Capítulo 39

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La semana pasó deprisa, entre clases, innumerables trabajos y apuntes que se amontonaban cada vez más en los escritorios. Sophia tecleaba todo lo rápido que sus dedos le permitían su nueva crítica para la clase de Cine sentada en el sofá con Anna al otro lado. La chica chateaba en su móvil con una sonrisa que le ocupaba toda la cara. De vez en cuando dejaba escapar entre dientes algún ruido gracioso o se mordía el labio. Sophia la observaba por encima del ordenador meneando la cabeza. El trabajo se le acumulaba por todas partes y eso no hacía más que estresarla. Había sido una semana de lo más intensa y no solo por la universidad. Hacía tres días que Jason se había ido de la fraternidad, ni siquiera les había querido decir a dónde. Estaba tan sumamente enfadado con Haley que el simple hecho de cruzarse con ella por la casa le provocaba ganas de reventar la pared a golpes. Así que, tal y como él mismo había alegado, mejor abandonar Alpha Roar para siempre antes que destrozarla entera a puñetazos. Rick había sido el más afectado. Dejar de vivir con su mejor amigo había hecho que no volviese a dirigirle la palabra a Haley. La chica ante esto no podía sentirse peor. Estaba claro que no atravesaba un buen momento. Empezando por la llamada telefónica de Ethan y terminando por el sentimiento de estar rompiendo lo que a ellas mismas les había costado tanto levantar: Alpha Roar. Siempre habían tenido una fraternidad perfecta y, ahora que se encontraban con una habitación vacía, se percibía la decepción de todos en el ambiente.

Sophia siguió tecleando a gran velocidad a la vez que seguía observando sutilmente las risitas de Anna. Parecía estar bastante entretenida y empezaba a desconcentrar a Sophia de su trabajo.

- ¿Se puede saber qué tiene tanta gracia? ¿Tienes un nuevo pretendiente o qué?

Anna siguió inmersa en su móvil haciendo como que no la había escuchado. La chica estiraba sus piernas cubiertas por el pantalón de pijama de lino azul por el sofá apretando a su amiga más aún contra la esquina.

- ¡Anna! – exclamó Sophia arrojando el cojín gris oscuro que tenía a su espalda contra la cara de la joven. Esto hizo que por fin levantase la vista del teléfono.

- ¿Qué? – protestó cambiando la sonrisa por unas cejas molestas. Se veía que la conversación que tenía requería de todo su interés.

- ¡Estás completamente ida! Es como si el móvil te hubiese absorbido. ¿Con quién hablas?

Anna titubeo un segundo antes de contestar nerviosa. Apretaba el móvil contra su torso como si hubiese alguna posibilidad de que pudiesen arrebatárselo y esto hizo que Sophia tuviese la sensación de que era lo peor que le podría pasar.

- Hablo con Nick. – susurró finalmente incorporándose en el sofá para mirar a su amiga a los ojos.

- Con Nick. Con el mismo Nick del que llevas pasando más de un mes y con el que en la vida te he visto reírte así. ¿De qué estáis hablando? Déjame ver. – Sophia se quitó el portátil de las piernas y lo dejó en el suelo para lanzarse veloz hacia el móvil de su amiga.

- ¡No! – gritó en seguida Anna poniéndose de pie en el sofá para alejar el teléfono todo lo posible de la chica. – Me... Me está mandando fotos sexys. No puedo enseñarte eso, como comprenderás. Por eso me río tanto.

Sophia abrió la boca esbozando una sonrisa y se la tapó para no reírse. Anna intercambiando fotos picantes a su lado mientras ella estaba hasta los topes con la universidad. Aquella situación le resultaba demasiado divertida como para pasarla por alto.

- Tienes que estar de broma. – Sophia alzó la mano rápidamente y le quitó el móvil a Anna con un movimiento preciso.

Anna en seguida empezó a gritar su nombre y abalanzarse sobre ella para que se lo devolviera. El empeño que ponía en recuperarlo era tal que Sophia no podía parar de reír bajo el cuerpo pesado de su amiga sobre el suyo. La chica comenzó a hacerle cosquillas para que lo soltase, pero ella lo tenía bien atrapado entre sus manos. Claro que no pensaba mirar las fotos, pero ver a su amiga fuera de sí le merecía la pena.

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