• Capítulo 12 • ☆

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Halifax, Canadá
8:21 PM
Actualidad (Casa de Roger)

Diane Lassarre


La música terminó después de unos cuantos minutos de sonar por toda la habitación.

Roger y yo no nos separamos cuando la música había terminado, permaneció en la misma posición, al igual que yo.

Pero después de unos segundos pude reaccionar sobre lo que había hecho.

Había besado a Roger, cosa que no tenía planeado.

Me separé inmediatamente después de reaccionar. Roger me miró con confusión. Incluso decía unas palabras que no pude escuchar ya que todo a mi alrededor, se detuvo.
Solo estaban mis pensamientos desordenados tratando de ordenarse uno por uno, pero era imposible.

No podía estar ni un segundo más en ese ambiente, así que tome mis cosas y corri a la salida. Pero antes de eso, decidí girarme y decirle las únicas palabras que salieron de mi boca a Roger.

—Lo siento. —

Eso fue lo último que dije tras desaparecer por la puerta y correr a casa.

Sabía el camino a casa, por lo que no me fue difícil llegar a ella.
Abrí la puerta, subí las escaleras y toqué desesperada la puerta de Camille.

Ella inmediatamente me abrió y entré a su habitación a sentarme en el extremo de su cama.

—¿Que ha pasado? Recibí tu mensaje, creí que estarías con Roger —dice Camille mientras cierra la puerta y toma asiento a un lado de mi.

—Cometí un grave error, Cami —respondo.

—Ahora que hiciste, Diane —

Tomó un gran suspiro antes de confesar lo que he hecho.
La miro fijamente a los ojos y respondo.

—Besé a Roger.

Camille se queda plasmada con mi confesión que incluso no mueve ni un solo musculo, ni siquiera parpadea.

—¿Camille? —me preocupo al ver que no hace ningún movimiento.

—¡¿Que hiciste, que?! —grita.

—Ya te lo he dicho, Cami. Estábamos bailando y se acercó demasiado que no pude detenerlo, y fue cuando me di cuenta de que sus labios estaban sobre los míos —respondo con tranquilidad.

Cami se levanta de la cama para dar vueltas por su habitación mientras frota su rostro con sus manos como gesto de frustración.

Ella unas cuantas veces me mira y abre la boca para decir algo, pero inmediatamente la cierra.

—Diane, ¿sabes de lo que es capaz Roger?, nunca se ha enamorado. —confiesa.

—Se lo que hizo Roger hace unos años, pero realmente parece que yo le gusto. —me defiendo sobre lo que dice Cami.

—Estas cayendo en sus juegos, Diane —dice en un susurro.

Es cierto, Roger puede actuar demasiado bien que incluso puede no ser un sospechoso en algún asesinato. Pero eso no define que realmente trama algo conmigo.

—Acepto que sea tu amigo, pero no voy a permitir que te lastime, Diane. —

Como la cobarde que soy, no pude enfrentarlo ahí mismo y preguntar si realmente tiene sentimientos hacia mí.

—Solo acepto como cuñado a Luca o a Morgan — confiesa riéndose un poco.

No pude evitar lanzarle una de sus almohadas decorativas a la cara.
La almohada cae en su rostro y ella vuelve a lanzarmelo a mi, pero yo lo esquivó. Y así fue como comenzamos una pequeña pelea de almohadas entre risas de hermanas.

El Chico Del Piano ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora