre una hoja de pedidos del local y pegando esta con celofán en la caja registradora. -¿Quieren abrirla? -Lisa negó.

-Nunca robamos, podemos necesitar dinero, pero somos incapaces de robar a la gente trabajadora. -Rosé se inclinó a verla a los ojos. -Tampoco somos de robar a los ricos para darles a los pobres, pero hacemos nuestra justicia tal y como la conocemos. -Rosé asintió despacio y Lisa miró a sus amigas. -¡Chicas! -Estas voltearon a verlas. -¿Qué estáis escribiendo?

-Hemos puesto. -Inició Jisoo. -Si puede pagar su alcohol, por favor pague a sus empleados un despido decente antes de que le declaren en quiebra por su mierda de vicios y poco conocimiento de la economía. -Las tres restantes se echaron a reír viendo a JiSoo sonreír orgullosa.

-Oppa. -Llamó Rosé. -Nochu. -Este asintió con una sonrisa. -¿Por qué usted no le dice algo también al señor Im? -JungKook frunció sus cejas, Rosé se aproximó a una pared retirando varios cuadros de ella dejándolos caer al suelo sin cuidado. Estar tan cerca de la zona de discotecas hacía que los golpes y ruidos fueran casi imperceptibles en la calle solitaria de tiendas del centro del norte. Ante la pared entonces blanca Rosé mostró un pequeño bote de spray de color negro que guardaba en la mochila a su espalda.

-Eres un encanto. -Dijo acercándose a ella, entonces miró a ambas chicas mejores amigas de su hermano menor. -Ojalá acuda a vuestra boda y seáis las mejores amigas de mi Minnie por siempre.