AÑOS MÁS TARDE
Halifax, Canadá
17:54 PM
ACTUALIDAD
Restaurante Mallard
—¿Estás segura de que quieres hacer esto?
Ella asintió, segura de sí misma y segura de lo que estaba a punto de hacer. Observó el gran letrero que adornaba la parte superior del restaurante, indicando su nombre. Dejó escapar un profundo suspiro antes de entrar por las grandes puertas cristalizadas, que otorgaban el paso hacia el pintoresco interior de éste.
La recepción era elegante, atractiva y sutil. Sus colores pardos amarronados hacían que aquella sala luciera refinada, junto con las lámparas que caían del techo y las grandes plantas que adornaban los vértices de ésta.
«De verdad luce increíble», pensó, fascinada por el gran espectáculo visual que estaba presenciando.
—¡Hola! Bienvenida al Restaurante Mallard, ¿en qué puedo ayudarte? —La chica de recepción llamó su atención, haciendo que girara su mirada de inmediato hacia ella.
—¡Oh! Hum... —Empezó a acercarse a ella, con pasos nerviosos—, tengo una cita con Hayden Gelman.
—¡Oh! ¡Por supuesto! Hayden nos dijo de tu invitación. Por favor, sígueme —dijo, sonriendo al final de sus palabras.
Sus tacones empezaron a rechinar por el piso de madera, mientras sus pies iban uno detrás del otro. Sus caderas pronunciadas se movían de derecha a izquierda, con una postura firme y sin importarle las miradas de los comensales. La castaña, quien la seguía por detrás, admiraba los alrededores del restaurante y las hermosas decoraciones que se localizaban allí mismo.
Ambas comenzaron a subir las escaleras del fondo, hasta llegar a un inmenso pasadizo, constituido por tres grandes puertas de madera. No se detuvieron en la primera puerta, ni tampoco en la segunda; fue hasta la tercera puerta en la que ambas detuvieron sus apresurados pasos.
—Aquí es, señorita. Hayden la espera dentro —anunció la recepcionista. Acto seguido, hizo una reverencia antes de volver a desaparecer por el estrecho corredor.
El silencio se hizo presente por todo el pasadizo; el único sonido que podía escucharse era la respiración controlada de la única persona que estaba presente. La chica volvió a emitir un profundo suspiro mientras sacaba un pequeño papelito de su bolsillo; un papelito en el que tenía escrito sus palabras de emergencia, en caso de que sus palabras principales fallaran. Les dio un breve repaso y, tras unos segundos de revisión, volvió a dejar el papelito dentro de su bolsillo.
Posó su mano sobre la manija y comenzó a abrirla lentamente. La luz de la persiana empezaba a cegarla, y lo hizo aún más cuando logró abrir la puerta por completo. Al principio entrecerró los ojos por molestia, pero al paso de los segundos, consiguió acostumbrarse. Buscó a Hayden con la mirada, encontrándolo en cuclillas sobre la estantería de la esquina derecha.
—Si estás intentado esconderte de mí creo que deberías haber buscado un mejor escondite —bromeó ella, explorando la habitación.
Hayden rió, mirándola de reojo.
—Sólo estoy acomodando algunos libros, así que no te emociones —dijo él, volviendo a su tarea.
—¿Por qué debería emocionarme?
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El Chico Del Piano ©
RomanceMorgan es un chico amante del piano, junto con las melodías que éste compone. Por desgracia, después de la muerte de su madre tuvo que encontrar un nuevo hogar para pasar su adolescencia y, en especial, para compartir su amor hacia dicho instrumento...