JungKook le estaba contando lo ocurrido esa misma tarde a TaeHyung, faltaban escasas dos horas para el encuentro que había demandado con esos estúpidos niños. En ese momento estaban en el estudio de tatuajes, en el salón de Nochu, uno parado frente al otro y sujetando sus manos colgando en el aire.
-TaeTae, ¿estás seguro de querer apoyarme en esto? -Preguntó tratando de descifrar el rostro serio del chico. -Es tu gente al fin y al cabo.
Ese era el temor que ahora ahogaba a JungKook; que Tae quisiera marcharse de su lado porque él estaba mostrando su lado corrompido.
Él nunca estuvo metido en las víboras del sur como algo importante o una persona activa. Él siempre quiso estar al margen, de hecho su tatuaje era simplemente cedido como pertenecientes, por ser hijo de quién era no porque perteneciera al clan o se hubiera ganado el favor de una víbora.
Pero habían tocado lo que era suyo, su rallito de felicidad. Y no podía negar, que cuando descubrió horas antes que uno de esos críos, el tal Hoseok, era hermano menor de Seonghwa le hizo aumentar su deseo de venganza.
Quería vengarse del supuesto amigo que se burló del estado del chico que se había clavado en su ser como nadie lo había hecho.
Tal vez el amor sí existía para todos, porque en dos meses de conocerse TaeHyung se había vuelto alguien imprescindible en su vida. Tae le hacía relajarse, sonreír, sentirse necesario y ante todo... sentía que alguien lo apreciaba no por su apellido o lo que fingía mostrar, él lo apreciaba solo estando ahí a su lado.
-No creo en los lazos de nacimiento Kookie, creo en los que uno mismo crea con otras personas. -Explica Tae abrazando la cintura del rubio. -Creo en que NamJoon más que un primo lejano es mi hermano, que tú eres el chico que quiero y que por ende Minnie es mi hermano menor. -JungKook no podía sonreír, sentía que si lo hacía lloraría, porque estaban incluyendo a su pequeño como parte de él. -Además estoy harto de los abusos a la gente del sur.
-No somos malas personas Tae. -Susurró él. -Nos ven como delincuentes, pero entre vosotros también los hay.
-Conozco negocios sucios, la avaricia ha hecho a muchos respetados empresarios meterse en cosas turbias. -Asintió Tae, JungKook rodeó el cuello del pelinegro. -Pero vosotros vais a la cárcel si provocaís una pelea callejera, nosotros por robar a los ciudadanos más pobres para ser más ricos solo hacemos un soborno a las autoridades. -Despacio se acercó hasta rozar sus labios contra los de él. -Tal vez sea vuestro momento de la revolución.
Susurro sobre sus labios de aliento cálido que hizo a sus belfos rozarse. Ambos se inclinaron rompiendo la distancia y besándose con caricias suaves pero profundas. Las manos de Jeon tirando del cabello azabache en su nuca y las de Kim apretando sus caderas con posesión.
Al separarse, con los labios ligeramente rojizos, se sonrieron amplio y cómplices. JungKook deseaba tanto enmarcar esa sonrisa para siempre en su mente, nunca olvidarla. Para él no habían ya los recuerdos de un roto TaeHyung, su niño bonito últimamente solo sonreía y era embriagador.
La puerta fue golpeada, JungKook se separó de él tras darle un ligero pico en los labios y la abrió.
-Nochu, te buscan. -MinHo al otro lado lo miraba confuso. JungKook salió seguido por Tae. Era extraño que su amigo le hablara por su apodo en la confianza de su estudio, pero lo comprendió al ver a Bangchan y a Jennie en la recepción del local.
-¿Qué has hecho? -Pregunto Han una vez estaban todos fuera. JungKook no respondió.
-Nochu, tienes que venir con nosotros. -Demandó Bangchan.
-Suga quiere verte. -Añadió Jennie.
Si Han y MinHo eran la mano derecha e izquierda de Suga; aquellos dos eran los secuaces que los seguían hasta la muerte si era necesario. JungKook solo asintió, dándole una mirada cómplice a su amiga. En los ojos oscuros de Jennie pudo ver qué su primo YoonGi ya se había enterado de lo ocurrido esa mañana en la institución Golden.
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Hold On; de ricos y pobres (KookTae) (TaeKook) (NamMin)
FanfictionDe ricos es ser indiferente y egoísta; ser feliz pero muy serio y estirado; ser derrochador y nada trabajador. De pobres es ser desinteresado y empático; ser desdichado pero sonreír y positivo; ser tacaño y muy trabajador. ¿Cuántos de estos estigmas...