Las hojas de la planta que cubría su cuerpo reducían en gran medida su campo de visión. Había conseguido despistar a Alex por unos segundos, pero no sabía si él había conseguido seguir su camino. Una alta silueta giró la esquina moviendo la cabeza de izquierda a derecha y observando intrigado a su alrededor. Su escondite acababa de ser declarado inservible. Sophia volvió a correr y Alex no tardó en seguir sus pasos cuando sus ojos se posaron en su fugitiva.
Podía notar sus mejillas arder por su repentina carrera. Al llegar al final del pasillo no lo pensó mucho y comenzó a subir deprisa las escaleras. Varias personas cortaban su paso impidiendo que su huida resultase más fácil. Alex cada vez se encontraba más cerca, prácticamente le pisaba los talones. Sus tacones no eran de gran ayuda en esos momentos, sentía como apretaban sus pies con intensidad. Era consciente de que no podría seguir corriendo por mucho más tiempo.
En la segunda planta el ambiente que había era un poco diferente. Las parejas llenaban el pasillo buscando cualquier habitación libre donde continuar la fiesta. Algunos de ellos parecía que habían decidido empezarla allí directamente. Sophia comenzó a girar los pomos de las puertas esperando encontrar alguno que cediera. Sin suerte. Estaba perdiendo demasiado tiempo buscando un nuevo refugio. Alex cada vez estaba más cerca y ella sabía que el joven no dudaría en arrastrarla a la piscina si fuese necesario.
Finalmente, consiguió que una de las puertas se abriese y cerró lo más rápidamente posible tras entrar en la habitación. Se trataba del cuarto de baño, pero estaba ocupado. Peter se encontraba justo delante de ella lavándose las manos con jabón. El pecho de Sophia subía y bajaba nervioso y apenas podía articular palabra alguna.
- ¿Estás bien? - últimamente Peter solo parecía hacerle aquella pregunta.
- Sí... - suspiró Sophia aún agitada por la carrera. - Es solo que... Aquel chico... Alex.
- ¿Te está molestando otra vez? - Peter levantó la cabeza del lavabo dejando ver cómo una seria capa cubría su mirada.
- No... Bueno, un poco...
- Déjamelo a mí. - se ofreció el chico dando un paso hacia delante. Sus manos goteaban empapadas por el agua.
- No, por favor. No quiero más problemas. - Sophia no podía dejar que Peter se volviese a meter en una pelea por su culpa. No después de lo de Ashton. Acababan de volver a retomar conversación y no quería perderlo tan rápido.
- Y pretendes que me quede de brazos cruzados mientras ese tipo juega contigo. No puedo ver esa situación otra vez, Sophia. - sus palabras ablandaron la expresión de la chica. Las heridas estaban menos cicatrizadas de lo que ella aparentaba cada día.
- Yo en ningún momento te he pedido ayuda. Sé cómo solucionar mis propios problemas.
Estaba harta de que los tíos llegaran para "salvarla". Se consideraba bastante autosuficiente como para defenderse por sí misma.
- Eso mismo me dijiste la última vez y hemos estado un año sin hablarnos. Yo tampoco lo he pasado bien, ¿sabes? - era la primera vez que Peter pronunciaba palabra sobre aquello con tanta sinceridad. Sophia jamás hubiese pensado que él se hubiera podido sentir así.
- Yo... No sabía que tú...
- ¿Que yo qué, Sophia? He intentado tener esta conversación contigo desde hace mucho tiempo, y tú parecía que solo te centrabas en evitarme.
- Creía que no querrías hablarme. - su excusa cada vez parecía tener menos sentido en su mente. Desde que Ashton se plantó en la fraternidad aquel día para partirle la cara a Peter, ella había entendido que cualquier tipo de relación entre ambos había quedado destruida.
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Alfa
RomanceLos clichés siempre funcionan por algo... Bienvenidxs a su giro de 180º. Cuatro chicas líderes de la fraternidad más importante de toda la Universidad de Chicago. Alpha Roar. Conocida en todo el campus. Exitosa en todo Chicago. Todo se desmorona cua...