Más que un Contrato [Areté Crild #3] ✔️

Capítulo 5 - Último número

Lauren Thomson en multimedia.

Capítulo dedicado a @Dani_Helenlamejor20  (morí con tu comentario). 

" Diosito enviame un Crild para que sea mi enemigo y luego me ame, que sea mi mejor amigo y amante para que el deseo de ser padres nos mate. Hoy pido un Crild para que con su caracter me haga tiritar y sus ansiosos ojos ámbar me lleven a suspirar y desear querer más y que sus profundos ojos azules me lleven al más allá para ver lo que es amar de verdad."

Lauren. 

—No vas a beber, Lauren —gruñí ante la respuesta de mi querido David. ¡¿Qué había de malo con que bebiera?! ¡Aún no se sabía si había o no un bebé! 

Gruñí y pasé una mano por el nido de mi cabello. Estaba hecho un asco.

Ayer me había tomado un par de copas después del último show en el burlesque. Le había contado a Georgia sobre lo que estaba haciendo y ella me pidió hacer un brindis por tener un posible hijo de un Crild en mi vientre. Acepté gustosa.

No veía nada de malo, apenas tenía dos semanas de haberme hecho la inseminación, no creo que el bebé ya existiera. Además, tenía posiblemente nueve meses catastróficos por delante. No creo que me hicieran mal unas copas antes de eso.

Y bueno, por mi mente no se me pasó la idea de que David Crild apareciera a las siete y media de la mañana, como si levantarse antes de esa hora fuera normal, ¿en qué mundo vivía?

Tenía un horario muy diferente al mío.

—¡Aún no sé si hay o no un hijo tuyo dentro de mí! ¡¿Podrías dejar al menos de ser tan exigente?! Me molesta —crucé mis brazos y me senté en el sofá, estaba muerta de cansancio y sus quejas no ayudaban en mi agonía por querer volver a la cama.

—Bien. Debí creer lo que decían de ti —si no hubiera sido porque escuché lo último, estaría roncando. Pero no, sí lo escuché y me quedó bastante claro.

—¿Y qué dicen de mí? —aparte de chismes malintencionados.

No era de extrañarse. En el burlesque había mucha envidia por parte de las chicas, todas me tenían un poco de rabia porque Martina, la dueña del lugar, me estaba comenzando a tomar aprecio.

A pesar de que David me había dicho que si quería podía dejar el lugar, varias veces había ido a hacer mis números, era algo que me apasionaba, cantar y bailar me alegraba, era mi sueño estar sobre un escenario.

Noté como mi tormento alias Davidcito se pasaba una mano por su sedoso cabello un poco frustrado y luego bufaba, al parecer estaba arrepentido de haber dicho eso.

—No es nada... —lo corté de inmediato. Si lo había dicho era por algo, ahora quería que me contara el chisme completo.

—Dime, ¿qué te han dicho de mí? —crucé mis brazos y me levanté encarándolo, a pesar de que él era mucho más alto que yo.

Y eso que yo medía un metro setenta.

—Que eres muy irresponsable, que siempre te la pasabas escapandote de tu novio y que varias veces le fuiste infiel —Auch.

Cuando las revistas del corazón decían que uno de los atractivos de David Crild era su sinceridad, no se equivocaban en absoluto. Aunque en este momento no era para nada atractivo eso.