Capítulo 31 - Preguntas con helados

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Capítulo dedicado a @DViscarra <3

"No se pero espero que el amor que sienten sea mas fuerte que todo lo que venga y puedan solucionarlo solo espero que amelie no vuelva en un largo tiempo aunque es inevitable que busque la manera de acercarse por el contrato"



David.



—Lauren, ¿qué rayos...? —abrí y cerré la boca cuando vi la escena. Ella se encontraba bañando a Coco en la bañera de su habitación. En su ex habitación y su ex bañera — ¿Qué te dije sobre las bacterias? —caminé con rapidez hasta ella y la saqué cargada de la bañera, viendo con el ceño fruncido a la perrita que se encontraba ahí.

—Por Joaquín, David, no seas tan dramático —Lauren rodó los ojos cuando comencé a secar su cuerpo con una toalla y yo la miré mal terminando de secar sus brazos.

—Quítate la ropa —hablé serio y ella alzó una ceja divertida —. No seas pervertida, sabes que no hablo de eso —rodé los ojos ye ella rió sacándose la camisa sin muchos ánimos. No tenía sostén por lo que quedó completamente desnuda del torso.

— ¿Las bragas también? —me preguntó con voz inocente y yo miré un segundo sus bragas negras de encaje. ¿Por qué se había puesto preciosamente esas bragas?

—Sí. No. No... Sí... Todavía no —ladeé la cabeza completamente perdido y aparté la mirada de su cuerpo decidido a no caer en su juego; ella sabía cómo volverme loco.

—Bien, Dave —ella sonrió divertida y caminó hasta la bañera inclinándose para sacar a Coco envuelta en una toalla —. Ven con mami, preciosa —intenté apartar mi mirada de su trasero pero no pude evitar recorrer lentamente su cuerpo casi desnudo. Su cabello negro cubría gran parte de su espalda, pero como se movía de lado a lado al secar a Coco, a veces descubría parte de su piel.

— ¿Ya le diste el tratamiento para las pulgas? —Ren asintió terminando de secar a su "hija" con el secador que yo había comprado para su cuidado. No me gustaba que Coco usara las mismas cosas de ella así que le compré a la perrita todo lo necesario. Secadora, instrumentos de higiene, talco, cremas, algunas gotas de vitamina, su cama, juguetes, colchón especial para el sofá, envases personalizados para su comida, su correa y placa a nombre de Coco Luna Crild Thomson y algunas toallas y cobijas para que no sintiera frío. ¿Qué? No es como si me hubiera encariñado con ella, solo la estaba cuidando para cuando la entregáramos a su nueva casa.

—Sí, recuerda que también la llevé para su última vacuna, se ha comportado algo rara, creo que se siente mal mi bebé —me senté de cuclillas al lado de las dos y miré fijamente a Coco ignorando con todas mis fuerzas el cuerpo desnudo de Ren.

—Oye, truenito, ¿por qué no vas a comer? Compré tus croquetas favoritas —acaricié una de sus orejitas y la fastidiosa se puso alerta enseguida moviendo la cola emocionada.

—Después dices que no la quieres —Lauren se burló y se levantó buscando una toalla para cubrirse —. Admite que le tienes cariño —rodé los ojos y sonreí cuando la truenito salió de la habitación bajando las escaleras con rapidez y de forma graciosa.

—No la quiero, solo que tampoco soy inhumano para dejarla sintiéndose mal —me quité la chaqueta y desabotoné mi camisa suspirando cansado. Venía del trabajo y todo el día había estado pensando en Lauren. Lauren. Lauren. No la podía sacar de mi cabeza aunque estuviera trabajando, ¿cómo es que había terminado así?

Más que un Contrato [Areté Crild #3] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora