La cola para el baño era mucho más larga de lo que esperaba y había perdido mucho tiempo. Entre tantas personas estaba empezando a agobiarse. Apenas podía abrirse paso para volver con sus amigas. No entendía cómo tanta gente podía caber en una casa tan minúscula. Gamma Tau era una fraternidad muy pequeña, lo único que hacía que la gente acudiera a sus fiestas era el pasado al que se aferraba. Era una de las fraternidades más antiguas de todo el campus y, sin embargo, su fama había decaído a pesar de su fuerte legado. Una fría sensación recorrió su espalda sacándola de sus pensamientos. Una chica acababa de volcar por completo su vaso sobre su dorso. Su camiseta había quedado completamente empapada. Anna volvió sobre sus pasos y, de un empujón, apartó enfadada a la joven que iba a entrar en ese momento al baño. Con un hábil movimiento, enredó con su mano una tira de papel higiénico con el que intentar secarse. Era imposible, el top se adhería a su piel como si fuera pegamento. Entre refunfuños, Anna salió hacia el porche trasero de la casa y se sentó en uno de los escalones que daban al jardín. Seguía pasando el papel por la zona de su trapecio en un nulo intento por retirar el caliente y pegajoso olor a alcohol de garrafón que ardía en su nariz. Levantando la vista al cielo, intentó volver a mantener la calma en su interior por unos segundos. Era una noche cerrada, no había ni estrellas ni luna y el frío de la madrugada calaba en sus huesos debido a su ropa mojada.
- ¿Tienes fuego? – su voz hizo que se girara como un resorte. Damon estaba de pie junto a ella, apoyado en la barandilla que daba paso al jardín mirando a la nada y con un cigarro entre sus dedos.
- Te dije que no volvieras a hablarme. – lo último que necesitaba era prestar atención a la socarronería de Damon. El joven tocó el hombro de uno de los chicos que se encontraban a su lado y les señaló el cigarrillo. Un mechero asomó entre sus manos entonces y prendió la punta con un par de movimientos. Tras devolverle el plateado objeto al chico, llevó el pitillo a sus labios e inspiró tratando de retener el humo en su boca. Poco después, con una suave bocanada, espiró al aire cubriendo su entorno de una casi imperceptible capa grisácea.
- ¿Iba en serio? – dando unos pasos hacia adelante y sin pedir permiso se sentó al lado de Anna y posó la vista en la hierba escarchada.
- Por supuesto que sí. No quiero volver a saber nada de ti ni de Sigma Alpha. Sois todos igual de imbéciles.
- No voy a negártelo. – sus manos sacudieron el cigarro para arrojar al suelo las cenizas sobrantes y volvió a colocarlo entre sus labios para saborear su aplastante aroma.
Anna tornó su cabeza ligeramente para observarlo. Se veía mucho más calmado que la última vez que había estado sentada junto a él. Sus nudillos se veían rosados bajo la pequeña llama, como si hubiera participado recientemente en una pelea o algo así. Sostenía el cigarro entre el índice y el corazón oteando un punto fijo y un anillo plateado rodeaba su anular brillando del mismo modo que los piercings de su cara. Su respiración era relajada a la vez que acompasada. Su pecho bajaba y subía tras su sudadera negra y ella tan solo lo observaba, sin decir nada, tampoco hacía falta hablar. Si ninguno de los dos manifestaba palabra alguna habría un menor riesgo de acabar discutiendo. Para su desgracia, el silencio no duró mucho tiempo.
- El otro día... - comenzó a decir Damon soltando el humo de su boca entre su confesión.
- Te comportaste como el idiota que eres. ¿Has dejado de ir a clase por eso? – No había vuelto a saber de él durante toda la semana y sospechaba que ese era el motivo. Damon no tardó en confirmar su teoría asintiendo con un ligero movimiento de cabeza.
- Tú no tenías la culpa y lo pagué contigo.
- No sé de qué estás hablando. – era evidente que Damon la había tratado así por algo, pero eso no era excusa. Ella no tenía nada que ver con los problemas que envolvieran su vida, tan solo era su compañera de trabajo y eso era lo que ella había intentado hacer, mantener la cordialidad para poder sacar una buena nota en la asignatura.
ESTÁS LEYENDO
Alfa
RomanceLos clichés siempre funcionan por algo... Bienvenidxs a su giro de 180º. Cuatro chicas líderes de la fraternidad más importante de toda la Universidad de Chicago. Alpha Roar. Conocida en todo el campus. Exitosa en todo Chicago. Todo se desmorona cua...