Capítulo 12- Contrato

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David.


Me terminé de duchar y cepillar los dientes y salí de la habitación poniéndome la camisa con una actitud relajada.

Realmente estaba muy feliz y, si no fuera porque el asunto de Lauren y su ex aún rondaba por mi mente, este sería el mejor día de mi vida.

Bufé y terminé de preparar el desayuno; pancakes.

Joder, a veces agradecía al cielo que mi mamá me hubiera enseñado a cocinar desde pequeño o sino, hubiera muerto de hambre viviendo solo.

Además de que Amelie no cocinaba para nada y estaba seguro de que en nuestro matrimonio, el único que se pondría guantes de cocina sería yo.

Pero no importaba, para eso era el trabajo en equipo, ¿no?

—Buenos días... —escuché una voz femenina a mis espaldas y me giré rápidamente viendo con atención a la encargada de mi hijo o hija.

Llevaba mi camisa puesta, un mono y unas pantuflas que creo estaban ya apartadas en la habitación de invitados en la que ella dormía.

—Buenos días —le respondí sonriendo un poco mientras la detallaba.

Los recuerdos de la noche anterior vinieron a mi mente y tragué con dificultad intentando apartar las imágenes de su rostro a centímetros del mío. De su voz volviéndose más sexy mientras nuestras miradas se desviaban una y otra vez a nuestros labios.

¿Qué rayos me pasa?

— ¿Pasó algo? Estás de muy buen humor —ella alzó una ceja y ladeé la cabeza volviendo a la realidad. No me pasaba nada. No me podía pasar nada.

—Ehm, sí, en realidad pasó... —su rostro se transformó en una mueca de desagrado y enseguida comenzó a correr hasta el baño supongo a vomitar todo lo que había cenado.

No tardé mucho en reaccionar pero, cuando fui a ver como se encontraba, una silueta apareció en mi camino sonriendo como si no me hubiera visto nunca.

Bonjour, ma chérie —Amelie caminó hasta mí y me besó enrollando sus brazos en mi cuello.

—Buenos días, amor —repetí en nuestro idioma y ella sonrió mientras me miraba fijamente.

—Te ves guapo hoy —deslizó sus dedos por mi mejilla y no pude evitar sonreír como idiota.

—Tú siempre te ves preciosa —murmuré y ella rió mientras dejaba besos por mi cara.

—Lo sé, por eso soy modelo —me guiñó un ojo y mordí mi labio inferior —. Me encantó lo que hicimos anoche... —ella se mordió en labio inferior y dejó un beso en mi cuello —Estuviste increíble...

Eh- ehm... —Amelie se separó enseguida de mí cuando el sonido ronco de otra persona interrumpió el momento. Miré a mi prometida y esta miró a la mujer encargada de nuestro hijo o hija con una ceja alzada.

Je vous demande pardon? —su idioma natal se presentó y le sonreí un poco incómodo a Lauren mientras ponía una mano en la cintura de mi prometida para presentarlas.

Este era el momento de la verdad.

—Amor, es ella — le murmuré y Amelie detalló lentamente a Lauren mientras esta me miraba de manera sorprendida a mí y a Amelie. Y la entendía.

La verdad es que anoche no me dio tiempo de presentarlas, ella estaba bastante cansada y bueno, estuve todo el tiempo con Amelie.

— ¿Es ella qué? —preguntó la francesa y yo tragué con dificultad mientras me acercaba a Lauren para tenderle una mano que tomó con lentitud.

Más que un Contrato [Areté Crild #3] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora