Capítulo 28

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Sacudiendo los paraguas en la entrada, las chicas se dispusieron a entrar en el Soho para disfrutar de su café de domingo. Las gotas resbalaban por las ventanas que daban a la calle desierta. Chicago más la lluvia era igual a tardes desoladas. La gente optaba por el coche o el transporte público, lo que creaba grandes atascos en la ciudad entre las riadas de agua.

El camarero de siempre llegó rápidamente a su mesa para atenderlas. Ninguna dudó en qué pedir: Eleanor un latte sin azúcar, Anna un cappuccino, Haley un macchiato y Sophia un té de caramelo y vainilla. El camarero apuntó apresuradamente en su libreta el pedido y, tras clicar contra esta el bolígrafo, se retiró para lanzar la comanda.

- Sophia, llevas todo el día muy callada, ¿te pasa algo? – interrogó Eleanor apoyando una mano sobre su hombro. Durante el trayecto en coche, Sophia se había dedicado a escuchar como hablaban entre ellas y reían sin aportar nada a la conversación, cosa que no resultaba muy común en ella. Tan solo se había dedicado a conducir, a esperar con la mirada perdida entre las largas filas de vehículos y a tararear de manera inconsciente las canciones que sonaban en la radio.

- Lo siento, pero es que estoy un poco ausente. – se disculpó con una forzada sonrisa.

Su mente solo tenía cavidad para dos pensamientos, uno principal y otro periférico. El primordial de ellos tenía nombre y apellido: Peter Heughan. El chico había estado encerrado en su habitación el mayor tiempo posible, sin hacer contacto con el mundo y lo cierto era que Sophia cada vez estaba más preocupada. El hecho de que ni siquiera quisiera hablar las cosas con ella no era una buena señal. No solo no le dirigía la palabra, sino que la evitaba.

Luego estaba la preocupación secundaria, Emma y su pérdida de virginidad con Alex. Por un lado, temía enormemente que todo aquello fuera un juego para él porque su compañera de fraternidad se hallaba realmente ilusionada ante todo lo ocurrido, y por otro, no había podido eludir el enorme pellizco que apretaba su estómago al recordar cómo Alex entraba en la habitación de Emma en calzoncillos tras haberse encontrado con ella en el pasillo.

- ¿Es por Peter, verdad? – no dudó en señalar Anna. Era la que más al corriente se hallaba de lo sucedido. Haley y Eleanor las miraron extrañadas, observando con un asombro mayor cómo Sophia asentía con la cabeza.

- ¿Se puede saber qué ha pasado? – exclamó Haley perdida en la conversación al igual que su compañera.

Justo en ese momento, llegó el camarero con las bebidas y se dispuso a servirlas en la mesa. El sonido de las tazas era lo único que se oía en el local. Tan solo ellas habían decidido pisar aquella cafetería durante la tarde de aquel domingo lluvioso, por lo que cualquier tipo de sonido se pronunciaba el doble. En cuanto el camarero terminó de colocar las bebidas, se retiró para que las chicas pudieran continuar con su conversación privada. Sophia decidió tomar las riendas del asunto y que Eleanor y Haley fuesen conscientes de lo que había sucedido ese fin de semana.

- Peter y yo...hemos dejado de hablarnos. Bueno...más bien, él ha dejado de hablarme a mí. – explicó Sophia vertiendo el sobre de azúcar en su té. Aunque fuese de caramelo y vainilla, le encantaba que estuviese bien dulce.

- Si os besasteis en la fiesta, ¿qué ha pasado? – Eleanor se hallaba muy extrañada ante lo que su amiga les estaba contando. Ella misma había sido testigo de cómo Peter se colocaba el limón entre sus labios para que Sophia fuese a buscarlo.

- Eso mismo me pregunto yo. – expresó Sophia muy confusa – Todo parecía ir genial, pero por lo que Anna me contó, me pasé bebiendo y dije mil cosas horribles. ¡Y no me acuerdo de nada! Lo último que tengo en la cabeza es a Ellie yéndose en esa moto...

- ¿Cómo? – gritó Haley parando de remover su café. Eleanor se sonrojó en cuanto oyó a Sophia pronunciar su nombre. Estaba muy convencida de que nadie se había percatado de aquello, pero se había equivocado.

