• Capítulo 23 • [2]

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Doble Actualización ⚸ 🌚

Disfruten 

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Halifax, Canadá

20:32 PM

ACTUALIDAD

Lana Brooke

Abro la puerta principal azul e inmediatamente mi perrito dálmata Loki se abalanza sobre mí, recibiéndome con muchísimo cariño y emoción la verme.

—Hola, precioso. ¿Cómo está el mejor perro del mundo? —chillo mientras acaricio su cabeza—. ¿Está papá?

Él ladra dándome una respuesta y sé cuál es: no.

—Perfecto —me giro para ver a Roger—. Puedes pasar.

Me hace caso y entra con total seguridad a mi casa. Obviamente, Loki se da cuenta de su presencia e inmediatamente se lanza hacia él. Roger casi se cae debido al peso del pequeño dálmata, pero logra sostener sus pequeñas patas sobre sus piernas.

Es obvio que Loki está emocionado por conocer a alguien nuevo, lo sé por el movimiento rápido en su cola que no puede parar de moverse de un lado a otro.

—Le caes bien —sonrió mientras los observo.

—A mi también. Apenas me conoce y le caigo bien. Ojalá fuera así en los humanos.

Acaricia suavemente su cabeza con un gran movimiento sutil y humilde que aparece agradarle a Loki. Ambos parecen llevarse bien.

—¿Quieres hablar aquí o quieres hablar en mi habitación? —me mira coqueto—. ¡No es lo que estas pensando! ¡Dios! ¿Cómo puedes pensar en eso en situaciones como esta?

—Solo tomo precauciones.

Suspiro.

—Lo propongo porque en cualquier momento llegara mi padre y tal vez no quieres que se entere a pesar de que es mi padre. Ten por seguro de que en mi habitación estaremos seguros.

—Bien. Sera tu habitación, entonces.

Le hago una seña para que me siga por el pequeño pasillo que estamos recorriendo. Y digo pequeño porque realmente es demasiado pequeño. Literal, lo único que hay son tres puertas: el baño, la habitación de mi padre y la mía.

Abro la ultima puerta del pasillo y doy a conocer mi habitación a Roger—que de hecho es el primero en conocerla—. Dejo que Roger y Loki entren por la puerta para poder cerrarla.

—Lo siento, es un desastre. No suelo recibir visitas en mi habitación —confieso a la misma vez que recojo las prendas que se encuentras esparcidas por mi cama.

Por suerte no había bragas esparcidas.

Las dejo el bote de ropa sucia que se encuentra a un lado de la puerta.

Me volteo y me encuentro a Roger sentado en el extremo de mi cama con la cabeza de Loki en sus piernas. Me acerco a él cuidadosamente, sentándome en el otro extremo. Las persianas aún no se encuentran cerradas, por lo que los reflejos de la luna entran a mi habitación a través de ellas.

—Tomate el tiempo que sea necesario —musito.

Asiente lentamente mientras observa la cabeza del pequeño dálmata sobre sus piernas.

El Chico Del Piano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora