🧡Narra Jimin🧡
Era extraño, pero lo que más me molestaba y más dolía era la fuerza que ejercía en mis propios párpados para permanecerlos cerrados. Tal vez era mi subconsciente queriendo solo centrarse en un dolor absurdo y no el real que estaba por venir.
Poco a poco los sonidos de pisadas rápidas, golpes sordos, risas baratas y malvadas y los insultos en voz alta se detuvieron. Respiré, traté de coger una gran bocanada de aire inutilmente porque mis pulmones y diafragma ardieron en el intento.
Cuando sentí la soledad en ese callejón de suelo húmedo y sucio con olores repugnantes me atreví a abrir ligeramente mis ojos; realmente, y por fin, estaba solo.
Hice fuerza con mis manos raspadas en el suelo para incorporarme hasta quedar sentado contra la pared de ladrillos. Mis nudillos sangraban, había tratado de defenderme, pero como era de esperarse perdí contra seis chicos.
Nunca lo habría logrado por mucho que me esforzara, así que me dejé hacer para terminar cuanto antes.
Mis ojos cayeron entonces en mi abdomen, que comenzaba a doler mil infiernos, y mis piernas con los pantalones rotos de la institución. Aquel uniforme de mierda costaba demasiado y ellos me lo habían roto cuando era que solo tenía uno y...
Rompí en llanto como un niño, como a un niño que le niegan amor y lo deshechan por solo ser un niño.
¿Por qué me odiaban tanto? ¿Por no fingir que me caían bien? ¿Por no fingir tenerles respeto? ¿Por ser simplemente diferente a ellos?
Mi mochila estaba a mi lado, todo su contenido esparcido por todo el callejón con mis libros y libretas con apuntes rotos, mojados y desperdigados.
Lloré más fuerte.
Busqué entonces mi móvil en el bolsillo exterior pequeño de la mochila, por suerte seguía ahí. Por suerte o porque esos ricos pretenciosos no mirarían un móvil tan antiguo como si mereciera la pena, sin embargo le habían quebrado la pantalla y está estaba negra totalmente.
No podía ver nada en ella, no podía llamar a Lisa ni Rosé ni a mi hermano. Estaba golpeado, sangrando, con un gran dolor en la cabeza y abdomen en mitad de la zona norte en un oscuro y mugroso callejón.
Pero algo blanco y pequeño llamó mi atención junto a mi mochila. Esa tarjeta que el señor Kim me dió hacía más de dos semanas donde estaba su número de teléfono.
Visualicé en mi mente los iconos de mi teléfono y rogué, mientras marcaba el número de la tarjeta, que estuviera dando en las teclas adecuadas.
El teléfono dio tono.
-¿Diga? -Escuché al tercer timbre, mi voz se negaba a salir porque trataba de contener mis sollozos. - ¿Quién es? -Volvió a preguntar, yo seguía buscando mi voz. -Mierda de llamadas de compañías para que me cambie de la mía; que molestos sois cuando llamáis cien veces el mismo día y no respondéis...
-Hyung. -Susurré interrumpiendo su letargo de sátiras molesto.
-¿Quién eres? -La curiosidad en su voz y lo dominante que sonó me congeló, aún así lo que consiguió es quebrarme aún más.
-NamJoon Hyung. -Le llamé dejando fluir mi llanto.
-¿Jiminnie? -Que me reconociera me hizo sentir aliviado, tanto que me perdí en mi llanto infantil. -Hola pequeño, perdona no sabía que eras tú... -Volví a interrumpirlo, porque que me hablara tan dulce de golpe me sobrepasó.
-Hyung, ¿podrías venir por mí? -Podía escuchar su respiración ligeramente intranquila. -Yo no sé porqué, ellos solo me odian y...
-Jimin, ¿qué pasa? -Me interrumpió ahora él, sonando ansioso.
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Hold On; de ricos y pobres (KookTae) (TaeKook) (NamMin)
FanfictionDe ricos es ser indiferente y egoísta; ser feliz pero muy serio y estirado; ser derrochador y nada trabajador. De pobres es ser desinteresado y empático; ser desdichado pero sonreír y positivo; ser tacaño y muy trabajador. ¿Cuántos de estos estigmas...