- En cierto modo me resultó muy sospechoso cuando Peter me dijo que tú ya habías encontrado tu propia manera de llegar a casa... Como estaba tan enfadado decidí creerle y no preguntar más, pero, Ellie, ¿en moto? ¿Con quién? – dijo Anna escrutando a la inglesa con la mirada. Tras dar un sorbo a su cappuccino, siguió observando a su amiga esperando una respuesta que no llegaba. Eleanor no sabía si era mejor contestar o volver a guiar la conversación hacia Sophia y Peter. No quería ser el centro de las críticas, tal y como le había ocurrido a Emma por su recién inaugurada relación con un miembro de Sigma Alpha.

- No recuerdo mucho de la fiesta...- intentó excusarse mientras sacaba su móvil para hacer como que contestaba mensajes atrasados.

- ¡Dan! – recordó Sophia victoriosa – Dan, de Sigma Alpha. Peter me lo dijo.

- Esto es increíble. Otra más. – dijo Haley tirando incluso la cucharilla contra el plato. - ¿Se han acabado los hombres sobre la faz de la tierra? ¿Ahora solo existe Sigma Alpha?

- ¡Estaba borracha! Todo el mundo se fue a ayudarte porque acababas de vomitar, ¿recuerdas? Yo estaba harta de vuestras estúpidas fiestas, del alcohol y de todo. Lo único que quería era llegar a la fraternidad para dormir de una buena vez y Dan se ofreció a llevarme, aunque odio los motivos por los que lo hizo.

Las tres chicas se quedaron esperando a que Eleanor continuara con la historia, parecía que algo más había sucedido entre Dan y ella y no pensaban pasarlo por alto. Sophia por primera vez en todo el día había conseguido poner sus problemas en segundo plano para centrarse en los de Eleanor, y esperaba ansiosa a que esta siguiese con su explicación.

- ¿A qué te refieres? – preguntó finalmente Anna al ver que la chica no reanudaba la conversación.

- Dan y Matt... son hermanos.

- No me lo puedo creer. – Haley se llevó las manos a la cabeza e intentó ocultar la sonrisa de incredulidad que se estaba formando en su rostro. – Ahora entiendo por qué estaba en la fiesta de inauguración de Sigma Alpha.

- Eso mismo pensé yo. – explicó Eleanor bebiendo de su enorme taza su café latte. – Aunque la historia mejora aún más. Dan me dijo que tenía que llevarme a casa porque su hermano le había pedido que cuidase de mí. ¿Os lo podéis creer?

Anna, en ese momento, espurreó todo el café que acababa de llevar a sus labios contra el cristal que tenía en frente. Sophia soltó una risita por el espectáculo que su amiga acababa de montar, pero nuevamente volvió a mirar a Eleanor.

- Tienes que estar de broma. ¿Quién se cree que es Matt para mandarte un guardaespaldas? ¡Que os habéis liado una vez! – recordó la joven rubia mientras se limpiaba las gotas alrededor de su boca creadas por el líquido esparcido.

- Eso mismo pensé yo. Estaba borracha pero no soy imbécil. En cuanto vea a Matt pienso tener unas palabras con él. No puede soltarme el rollo de profesor-alumna para luego mandarme a su hermano de nodriza.

- Exacto. Tienes que hablar con él. No es nadie para controlarte de esa manera, por favor, ¡ni mi madre hace algo así! – señaló Haley incrédula ante la situación. El curso escolar llevaba tan solo un mes y ya había resultado más complicado que los tres anteriores juntos.

- Lo tengo muy claro. El martes pienso esperar después de clase y dejar las cosas claras para el "señor Campbell" – dijo Eleanor poniendo unas comillas en el aire al pronunciar su nombre.

No entendía para nada por qué había hecho algo así. Eso no era precisamente establecer una relación cordial entre ambos. Él había decidido finalizar algo que ni siquiera había empezado y a ella le parecía más que correcto. Todo lo que le había pasado estaba más llevado hacia la vergüenza que había sentido que ante la posibilidad de que ese beso en el ropero pudiera convertirse en algo más. Pero su profesor estaba más que equivocado si pensaba que ella se iba a dejar llevar por sus absurdos intentos por saber de ella. Ahora Matt sí que iba a conocer a Eleanor Walton.

***

¡Hola a todxs!

Quedaba mucho más bonito subir capítulo en Nochebuena. ¡Os deseo una feliz Navidad! Disfrutad del día en familia y siempre con seguridad y precaución. 

Ad Astra.

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