Capítulo 50- Cœurs brisés

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---FINAL (PARTE 1/2)---

Lauren.


— ¿Lo mato? ¿Lo baño en ácido? —fruncí el ceño y miré a mi primo como si estuviera loco. ¡Lo estaba!

—No, Edmon, ¿qué te pasa? —ladeé mi cabeza y él volvió a su pose de seriedad cruzando sus brazos.

Nos encontrábamos sentados en el parque, solo él y yo. Había decidido venir a solas con él para tener más intimidad respecto al asunto, pero no me ayudaban a concentrarme sus propuestas para matar al padre de Amelie. Mafioso tenía que ser.

— ¿Cómo es que terminaste alquilando tu vientre? ¿Estás loca o qué? —agaché la cabeza y concentré mi mirada en mis manos. Él decía las cosas sin trabas, sin vaselina. Creo que era algo de familia.

—Necesitaba el dinero, donde trabajaba no me pagaban muy bien y a Maya se la iban a llevar si no encontraba estabilidad económica con rapidez —él asintió lentamente y apoyó sus codos de sus piernas inclinando su cuerpo.

Me sorprendía lo grande que era. Era increíblemente guapo e intimidante con todos esos tatuajes y, si no fuera mi primo y yo no tuviera esposo, ya le hubiera sacado mi lado pervertido.

Edmon era solo un año menor que yo y ya era el jefe la mafia rusa. Él era el líder y se había encargado de venir personalmente a convencerme de dejar Los Ángeles. A mí y a Maya.

—Ese cabrón de tu ex está en la cárcel, ¿no? —asentí. Cuarenta años o más iba a pasar ese maldito encerrado y no sentía la mínima pena. Supongo que algún día perdonaría todo lo que me había hecho, pero por el momento, tenía el derecho de odiarlo.

Después de visitarlo y escuchar sus palabras no me quedó la duda de que era lo mínimo que merecía.

— ¿Ya sabes todo lo que pasó? —Edmon asintió y se pasó una mano por el cuello moviendo la cabeza de lado a lado.

—Viktor me contó todo —tragué saliva cuando conectó sus ojos grises con los míos —Lo mandaré a matar.

—No hace falta, ya está encerrado y debe morir así —él apartó la mirada y enfocó su mirada grisácea en el suelo.

— ¿Ya lanzaste el rumor? —fruncí el ceño mirándolo sin entender y él sonrió —Yo me encargo, tranquila.

— ¿De qué hablas? Me asustas —aparté la mirada cuando mi hermanita entró a mi campo de visión. A ella era a la que estábamos esperando.

—Nada que él no se merezca —escuché la respuesta de Edmon y ambos nos levantamos cuando vimos a Maya llegar con Viktor. Ambos con cara de molestia, supongo que aún no se llevaban bien.

—Hola, Nas —Maya se detuvo a mi lado y miró interrogante a Edmon. Él era tan alto que ambas teníamos que mirar al cielo.

—Maya, él es nuestro otro primo, el mafioso —aclaré y mi hermanita lo detalló por varios segundos cruzando sus brazos.

—Ajá, ¿y a mi qué? —alzó una ceja y puse una mano en mi cara. ¿Por qué tenía que ser tan grosera?

—Vine a ofrecerles un hogar en Rusia, con su familia, con nosotros —Edmon se cruzó de brazos y Maya rió con sorna negando lentamente.

—Hogar tus huevos, ¿es en serio? ¿Me vienes a ofrecer estabilidad cuando ya han pasado trece años? Tú y tu abuelo se pueden ir al carajo, por mí que se queden con su familia y su hogar, no quiero nada de ustedes —tomé la mano de Maya y abrí mucho los ojos mirándola con reproche.

Más que un Contrato [Areté Crild #3] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora