Más que un Contrato [Areté Crild #3] ✔️

Capítulo 45- Enfrentar

Capítulo dedicado a Alillaby <3

 "Es increíble, increíblemente increíble, cada cosa si da, es un rompecabezas y ya se está encontrando cada uno de ellas. La historia (por como va desarrollándose) me está encantando, cuando se trata de las mafias, me enamoro de eso, ya que hay mucha acción sobre el narcotráfico, trata de bancas y redes, una cosa que vale la pena leer porque son los detalles que le dan vida a esas historias y tristemente también las muertes de los personajes"

Lauren.

El viento golpeaba mi cara, pero ya no me importaba nada. Tenía los pies enterrados en el lodo, pero no me iba a dar por vencida. Necesitaba entrar en esa casa.

— ¡MAMÁAA! —grité desde lo más profundo de mi ser. No me iba a dar por vencida, había pasado mucho tiempo huyendo de este sitio. Era momento de enfrentarlo.

— ¡Lauren, saca a tu hermana de aquí, ahora! —apreté mis dientes y mis puños, mis pasos fueron lentos por el barro pero eso no impidió que siguiera luchando con todas mis fuerzas. No me iba a dar por vencida.

— ¡MAMÁAA!

— ¡LAUREN! —un grito masculino me hizo saltar del susto y me giré enseguida encontrándome con una figura masculina. Había un hombre vestido de blanco a unos metros de mí.

— ¿Quién eres tú? —pregunté confundida intentando parar las lágrimas. A pesar de los nervios lo encaré con dificultad, no le tenía miedo, ni a él, ni a nadie.

—Tú debes conocerme, eres el vivo retrato de tu padre —parpadeé confundida, ¿quién era él y por qué conocía a mi padre?

—Me han dicho lo contrario, dicen que me parezco más a mi madre —el hombre sonrió y tragué con dificultad al notar algo.

¿Por qué ese sujeto se parecía tanto a Taylor...? O mejor dicho, ¿por qué Taylor se parecía tanto a él? Oh, rayos, ¿estoy hablando con el Taylor del futuro?

—Te pareces a tu madre en algunas cosas, pero tienes la sonrisa y la mirada de tu padre, tienes su fortaleza —sonreí lentamente, algo en él me producía paz y confianza.

— ¿Quién eres? —lo miré esperando una explicación y él se terminó de acercar a mí sonriendo por mi expresión perpleja. Oh, mierda, que señor tan guapo.

—Supongo que ya mi hijo te ha hablado de mí, ¿no es así? —negué, asentí y volví a negar.

— ¿Eres Kendall, no? —el hombre sonrió lentamente y asintió detallando mi rostro, parecía estar atento a cualquier comentario mío.

—El mismo que canta y baila, o bueno... El mismo que aparece en los sueños —reí y luego me puse seria. ¿A qué se refería?

— ¿Puedes, por favor, ayudarme a llegar allá? —señalé la casa y Kendall me tendió la mano ayudándome a salir con dificultad del barro.

—Eres más fuerte de lo que crees, Lauren, y entrar allá no te ayudará a salvarlos —sentí un apretón en el pecho al escuchar sus palabras y mis ojos picaron al momento. Golpe bajo —No puedes esperar solucionar los problemas siempre, no todos tienes solución. Debes superarlos y afrontarlos, no esperar que algo o alguien los resuelva.

— ¿Y tú qué sabes, acaso vives con este dolor todos los días? ¿Vives con el remordimiento de no haber salvado a dos personas importantes para ti? ¿Vives con el recuerdo de esos gritos, de ese dolor, de la oscuridad, la sangre, la noche? Porque yo sí, y es horrible y... Tal vez entrar ahí no resuelva nada, pero quiero respuestas, quiero solucionar esto, por favor, no me digas que no significa nada, porque yo sé... Yo sé que... En algún momento entraré a esa casa y ya no dolerá tanto, el dolor tal vez me deje, tal vez los gritos se vayan, la oscuridad no me asfixie, la sangre desaparezca y... La noche no sea tan aterradora. Pero no puedo simplemente dejar de mirar atrás, no cuando este conflicto lo llevo dentro y vive conmigo día y noche... A cada segundo, en cada respiro —escondí mi cara entre mis manos y Kendall me abrazó dejando que me desahogara en su pecho. No sabía por qué le tenía esa confianza, tal vez porque me recordaba a mi tormento alias Davidcito, o porque al aparecer en mi sueño la confianza ya era mucha... En todos los casos, algo me decía que podía confiar en él.