Más que un Contrato [Areté Crild #3] ✔️

Extra 1 - Novias

Maya.

Las heridas me duelen de una manera más profunda de lo que aparento. No, no hablo de las heridas físicas porque estoy acostumbrada a padecer de ellas por mi intachable personalidad problemática. Hablo de las heridas internas.

Tengo un pasado poco fácil de asimilar y explicar. Mis padres fueron asesinados cuando yo apenas era una bebé y mi hermana fue la que se hizo cargo de mí con apenas trece años. Éramos unas niñas contra el mundo, solo ella y yo. Siempre ella y yo.

Al cumplir la mayoría de edad mi hermana se enfrentó sola a las adversidades inevitables de la adultez y la pobreza. Comenzó con nada pero logró mucho. Ella consiguió un empleo que le permitió hacer lo que tanto ama y logró encontrar un buen lugar para vivir sin padecer de la crueldad humana.

Todo iba bien con ella. Estaba saliendo adelante, logró entrar a una buena universidad y logró estabilizarse en medio de tanto caos e incertidumbre, hasta que llegó él.

El ex novio de mi hermana que tanto detesto y siempre voy a detestar. La consumió en cuerpo, alma y mente. Le arrebató su dignidad, su amor propio, su confianza, su valor. Él la golpeó, abusó de ella, la explotó, le quitó sus ganas de comerse al mundo y cuando ella logró salir de todo eso, intentó raptarme para de nuevo tenerla bajo su control.

Nick. Ese maldito nombre que tanto detesto como a su dueño. Nick es el causante de que me esté muriendo del dolor interno porque me quema no haber podido evitar que Lauren pasara por eso. Me duele no haber podido ayudarla a salir o separarse antes de él. Yo permití que ella siguiera con él y le permití a él hacerle más daño.

No tengo fiebre por el susto como le hice creer a David y a Nastia, tengo fiebre por la rabia y por el dolor que ese hijo de puta le causó a mi hermana. Mi hermana, que es lo más importante para mí. Mi hermana, que tanto me protegió y cuidó del malicioso mundo. Mi hermana, que siente culpa por lo que ese desgraciado me causó.

Tengo moretones, me duele la nariz, la boca y el ojo. Tengo marcas en los brazos por su fuerte agarre y me palpita la cabeza porque entre jalones me arrancó mechones de cabello que con mucho esmero logré separar de mi piel. Era mi cabello o era yo. Era mi vida o era su triunfo. Era mi escape o era Lauren.

Me recuesto del espaldar de la cama y cierro mis ojos intentando no escuchar a mi estúpida mente. Me duele esto mucho más que a ella porque sé que si hubiera denunciado antes a ese imbécil hubiese podido hacer algo. Ella me dijo que no, que era imposible porque él tenía familia en la policía, pero yo sé que hubiese podido hacer algo, yo... Yo sé que ella debe estar muerta de dolor por lo que su ex me hizo.

Pasos en la escalera se escuchan. Son varios, por lo que deduzco que David y Lauren ya dejaron de follar o hacer lo que estaban haciendo en la otra habitación. No me importa, solo confío en el pitufo mayor porque deseo que él la haga sentir mejor en medio de tanta tempestad. Ella seguro debe estar culpándose de esto y no, no es su culpa. Nada de esto es su culpa.